La dialéctica entre Raquel Peña y Leonel Fernández será el signo de los próximos tiempos electorales marcados por una de las mejores y más interesantes coyunturas políticas del país.

Uno más que el otro, posee herramientas y medios demostrados, para asumir las necesarias transformaciones pendientes que imputa la República Dominicana hoy.

Hay suficientes indicadores críticos, señales tácitas y sobreentendidas, así como indicios e información clasificada, para pronosticar este escenario electoral esperado para el año 2028.

No pretendemos ser augures de Roma o astrólogos de la Mesopotamia. Tampoco boticarios del viejo Hospedaje de Santiago o gitanos lanzadores de cartas y dados de azar.  Sin embargo, lógica, números y experiencia, imponen.

Raquel Peña es la más genuina e inequívoca garantía de que los efectivos, innovadores y transparentes métodos de gobierno del presidente Abinader estén asegurados.

Raquel Peña y Leonel Fernández, más que desacuerdos ideológicos, están separados por los métodos de gobernar diferentes y una visión internacional distinta. Mientras la candidata del PRM podría ser la primera mujer que ejerce la primera magistratura de la nación, colocando su sello implacablemente ejecutivo de eficiencia y transparencia en el Estado.

Por su parte, el candidato de la Fuerza del Pueblo, que ha sido presidente en tres ocasiones, tendrá que demostrar qué es lo nuevo que aportaría al país, en caso de ser electo.

Raquel Peña es la más genuina e inequívoca garantía de que los efectivos, innovadores y transparentes métodos de gobierno del presidente Abinader estén asegurados. Con potencialidad de escalar a nuevos niveles de eficiencia, eficacia y efectividad de gobierno. Una profesora y académica consumada de la PUCMM, empresaria exitosa en el rubro que más representa la cultura identitaria e independentista de la República Dominicana, el tabaco.

Innovadores instrumentos, estilos de dirigir y herramientas ejecutivas que podrían ser aportados por una presidenta transformadora, con alta potencialidad de desplegar una gestión de gobernanza articulada. Una estadista que también puede ser disruptiva cuando lo planifique estratégicamente o las situaciones críticas, los hechos amenazantes y la coyuntura lo impongan, tal como demostró en el éxito sobre el COVID-19.

Raquel Peña garantiza gobernabilidad. Articulación real con todos los sectores, de abajo, del medio y de arriba. Siendo el camino más seguro para que los miembros de su partido y de todas las fuerzas políticas nacionales se entrenen en centros de educación superior. Terminen definitivamente de superar el empirismo, el modo de crispación social, el guerrillerismo, la exigua formación política y las barricadas insurrectas del populismo.

Leonel Fernández, por su parte, se convirtió en el exitoso Fénix de la política nacional. Impulsado por las circunstancias incendiarias en su antigua morada política y un Ágora adversa, hostil y antagonista, reunida en secreto en el otrora todopoderoso Comité Político del PLD.

Organismo donde ni siquiera su exesposa mantuvo la compostura para evitar y prevenir que lo boicotearan, excluyeran y conspiraran aviesamente contra él.

Prefirieron tomar la decisión de apartarlo del camino a cualquier costo, que incluía el precio de hundirse ellos mismos en un barco que no se esperaba que naufragara tan rápido. No se supo resistir y superar que no fuera con dinero tanta magia política y capacidad de articulación juntas.

De la noche a la mañana, “los muchachos del PLD”, como se refería a ellos José Francisco Peña Gómez en las sesiones de la Liga Ciudadana de Santiago, se transformaron en los viejos zorros de la política dominicana, siendo electoralmente sustituidos por una nueva y moderna generación de académicos y empresarios organizados en un nuevo PRM que reemplazó a los viejos robles del PRD.

Leonel Fernández abandonó oportunamente la Atenas peledeísta incinerada. Evolucionó como símbolo por excelencia de regeneración política, haciendo quedar en ridículo decenas de discursos que blandían sangre nueva y el nuevo capital financiero con capacidad de ocupar las oficinas de la calle Doctor Delgado esquina avenida México.

La candidatura presidencial en su partido está asegurada, con escasa oposición interna, pero sí con dudas provenientes del nuevo estilo de gobierno que impondría su propuesta de implantar la estrategia «Dominicana 2044» presentada por la Fundación Global

Salió de la virtual desgracia de un modelo agotado para hacer política, la superación de los desafíos y el comienzo retador de una nueva vida política en la Fuerza del Pueblo. ‎

Los métodos y estilos de gobierno de sus tres períodos presidenciales precedentes son su principal debilidad y amenaza. No se puede entender al Danilo Medina y el PLD de hoy sin conocer su relación con la permisividad y aval de Leonel Fernández de ayer.

La candidatura presidencial en su partido está asegurada, con escasa oposición interna, pero sí con dudas provenientes del nuevo estilo de gobierno que impondría su propuesta de implantar la estrategia «Dominicana 2044» presentada por la Fundación Global. Iniciativa que le aporta un contexto y una orientación definida para poner en operación.

Ambos serán los polos políticos del año 2028. Elecciones en una República Dominicana que vació de población y electores las provincias fronterizas del suroeste. El gran Cibao Central y el Santo Domingo Metropolitano hasta Peravia se convirtieron en los nuevos campos electorales. Los decisivos terrenos estratégicos para conseguir el éxito.

Reynaldo Peguero

Epidemiólogo y urbanista

Maestro en Administración y epidemiología, especialista en Planificación Estratégica del Centro Iberoamericano de Desarrollo Estratégico Urbano (CIDEU), Barcelona, y director del Consejo de Desarrollo de Santiago (CDES).

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