La historia politiquera de esta pequeña república medio selvática del Caribe registra hechos insólitos, que desde la era entreguista de Bobadilla hasta la espinosa era de Balaguer, pasando por la sangrienta Era de Trujillo, evidencian una irracionalidad que en diversos momentos ha levantado puños o armas, pero en muy pocas veces han levantado risas, por su naturaleza charlatana, como es el caso de Danilo Medina, que evade la invitación que le hace Luis Abinader, a reunirse este miércoles en el Palacio Nacional para consensuar la acción del Estado respecto al embrollado caso haitiano, y propone reunirse con él en la sede de su PLD.
Soy periodista con licenciatura, maestría y doctorado en unos 17 periódicos de México y Santo Domingo, buen sonero e hijo adoptivo de Toña la Negra. He sido delivery de panadería y farmacia, panadero, vendedor de friquitaquis en el Quisqueya, peón de Obras Públicas, torturador especializado en recitar a Buesa, fabricante clandestino de crema envejeciente y vendedor de libros que nadie compró. Amo a las mujeres de Goya y Cezanne. Cuento granitos de arena sin acelerarme con los espejismos y guardo las vías de un ferrocarril imaginario que siempre está por partir. Soy un soñador incurable.