Los últimos estudios sobre el “Trastorno del Espectro Autista” (TEA) definen dicha condición como una Entidad y no como una Enfermedad.
Como se sabe, los síntomas del TEA están acompañados por patrones de comportamientos e intereses restringidos y repetitivos, incluyendo el lenguaje corporal y el contacto visual.
Según se conoce, el concepto “Entidad” en el campo de la neuropsicología hace alusión al conjunto de rasgos propios de una colectividad de individuos frente a otros de su misma especie” (DSM-V, 2018 y Reportes de los estudios de la Universidad de HARVARD, 2001-2023).
Por su parte los reportes sobre TEA indican que dicha manifestación se presenta con “alteración y/o interrupción de la estructura o función de una parte del cuerpo, con síntomas y signos característicos, cuya etiología, patogenia y pronóstico pueden ser conocidos o desconocidos”.
Los síntomas más comunes que presente un niño con TEA son, entre otros: (1) Retrasos en el habla; (2) el uso de un solo o pocos gestos para saludar; (3) el niño/a no responde cuando alguien lo/a llama por su nombre y éste evita el contacto visual; (4) éste no comparte la diversión ni los intereses con otros niños de su misma edad.
Asimismo; (5) el niño/a presenta formas inusuales de mover las manos, los dedos o el cuerpo entero; (6) la mayoría de las veces el niño/a está muy centrado o unido a objetos inusuales; (7) el niño/a presenta incapacidad para imitar o simular; y, (8) también el niño/a realiza rituales repetitivos, tales como alinear objetos sin presentar cansancio o apatía de ningún tipo mientras realiza este tipo de actividad (Sociedad de Pediatría de Reino Unido, 2001).
De acuerdo a los resultados de los estudios realizados por la Sociedad de Psiquiatría de Reino Unido, “no hay dos niños con TEA que tengan los mismos signos y los mismos síntomas”, ya que son muchas los factores que influyen para que se presente la Entidad, especialmente, retraso en el lenguaje, problemas de razonamiento y en el aprendizaje.
Según se conoce entre los 18 meses y los dos años de edad, el pediatra profundiza sus estudios, realizando pruebas de cribado al niño con tendencias de padecer la Entidad de TEA, cuyos rasgos son tipificados según los indicadores pediátricos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En tal sentido, para diagnosticar si un niño/a presenta la Entidad TEA, los pediatras y los neuropsicólogos observan los signos y los síntomas que éste/a manifieste en las consultas, les hacen preguntas a sus padres sobre el comportamiento del niño/a, su interacción con los demás niños/as, así como otras preguntas importantes relacionadas con el modo de inter-actuar de éste/a.
Por su parte, los profesionales que evalúan al niño/a les preguntarán a sus padres, “si su nacimiento fue por parto vaginal o por cesárea, así como los antecedentes médicos de la familia y cualquier otras preguntas que ellos consideren oportunas para correlacionar las posibles causas de los síntomas del TEA” (OMS, 2002).
No obstante, si en el proceso de evaluación del niño/a para detectar TEA se complejiza, el equipo de especialistas les solicita a sus padres el consentimiento, para proceder a realizar una evaluación más profunda y exhaustiva en la que debe participar un neurólogo, un cardiólogo, un nutricionista y un terapeuta del habla”.
Una vez el niño/a es diagnosticado/a con la Entidad de TEA, el tratamiento y el seguimiento lo realiza un equipo de profesionales de la medicina y la psicología, para evaluar las actitudes y los comportamientos de éste/a, y proceder con las terapias para manejar los síntomas que presenta el paciente.
Como se sabe, los profesionales de la medicina y de la psicología que acompañan a un niño/a con un diagnóstico de la Entidad TEA, deben observar cómo éste se comunica, la claridad y coherencia de su lenguaje, su forma de pensar, cómo éste/ maneja sus emociones, su desarrollo psico-afectivo, sus habilidades sociales, su capacidad para ayudarse a sí mismo y, su disponibilidad de dejarse ayudar” (Reportes de los especialistas en TEA de la HARVARD, 2019).
Como ustedes han podido apreciar en el cuerpo de este artículo, son múltiples los factores que podrían causar la Entidad del TEA en un niño/a durante o después del parto, por lo que un diagnóstico a tiempo, puede contribuir a manejar y minimizar los riesgos de dicha Entidad.
Por último, la terapia de conducta y del habla (logopedia), la terapia ocupacional, la medicación y ayudas adicionales para el aprendizaje escolar, así como apoyo para que el niño desarrolle habilidades sociales y aprenda a cuidar su propio cuerpo, e integrarse a la sociedad.
“Una persona con autismo no necesita ser curada, sino aceptada” (Anónimo).
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