Casi a diario corta una cinta simbólica aquí o allá. Todos los días encabeza una reunión de trabajo para orientar cualquier paquete ministerial. Todos los días trabaja desde que amanece hasta que termina el día. Todos los días se informa a fondo sobre cualquier asunto público o privado, nacional o extranjero, por si acaso. Todos los días se arrastra de risa por las comiquerías de Leonel y Danilo… Y todos los lunes rinde cuenta al país y contesta aciertos y disparates de los periodistas que invaden el Salón de las Cariátides… (Sin duda, Luis Abinader es el presidente más trabajador que ha tenido esta república en su modernidad).
Soy periodista con licenciatura, maestría y doctorado en unos 17 periódicos de México y Santo Domingo, buen sonero e hijo adoptivo de Toña la Negra. He sido delivery de panadería y farmacia, panadero, vendedor de friquitaquis en el Quisqueya, peón de Obras Públicas, torturador especializado en recitar a Buesa, fabricante clandestino de crema envejeciente y vendedor de libros que nadie compró. Amo a las mujeres de Goya y Cezanne. Cuento granitos de arena sin acelerarme con los espejismos y guardo las vías de un ferrocarril imaginario que siempre está por partir. Soy un soñador incurable.