A partir de la anunciada renuncia del señor Thomas Bach de la presidencia del Comité Olímpico Internacional (COI) escribí en varias plataformas y chats especializados en temas deportivos sobre la importancia de esa decisión luego de concluidos los Juegos Olímpicos de Paris 2024, y la repercusión que ésta tendría en el movimiento deportivo a nivel mundial. Desde su publicación saludé la medida y mantengo mi absoluto respaldo a la misma. Acoté en ese momento que la gestión olímpica del señor Bach deja más sombras que luces al frente de ese organismo del deporte mundial.

Agregué también que los dirigentes olímpicos locales, integrados en el Comité Olímpico Dominicano y en las federaciones deportivas nacionales, debían imitar su ejemplo, pero de manera conjunta y unánime para que la sociedad dominicana, y de manera particular, la familia deportiva, pueda al fin rediseñar y relanzar la vida atlética nacional desde los pies hasta la cabeza.

Proponía en ese momento, y propongo hoy también, luego de dado ese paso trascendente por la clake olímpica dominicana, que debíamos abocarnos a la realización de una Asamblea Nacional Constituyente del deporte dominicano, mecanismo altamente democrático que posibilitaría el establecimiento de leyes, disposiciones, reglas y procedimientos, legítimamente claros y ordenados, para regir y conducir la vida deportiva nacional por un sendero de acertado crecimiento institucional.

Algunos dirigentes de larga existencia deportiva y biológica coincidieron con mis primeros dos planteamientos, pero renegaron del relativo a la Asamblea Nacional Constituyente para el rediseño del deporte dominicano.

Como saben, esa propuesta de alto sentido pragmático procura reestructurar todas las estructuras deportivas nacionales, haciendo énfasis especial en renovar los cuadros dirigenciales del Comité Olímpico Dominicano y el de cada una de las federaciones nacionales.

Para esos estimados amigos del deporte local resulta contraproducente que se organice y se lleve a cabo ese novedoso proceso político-partidista, pero desde una visión eminente deportiva. Consideran inapropiado el criterio para aplicarlo en el seno de las instituciones deportivas nacionales. Me apena sobremanera que posean esa visión tan limitada, cuando casi hemos recorrido un cuarto del siglo (XXI) veinte y uno y los problemas deportivos nacionales demandan la creación e implementación urgente de una Asamblea Nacional Constituyente.

A mis amigos cercanos y distantes dentro de la vida deportiva criolla, les he externado en más de una ocasión que la próxima revolución deportiva dominicana debe darse de arriba hacia abajo, o sea, desde las altas instancias deportivas del Ministerio de Deportes y Recreación, del Comité Olímpico Dominicano, y las Federaciones Nacionales, hacia las instituciones menores, pero que son las que llevan el peso de la formación atlética nuestra, integrada por los clubes, ligas, asociaciones y las uniones deportivas.

Ese debate metodológico lo hemos llevado hasta las últimas consecuencias el inmortal del deporte dominicano Rafael Duquela Morales (Fey) y quien escribe la presente disquisición. Ese positivo intercambio de inquietudes lo hemos desarrollado en el escenario de la tertulia clubística, deportiva y cultural, que cada sábado auspicia la Sociedad Deportiva Dominicana, en un centro comercial del país.

Hemos hecho partícipes de nuestras particulares consideraciones a los amigos: Antonio Valdéz, Mario Rodríguez, Francisco Cordero, Marcos Heureaux, Juan Thompson, Pedro Almonte, Alexis Concepción, Paquita de Duquela, Altagracia Campusano, Lázaro García, José Polanco, Manuel Matos, Nelson Marte, Rafael Isenia, entre otros contertulios que se arriman a esa atmosfera grata de aportes a  la alta política deportiva estatal, olímpica y clubística.

Aunque sin conclusión sobre el tema aún, me adelanto para decirle a Fey, a Juan Vargas, Darío Tejeda, Frank Herasme, Eurípides Picharcho, César Augusto Martínez, José Muñoz, Jorge Luis Brito, Diego César, Jorge Luis, que la Asamblea Constituyente del deporte dominicano es la mejor figura política que en estos momentos llevaría oxígeno limpio, sangre nueva y pura, al anquilosado y casi inerte cuerpo del movimiento deportivo dominicano.

Algunos viejos y estimados dirigentes me han formulado las siguientes inquietudes sobre la implementación de la constituyente deportiva nacional que propongo:

  1. ¿Quiénes la llevarían a cabo desde una perspectiva neutral?
  2. ¿Quiénes del movimiento deportivo nacional tendrían derecho a ocupar los cargos vacantes del Comité Ejecutivo del COD y las federaciones nacionales?
  3. ¿Cuenta el país y el movimiento deportivo nacional con las mujeres y los hombres probos para ocupar los cargos de las altas instancias deportivas nacionales en estos momentos?
  4. ¿Qué es una Asamblea Nacional Constituyente desde el puno de vista político-partidista?
  5. ¿Cuáles características tendría una Asamblea Constituyente del Deporte Dominicano?

Lo primero que voy a satisfacer del tema para esos amigos viejos y jóvenes del deporte nacional, es el conjunto de personas que podrían integrar las estructuras fundamentales de un nuevo Comité Olímpico Dominicano. Cuando externo éste último criterio me refiero a gente con talento y capacidad gerencial probada en el deporte, que bien podrían integrar el Comité Ejecutivo del Comité Olímpico Dominicano, y el Comité Ejecutivo de cada una de las federaciones afiliadas al máximo organismo olímpico del país, para conducir los trabajos de la Asamblea Constituyente del deporte nacional, concluyendo con la renovación de sus cuadros y de sus reglamentos institucionales.

Presento este listado de dirigentes deportivos y personalidades relacionadas de alguna manera con la actividad deportiva nacional, con la firme convicción de decirle al país, y de manera particular a la familia deportiva nacional, que el grupo que se ha impuesto mecánicamente cada cuatro (4) años en la dirección del Comité Ejecutivo del Comité Olímpico Dominicano, y en la mayor cantidad de las federaciones nacionales, no son los únicos e imprescindibles para desempeñar esas funciones.

Esta es mi propuesta de dirigentes y personalidades para integrar un nuevo Comité Olímpico, incluidas sus distintas federaciones: Atilio de Frías; Aldo Leschhorn; Isaac Ogando; Marisela Peralta; Julio Mon Nadal; Wanda Rijo; Marcos Jiménez; Magnolia Concepción; Pablo Valdez; William Duke; Pedro Generoso Montero; Juan Piñao Ortiz; Thelma Tejada; Humberto Rodríguez; Miguel Merejo Hijo; Dionisio Guzmán; Bakemón Rodríguez, Fausto Severino; José Polanco; Ángel Rivas; Pedro Almonte; Heyda Joaquín; Rafael Isenia; Joaquín Albizu; Nirka Herrera; Neftalí Ventura; Rafael Reyes Ramírez; Andrés Liberato José; Juan A. Niemen; Felicia Candelario; Félix Sánchez; Alejandro Tejada; Gabriel Mercedes; César Augusto Martínez; Joel Pérez; Fernando Rodríguez; José Pío Santana; Joelle Schad; Eduardo Gómez; Miguel Cruzeta; Eliseo González; Juan Francisco Puello Herrera; Juana Arcandel; Luis Felipe López; Winston Llenas (chilote); Diego Pesqueira; Mario Álvarez Soto; Nancy Wilmore; Geovanny Florián; Juan Vila; Milagros Cabral; Jesús Mercedes; Blanca Iris Alejo; César Padrón; Osvaldo Rodríguez Suncar; Altagracia Zapata; Fernando Teruel; Deyanira Pascual; Héctor J. Cruz; Héctor Romero; Osiris Duquela; Cosiris Rodríguez; Carmen Gómez; Matilde Guerrero; Vinicio Muñoz; Antonio Valdez; Ernesto Florián; Héctor Rafael Romher Cuello; Rolando Miranda; Manuel Nin Matos; Madé Ogando; Leonel Carrasco; Bienvenido Matos Pérez; José Bello; Darío Fernández; Papi Pérez; Marcial Romero; Alexis Concepción; Felipe Medrano; Tereza Durán; Rafael Reyes Jérez; Rodolfo Espinal; Euríspides Pichardo; Pedro Leandro Rodríguez; José Tejada Gómez; Domingo Cuevas; Onésimo Acosta.

Es posible que hayan otras y otros dirigentes deportivos y ejecutivos vinculados al deporte que no haya recordado producto de mi edad biológica, o los haya excluido deliberadamente. En ese caso invito a mis amigos cercanos y distantes del deporte, a que agreguen o excluyan los personajes que consideren de lugar en cada caso. Sin duda alguna, el discernimiento colegiado de inquietudes, será una favorable metodología para arrojar luz en las etapas más conflictivas de nuestras vidas. Aprovechemos la oportunidad que aún nos concede la divinidad, y aportemos en este momento y siguientes, las ideas y sugerencias que requiere el deporte nuestro para renovarse y avanzar.

Luego de este primer intercambio entre amigos y amigas del deporte, considero debemos estar preparados para analizar las particularidades correspondientes a la implementación de la “Primera Asamblea Nacional Constituyente del Deporte Dominicano”. Sus particularidades iniciales corren por mi cuenta, y las socializaré con todo aquel ciudadano preocupado por el crecimiento de la más sana actividad física de los seres humanos en la siguiente entrega.

Agustín Cortés

Cineasta

Agustín Cortés Robles, nace en Santo Domingo, Capital de la República Dominicana el 23 de julio de 1957. Se graduó de Cineasta el 28 de octubre de 1983 en la Universidad Autónoma de Santo Domingo, formando parte de la primera promoción universitaria de cineastas del país. Posee una maestría y una especialidad en Educación Superior (2003-2005) de la misma Alma Mater. Es miembro fundador del Colectivo Cultural ¨Generación 80¨ del país. Ocupó la Dirección de la Escuela de Cine, Televisión y Fotografía de la Facultad de Artes (UASD), durante dos periodos: 2008-2011 y 2011-2014. En esa unidad docente, además de Director, fue coordinador de las cátedras Teoría e Investigación Cinematográfica y Técnica Cinematográfica. Actualmente es profesor jubilado de la indicada Institución de Educación Superior.

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