La preocupación casi se hizo pánico hace apenas un mes. La llegada de Donald Trump al poder comenzó a fortalecer el dólar y casi todas las monedas se derrumbaron incluyendo el euro que llegó a cotizarse a 1.04 por dólar.
En la Republica Dominicana alcanzó los 63.50 pesos por dólar y comenzaron las especulaciones sobre que llegaría pronto a los 70. Dije en ese momento que la fortaleza del dólar tenía corta vida en la medida en que Estados Unidos imponía aranceles a diestra y siniestra a todo el mundo.
Lo de China fue una perfecta locura. Simplemente cerró el intercambio de bienes un 100% y los barcos desaparecieron de los puertos más importante de Estados Unidos.
Grandes y medianas empresas estadunidense comenzaron a prepararse para instalarse en otros países mientras la economía se contraía cayendo en terreno negativo. Mas grave fue el enfrentamiento entre Trump y el presidente de la FED, amenazando con destituirlo y creando un pánico en los mercados bursátil.
En efecto, por ese golpe mortal al intercambio comercial, el dólar comenzó a derrumbarse y el peso dominicano comenzó a recuperar el terreno perdido. Sin embargo, esa recuperación llegó muy lejos con una tasa de cambio que registró en cierto momento 58.50 pesos por dólar.
El pánico desapareció y todos contentos. Pero lo que mucha gente no sabe es que esa reducción tan brutal tiene efectos dañinos sobre las exportaciones, las remesas y el turismo.
En el Marco Macroeconómico del 2025, usado como base para elaborar el presupuesto de ingresos y gastos, se proyectó una tasa de cambio promedio de 63.75 con una variación del 7% respecto al 2024. Pero la tasa al 13 de mayo se encuentra 58.89 la venta con un promedio de alrededor de 60.89 pesos por dólar en lo que va del año.
Los exportadores dominicanos tendrán que enfrentar un arancel del 10% adicional para sus exportaciones a Estados Unidos y si a eso se agrega una tasa de cambio sobrevaluada el impacto significará un mayor déficit comercial ya de por si demasiado alto (US$17,054 millones o un 13% del PIB). También hemos perdido competitividad en el turismo que si no se siente es porque las monedas de otros países también se han apreciado.
La tasa de cambio debe subir mientras los conflictos comerciales se van amainando y el dólar recupere parte del terreno perdido. El acuerdo comercial de Estados Unidos y China, donde se reducen drásticamente los aranceles por un periodo de 90 días, disparó los mercados bursátiles y le dio un respiro a las perspectivas negativas que arropaban a los inversionistas, que se refugiaban en los bonos del tesoro y en el oro.
El oro cayó de precio cuando se anunció el nuevo acuerdo comercial con China.
En conclusión, el dólar debe retomar su tendencia natural con una tasa de cambio que debe subir a 64 pesos por dólar en los próximos meses para promediar en el año 63.75.
El pánico por la tendencia alcista del dólar en los primeros meses del 2025, influido por factores externos, fue simplemente una ilusión y una reacción exagerada de los importadores que son los más favorecido con un peso sobrevaluado.
Si este año el déficit comercial no se dispara a US$20 millones es por caída en los precios del petróleo. Exportar más es lo único que puede sostener el crecimiento económico dominicano en el largo plazo y reducir el déficit de la cuenta corriente de la balanza de pagos, sostenida por las inversiones externas.
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