EMPODERAMIENTO DE LA PERSONA Y ESPIRITUALIDAD.
No podemos dejarnos acaparar por los intereses del “Yo” porque nos da un empoderamiento destructivo del Otro. El “Yo primero y el Otro después” es la raíz del lucro individualista, que destruye inmisericordemente al Otro; es el fuete y las cadenas para los empobrecidos.
La espiritualidad es un valor innato e intrínseco a la persona y nos lleva a trascender el Yo.
Fijémonos en el ansia de Más, que existe en cada persona, que nunca se sacia con materialidad alguna. El “yo” mientras más tiene más quiere.
Sólo el Ser Trascendente satisface ese Más…, y no eliminándolo porque Él es eterno e infinito. La propuesta del Reino de Dios es “al Otro como a Mí mismo”. El tener en cuenta al Otro abre en las personas las puertas del amor y Dios es amor. Nos divinizamos, si compartimos lo que Dios regala a la humanidad para todos.
Fijémonos en el bosque, si cortamos y sembramos, permanece bosque. Siempre nos dará: madera, agua, sombra, frutos, hojas y raíces medicinales, acoge y alimenta las aves, todas las especies de animales cuadrúpedos y para la humanidad nos oxigena y alimenta para que podamos subsistir. El bosque es vida para toda vida. Cuidemos y defendamos “el lugar de vida”. Las mineras y depredadores cortan y no siembran, ruyen la tierra y matan la vida contaminando aire, agua y tierra.
Vamos a terminar esta sección social de esta columna, ENTRE TÚ Y YO, conociendo dos ejercicios del Maestro Ignacio de Loyola.
En la espiritualidad hay diferentes Maestros, que nos pueden ayudar a pensar y a sentir como Jesús, para tratar de llegar a actuar como el Jesús histórico… Y vivir en Comunidad. Es decir, vivir teniéndonos en cuenta. Así se hace presente el Reino de Dios…
Este empoderamiento personal se puede realizar conscientemente según Jesús vivió, o anónimamente. Digo anónimamente porque se puede vivir sin conocer a Jesús y ser fieles a la defensa del Otro, coincide con el camino de Jesús. Recordemos los de “cristianos anónimos…” (Cfr.: Karl Rahner).
(Buscar en internet siempre que veas … El concepto o el personaje).
La relación del Ser Humano con el Ser Trascendente, la llamamos “espiritualidad” y la relación entre dos personas, si es de tú a tú, la llamamos amistad.
Como vemos, la espiritualidad, nos refiere a los componentes inmanentes de la persona: racionalidad, afectividad y las relaciones. Aunque mis relaciones son externas; pero dependen de mi racionalidad y afectividad.
Así como es necesario comer para sostener el cuerpo y crecer, lo mismo es el espíritu. El alimento para el cuerpo es el pan material y el pan de la enseñanza; lo que entra por la boca y lo que entra por los sentidos. Para fortalecer nuestro espíritu necesitamos el pan de la oración, el pan de los sacramentos y el pan del discernimiento.
La oración es una actividad, activa o pasiva, que me relaciona con el Ser Trascendente, Dios, con el Otro y con la Naturaleza, me da un estilo de vida y define una personalidad: El Siervo, La Sierva. La persona servidora. La oración diaria no me deja crecer a la “brigandina”,ni a los antojos del “Yo”.
Los sacramentos de la Iglesia católica son siete: Bautismo, Confirmación, Eucaristía, Penitencia, Orden Sagrado, Matrimonio y Extrema Unción, son acciones simbólicas que tienen un contenido mayor de lo que se ve y nos santifican; es decir, Dios nos da su fortaleza, si queremos aprovecharla.
El discernimiento es saber escoger lo mejor de lo bueno apoyado en la buena voluntad personal de querer hacer el bien al Otro y a mí. Escoger lo mejor para todos. No podemos actuar a la ligera y menos con pique…
La base de una espiritualidad personalizada es el Valor Originario, que hemos identificado como la Semilla de Dios… La semilla de Dios es el Norte de mi vida personal y de Nosotros.
La espiritualidad trasciende las iglesias y las religiones. La espiritualidad no tiene dueño y está al alcance de todos y todas. Hay muchos Maestros, pero Jesús es el MAESTRO por excelencia.
El primer ejercicio que veremos es la Meditación, que según el Maestro de espiritualidad, Ignacio de Loyola, tiene como objetivo escarbar, en lo más íntimo de mi ser, para encontrar “la raíz de los acontecimientos, de los hechos personales, de la comunidad y de los hechos de la historia de salvación”. Los hechos de las tres historias: personal, comunitaria y de salvación.
El objetivo de la Meditación es llegar a pensar como Jesús, porque cuando descubra la raíz del hecho reflexionado me pregunto, si soy cristiano, y si no soy cristiano, pero conozco quién es Jesús de Nazaret, me puedo fiar: ¿qué pensaría Jesús? Eso que pensaría Jesús es lo que tengo que hacer.
Ahora, me voy a fijar en la estructura de los ejercicios Meditación y Contemplación, cómo hacerlo, apoyado en la sugerencia de S. Ignacio de Loyola.
Otros articulistas, en acento.com.do, han hablado del sentido y profundidad personal de la Meditación.
Primer ejercicio:
LA MEDITACIÓN, es un ejercicio que se relaciona principalmente con la razón, el pensamiento, el cerebro. Busca la raíz de los hechos, ¿el por qué?.
OBJETIVO: tratar de llegar a pensar, a razonar como Jesús…
CONTENIDO: Las tres historias: Historia Personal, Historia Comunitaria, Historia de la Salvación: escoger un hecho de una de esas historias y buscar el por qué.
PASOS:
* Concentrarme. Entrar en mí. Despojarme de toda preocupación e interés. Abrirme a un Tú que me trasciende.
* Ponerme en presencia de ese Tú, a quien llamo Dios. Sintonizar con él.
* Petición. Tengo que pedir algo concreto. Es el timón del ejercicio. Cuando me distraiga, tengo que recurrir a la petición para volver a concentrarme; por tal razón no hacerla solamente con la boca, sino con toda la fuerza de mi vida. De la petición depende el fruto del ejercicio. Es lo que quiero conseguir. Como el niño pegado a la falda de la mamá.
* Escoger un hecho de una de las tres historias. Depende del momento en que me encuentre. Algo que me ayude a seguir delante o a superar una situación.
* Definir el tiempo que estaré meditando.
* Reflexión. Profundización. Meditación.
* Examen: al finalizar el tiempo determinado ver si logré lo pedido. ¿Dios me pide algo nuevo? ¿Qué pasó durante estuve reflexionando?
*Acción de Gracias. Darle gracias al Padre, a Jesús, al Espíritu Santo y a María, por lo que he descubierto, por la invitación de Dios. MUCHA ATENCIÒN: lo que saco del ejercicio no es mío, sino que es algo que se me da.
Si se me acaba el tiempo determinado sin llegar a conclusión alguna, puedo continuar al día siguiente donde quedé el día anterior, siguiendo los pasos desde el inicio del ejercicio. Me puede ayudar mucho ir haciendo un resumen por escrito de lo que voy meditando. Escribir me ayuda a evitar la distracción; y me queda como “Mi Diario Espiritual”.
Segundo ejercicio:
LA CONTEMPLACIÒN, es hacer presente una escena aplicando los sentidos. Es una actividad sensorial afectiva. Aquí, ahora, nos centramos en el corazón.
El cerebro y el corazón son el motor de la persona. La espiritualidad es el combustible. Tienen que ir a una. Si actuamos apoyados sólo en el cerebro nos racionalizamos y nos secamos haciéndonos duros, cortantes; si actuamos sólo apoyado en el corazón, nos derretimos al calor de los hechos, como la mantequilla.
Una vez escogido el hecho que vamos a analizar, a contemplar, imaginamos una escena aplicando los sentidos; es decir, nosotros vemos, oímos, sentimos, saboreamos, olemos.
Podemos hacer preguntas y oír respuestas, entrar en acción sin protagonizar. Observar a los actores en la escena que tenemos presente; con gran deseo de escuchar, ver, palpar, sentir lo que Dios quiere comunicarnos en esa escena. La escena tendrá interés en la medida que la relacionemos con la vida propia.
¿Qué hacemos cuando oímos una noticia que nos afecta?
Contemplar trasciende el tiempo porque hace presente una escena de la vida de Jesús o de mi vida o del universo; además, me puede ampliar el presente; es decir, viendo un NINI, Ni estudio Ni trabajo, puedo hacer presente a todos los NINI: qué dicen, cómo piensan, qué sienten, qué hacen, cómo viven. La contemplación trasciende el tiempo. Nuestros sentimientos se despiertan contemplando y metiéndome en la escena, “cuando estoy bailando pegao con los participantes de la escena” me pregunto: ¿Qué sentiría Jesús? Eso es lo que tengo que hacer para que el “Jesús histórico”…, se haga presente en mi actuar.
OBJETIVO: Llegar a tener los mismos sentimientos que Jesús. Es hacer presente el Jesús histórico. La contemplación es fecunda no por las razones, sino por el sentimiento que desencadena. Tenemos que dejarnos llevar por la acción contemplada; meternos en la acción y Dios se comunica; dejarlo que me diga lo que él quiere. A mí me toca escuchar y callar. La contemplación trasciende el tiempo; hace presente el pasado porque se hace aplicando los sentidos: veo, oigo, toco, huelo, gusto… Aplicar los sentidos para hacer presente una escena. Es una actividad sensorial.
CONTENIDO: Los Misterios del Cristo de la fe… y/o los misterios de la vida, o el presente ampliado… Si es un misterio de la vida de Jesús, leer el texto del evangelio, tratando de que el texto me meta en la escena, “como si presente me hallare”.
Tener presente de estar activo/pasivo = no soy el protagonista, “soy un esclavo humilde”, trato de meterme en los sentidos de los personajes: ver, oír, tocar, gustar, oler, para entender mejor la escena hasta que Dios me toque el corazón.
PASOS:
+ Concentrarme. Conectarme conmigo mismo. Despojarme. Abrirme a Alguien, que me trasciende, con quien quiero encontrarme y hablar.
+ Ponerme en presencia de Dios y ponerme en sintonía con Él.
+ Petición Saber cuál es el objetivo de mi encuentro con el Señor; tiene que ser algo concreto. Eso no se inventa en el momento, sino que se ha venido preparando. Lo que pido es el timón del ejercicio, si me distraigo, repetir la petición para reencontrarme.
+ Reflexión. Profundización. Contemplación. ¿Cómo me afecta la escena? ¿Saco alguna enseñanza? ¿Qué me dice Dios?
+ Determinar un tiempo específico (tantos minutos…)
+ Examen. ¿Logré lo pedido? ¿Por qué?
+ ATENCIÒN: lo que saco, el resultado, no es mío, sino que es lo que Dios me invita, me propone, me regala.
+ Acción de Gracias. Dar gracias al Padre, al Hijo, al Espíritu Santo, a María, por lo que Dios me ha concedido.
Hay dos diferencias en los ejercicios: Meditación, acción cerebral, y la Contemplación, acción afectiva/corazón, y el contenido, que para una son las tres historias y para la otra los cinco sentidos. Los pasos son los mismos para los dos ejercicios.
EL EXAMEN DE LA ORACIÒN:
La oración es una actividad que tiene por objetivo el relacionarnos de tú a tú con Dios; abrirnos a él y escuchar cuál es su invitación y ver a dónde quiere llevarme; pero el examen de la oración me sirve para ver cuál es mi progreso en mi relación con Dios y los empobrecidos y si hemos llegado a obtener lo propuesto, agradecer, y si no, corregir; volver de nuevo…, hasta lograr lo pedido.
El examen de la oración me ayuda a encontrar el “modo” de cómo relacionarme con Dios y también me ayuda para la entrevista personal con mi acompañante espiritual.
PREGUNTAS QUE NOS PODEMOS HACER PARA EL EXAMEN:
+ ¿Utilicé los medios adecuados?
+ ¿Cómo me preparé?
+ ¿Cómo se ha manifestado Dios en mí?
+ ¿Qué me ocurría en el momento del ejercicio? ¿Qué me ocurre ahora? ¿Cómo me sentía?
+ ¿Cuál fue mi estado de ánimo?
+ ¿Qué me pide el Señor que yo no entiendo? Que no caigo en la cuenta…
+¿Hay algo que debo retomar?
+¿Tengo mi espiritualidad bien definida?
+¿Por qué?
Gracias, por haber dedicado cierto tiempo a ti mismo y así poder vivir con más intensidad a lo que te has dedicado de por vida.
Empoderarse a nivel personal es superarse; es un desafío que uno mismo tiene que proponerse; si no es así, caemos en la rutina, somos uno más y nos cualquierizamos. Dejamos que el “YO” nos deje vacíos queriéndonos satisfacer.
Recordemos que la espiritualidad trasciende iglesias y religiones; empodera personalmente a las personas porque nos fortalece y nos estimula al crecimiento haciendo realidad nuestros grandes deseos de MÁS, que trasciende el Yo. ¡Adelante!!!
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