Parecía una rutinaria invitación a tomar parte de la delegación institucional a una actividad conmemorativa a la fecha en una escuela, no cualquier escuela, en representación de Educación Ambiental de la Dirección Municipal de Yamasá. Ya el año pasado, para la misma fecha del 17 de mayo, Día del Reciclaje, la escuela había organizado una actividad artística, educativa y cultural, donde mostraban todo lo que los niños y jóvenes aprendían sobre la separación de residuos y la creación de objetos útiles con los plásticos, cartones y otros materiales que se pueden reusar. Pero no lo fue. Este año, en conmemoración de la misma fecha ambiental, sucedió la magia, encontré a dos hermanas maravillosamente extraordinarias, y ocurrió en la escuela, o colegio, no lo sé exactamente, Politécnico Parroquial Sor Susana Daly, del Distrito Educativo 17-01 de Yamasá.

Trabajando en Yamasá en materia de educación ambiental, había perdido las fuerzas y las esperanzas, porque los maestros son terriblemente irresponsables, a todos los niveles: no se preocupan por enseñar a leer a los niños, no les explican nada, la educación supuestamente formal que se debe recibir en la escuela, solamente reproduce la formación informal del conocimiento empírico del hogar, y hasta supersticioso, de la influencia religiosa que tiene la gente, a quienes en el común de los casos se les llama ignorantes, esto es, no estudiados, inclusive habiendo pasado por la escuela. Y trabajando con jóvenes estudiantes así, de último año del bachillerato, había perdido la fe en lo que podía hacer. Pero he aquí la hermosa sorpresa que me he llevado al responder a la invitación más arriba mencionada: encontré la luz al final del túnel, esas dos hermanas maravillosamente extraordinarias.

Bajo el lema: “Recicla, Educa, Inspira, Actúa” se llevó a cabo la exposición de un excelente proyecto de reciclaje de aceite usado, inspirado, dirigido y organizado por estas dos hermanas maravillosamente extraordinarias, la una maestra de matemáticas de 3ro de bachillerato de la escuela, Rosenilda De Jesús Acosta, la segunda ingeniera química graduada con cursos de postgrado en biotecnología en Países Bajos, Susana De Jesús Acosta. Y ellas crearon la magia. Yo estaba encantada y maravillada de que al fin encontré lo que había anhelando tanto, que hubiera maestros que enseñaran a los estudiantes la importancia y la utilidad del conocimiento para la vida y la productividad. Y ellas lo están haciendo en esta escuela. Bajo el lema “Recicla con números, Vive con Conciencia” la profesora de matemáticas enseñó a contabilizar cuánto aceite se necesita para procesar y producir las pastas de jabón, cuántas pastas y a qué precio venderlas, y cuál sería el beneficio económico de esa venta. Como a mí no me interesaban los números, yo puse atención al aprendizaje de los estudiantes. ¡Estaba maravillada…!!

Así que los protagonistas fueron los estudiantes: ellos expusieron su experiencia haciendo la investigación, el trabajo de campo, encuestas para saber cómo disponen el aceite usado las amas de casa, los negocios de frituras informales, los puestos de comida formales, y todo ello lo expusieron de una forma magistral. Hicieron la explicación de las consecuencias ambientales de tirar el aceite usado por el fregadero, o al suelo en los patios de las casas, todo por desconocimiento de los efectos ambientales dañinos que esto provoca en el ambiente, ya sea acuático o terrestre. Y ellos también lo explicaron. Y lo mostraron de forma práctica: en un cilindro con agua, echaron un poco de aceite usado que tenían en una botella. Mostraron como se forma una capa de aceite en la superficie del agua que, en condiciones naturales, impide el paso del oxígeno entre el agua y el aire atmosférico impidiendo a los organismos vivos de cualquier entorno que sea, respirar, gastando así todo el oxígeno del agua, y muriendo lentamente por asfixia. Lamentablemente no estuvieron los maestros de ciencias naturales que deberían involucrarse en estas actividades de enseñanza, y todo porque nuestra educación no enseña la integralidad del conocimiento y la interrelación e interdependencia de las ciencias y los saberes.

Luego tocó el turno a la segunda hermana maravillosa, Susana, la ingeniera, quien explicó magistralmente el proceso de saponificación que hicieron los estudiantes, mediante la mezcla del aceite, la soda cáustica, mostrando ellos cómo debía hacerse la mezcla, y durante qué tiempo, para alcanzar la meta de la ocurrencia de la reacción esperada, la conversión del aceite en jabón. Los chicos también explicaron, mostrando un esquema del sistema circulatorio humano, cómo el aceite usado repetidas veces se vuelve dañino para la salud, acumulándose en el torrente sanguíneo y provocando la formación de ateromas o acumulaciones de grasa en las venas y las arterias, que luego provocan infartos y accidentes cerebrovasculares que resultan en perjuicios a la salud, operaciones innecesarias y hasta el fallecimiento por las causas ya mencionadas.

Los niños recrearon un cuento donde Olea, la gota de grasa, está muy triste porque la han tirado al desagüe, y ha llegado a la cañada donde ve cómo los peces y las plantas mueren, a quienes viene Gaia, la madre naturaleza en su ayuda para enseñarles una nueva forma de tratar el aceite usado sin dañar el suelo, ni el agua, y en su lugar recolectándolo, reciclándolo, enseñando a la población las posibilidades económicas y de empleos que podría producir cuidar la naturaleza y llevar a cabo otro manejo de los aceites usados. Esperamos que esto sea el inicio de una importante aventura de involucramiento de todas las escuelas, los negocios y los vecinos para implementar esta forma de reciclaje, y sirva de ejemplo también para el reciclaje de otros residuos, como los orgánicos, que se pueden aprovechar también para producir abono mejorador de suelos, en lugar de tirarlos juntos a producir contaminación en el vertedero. Qué alegría de esta maravillosa experiencia, agradeciendo a estas maravillosas hermanas, con quien esperamos tener mucho trabajo por delante, para la educación de nuestros niños y las comunidades en materia de cuidado del ambiente y el reciclaje de los residuos. Gracias del alma.

Fuentes de referencia:

https://www.ingenieriaquimicareviews.com/2020/07/saponificacion.html

https://www.quimica.es/enciclopedia/Saponificaci%C3%B3n.html

Marina C. Valera Regús

Bióloga y antropóloga

Marina C. Valera Regús. Licenciada en biología y antropología, Magíster en antropología social, Mención gestión socio-ambiental. Ha laborado en calidad de agua, gestión ambiental y como docente universitaria. Actualmente se desempeña como consultora y promotora de la agricultura familiar, orgánica y la agroecología.

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