Hace un buen tiempo la “cantante” urbana Tokischa y Yoel el Meloso hicieron un tema que llamaron “Desacato escolar: ¿dónde está la verdadera calentura vaginal?”.

Todo el que conoce a Tokischa sabe del contenido de sus letras, pero además de sus letras inhibidas, cometieron el adefesio de utilizar uniformes escolares e imágenes de escuelas públicas en el video del tema.

El ministro de educación de entonces se quejó, hablaron con YouTube y les obligó a que bajaran el video. Actualmente, solo aparece el audio de las letras, pero el trabajo fílmico.

Como si se tratara de un guion mal elaborado, ahora se repite la historia con unos nuevos protagonistas: Darielis Cecilia Marchena Ozoria, conocida como “Menor Queen”, y Pamela Sandoval, “Shupamela”, con un video, el cual presuntamente fue grabado en un plantel escolar.

La canción fue lanzada el 12 de septiembre y en YouTube contaba con más de 21 mil vistas, pero de manera muy sabia decidieron bajar el video de la plataforma.

Observen ustedes el estribillo de la canción: “Cuando yo estaba en la escuela, me lo chupamela (bis).   Cuando yo estaba en la escuela no me gustaba estudiar; cuando yo estaba en la escuela me gustaba mamar”.

Prefiero no continuar con las letras. El ministro de educación expresó lo siguiente en su cuenta de X: “Estoy al tanto de un video que circula y que aparentemente fue grabado en una escuela. He instruido que se produzca una investigación para comprobar si fue así. En caso de comprobarse, puedo asegurar que habrá consecuencias”.

La canción fue lanzada el 12 de septiembre y en YouTube contaba con más de 21 mil vistas, pero de manera muy sabia decidieron bajar el video de la plataforma.

La influencer Shupamela hizo un detrás de cámara del videoclip, donde muestra que la pieza fue grabada en una escuela del país.

Pienso que esto es parte de los excesos de la democracia, porque en un país donde haya régimen de consecuencias estoy seguro de que lo pensarían dos veces al momento de hacer algo de esta manera.

El ejemplo debió darse desde el primer momento en que Tokischa y Yoel el Meloso grabaron Desacato escolar; esos artistas debieron ser suspendidos, si no de por vida, al menos por diez años, sin que se les permita ninguna presentación en el país, aunque suene a dictadura.

Lo mismo debería suceder con estas supuestas artistas y con los directivos del centro escolar donde se haya grabado el video.

Si se solicita un centro para grabar una canción, eso debe ser autorizado por escrito

Se supone que el Ministerio de Educación tiene reglas y las escuelas no pueden ser utilizadas sin el consentimiento de su director o directora para nada más que no sea educativo.

Si se solicita un centro para grabar una canción, eso debe ser autorizado por escrito; quien dirige el centro, a su vez, evalúa las letras, se cerciora de quiénes son los artistas, busca videos de ellos antes para ver sus letras, lo que hacen, sobre todo sabiendo que estos “artistas” urbanos hacen de todo tratando de volverse virales.

Reconozco que este artículo lo hago desde la indignación que me producen estas cosas, pero ya está bueno, hay que ponerle freno a estas personas y deben pagar todos los que tuvieran que ver con esta afrenta a la educación y a la niñez.

Rafael Alvarez de los Santos

Escritor y educador

Escritor y educador. Autor de las obras, Vivencias en broma y en serio y La Sociedad de la Nada. Twitter: @locutor34 Facebook: vivencias en broma y en serio

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