Durante las últimas dos décadas, la sostenibilidad ambiental en la edificación se ha enfocado prioritariamente en la eficiencia energética y la reducción de emisiones. Sin embargo, el paradigma ha evolucionado hacia una concepción más integradora, donde la salud de los ocupantes y el bienestar ambiental interior son protagonistas.
En este contexto, la calidad del aire interior (IAQ por sus sigla en inglés) se posiciona como uno de los aspectos clave para edificios saludables. Más del 90 % del tiempo lo pasamos en espacios interiores, lo que convierte la exposición a contaminantes internos en un factor crítico para la salud pública, el confort y la productividad.
En esta serie, se analiza, desde una perspectiva técnica avanzada, cómo se trata la calidad del aire en las certificaciones WELL, LEED y BREEAM, así como el proceso de auditoría ambiental que permite verificar su cumplimiento.
Si hacemos una breve relación, breve por su extensión y por su profundidad de desarrollo, sobre los principales contaminantes en espacios interiores, tenderíamos que contar entre ellos los siguientes, e incluso, agruparlos en los siguientes tipos:
- Compuestos orgánicos volátiles (COVs). Formaldehído, benceno, tolueno, xileno.
Proceden de pinturas, mobiliario, barnices, adhesivos, plásticos. Con efectos adversos como la irritación ocular y respiratoria, efectos neurotóxicos, potencial cancerígeno.
- Partículas en suspensión
Generadas por infiltración exterior, procesos de limpieza, combustión, impresoras láser.
PM2.5 (<2.5 µm) penetran hasta los alvéolos pulmonares, con efectos adversos tales como las posibles enfermedades cardiovasculares, deterioro cognitivo y por ende una potencial reducción de esperanza de vida.
- Dióxido de carbono (CO₂)
En algunas certificaciones o mediciones es un indicador de carga ocupacional y de ventilación.
Se relaciona con altos niveles de deterioro de funciones cognitivas y fatiga.
- Humedad relativa y moho
La Humedad relativa <30 % o >60 %, favorece proliferación de ácaros, hongos, virus, dependiente del nivel de humedad. Las esporas y micotoxinas afectan a personas inmunodeprimidas.
- Ozono (O₃), NO₂ y SO₂
Proveniente de entornos y/o derivados de equipos eléctricos, infiltraciones de la contaminación urbana al interior de los ambientes, combustión de gas. Irritantes respiratorios y agravantes de asma.
Seguiremos con el tema.
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