Al menos 21 palestinos murieron este jueves en ataques israelíes en Gaza, según fuentes médicas locales, mientras la Fundación Humanitaria de Gaza (GHF) cumple un mes de operaciones. Desde su apertura, más de 500 personas han muerto en las inmediaciones de sus centros, de acuerdo con el ministerio de Salud gazatí. En este contexto, el primer ministro Benjamin Netanyahu exigió al Ejército un nuevo plan para evitar que Hamás retome el control de la distribución de ayuda humanitaria, en medio de un repunte en su popularidad en Israel tras el alto el fuego con Irán.

Los ataques israelís en Gaza continúan y también crece el número de muertos entre quienes acuden en busca de ayuda a los centros de la Fundación Humanitaria de Gaza (GHF), que acaba de cumplir un mes en funcionamiento. 

Mientras los mediadores tratan de reanudar las conversaciones de alto el fuego entre Israel y Hamás, disparos y ataques aéreos israelíes mataron al menos a 21 palestinos en la Franja de Gaza el jueves, informaron las autoridades sanitarias locales. 

En una escuela que albergaba a familias desplazadas en el suburbio de Sheikh Radwan, en la ciudad de Gaza, un ataque aéreo israelí mató al menos a nueve personas, y cerca de un campamento de tiendas de campaña en Khan Younis, al sur del enclave, fueron asesinadas otras nueve personas en otro ataque.

No hubo comentarios inmediatos del ejército israelí sobre estos incidentes. 

Además, una multitud que esperaba los camiones de ayuda de la ONU en una ruta principal en el centro de Gaza fue víctima de disparos israelíes. Tres personas murieron y decenas resultaron heridas.

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Este es el episodio más reciente en los puntos de distribución de ayuda, una situación que se ha vuelto frecuente desde que comenzó a operar la Fundación Humanitaria de Gaza (GHF), el 27 de mayo de 2025, con el objetivo de reemplazar a organizaciones internacionales como UNRWA.

La fundación, creada en febrero de 2025, tiene su sede administrativa en Suiza y Estados Unidos, y cuenta con el respaldo de Israel. Su misión oficial es distribuir ayuda humanitaria en Gaza, pero las garantías para su correcto funcionamiento son tan controvertidas que las Naciones Unidas activamente se opone y critica duramente la iniciativa por considerarla contraria a los principios humanitarios.

Tanto los puntos de GHF en el centro y sur de Gaza como las rutas en el norte del enclave (como el área de Zikim, fronteriza entre Ciudad de Gaza y la parte más meridional de la Franja) se han convertido en focos de asesinatos de gazatíes en el último mes.

El ministerio de Sanidad de Gaza, controlado por el Gobierno de Hamás, ha registrado hasta el momento la muerte de unas 550 personas por los tiroteos del ejército israelí, que se producen en las inmediaciones de los puntos de GHF o de los camiones de ayuda cada día. Además, se han contado más de 4.000 heridos desde que este modelo de reparto comenzó. 

Nuevo plan para frenar el control de Hamás en la ayuda humanitaria

El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, dio 48 horas al Ejército para que elabore un nuevo plan de ayuda humanitaria en Gaza, asegurando que Hamás "está tomando nuevamente el control de la ayuda que entra al norte de la Franja de Gaza".

"El primer ministro y el ministro de Defensa (Israel Katz) ordenaron a las Fuerzas de Defensa de Israel que presenten en un plazo de 48 horas un plan de acción para impedir que Hamás tome el control de la ayuda", señala el comunicado difundido por la oficina de Netanyahu.

La nota, emitida hacia las 00:00, da dos días (hasta la medianoche del viernes al sábado) para abordar la entrada de ayuda en el norte de Gaza.

En las primeras horas del jueves, sobre el terreno, la población trataba de detener los camiones en las carreteras para recoger los alimentos que transportan, ya que la Fundación Humanitaria para Gaza (GHF) no había establecido un nuevo punto de distribución de ayuda.

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Organismos de la ONU como Unicef y la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) han reiterado que los ataques a los camiones provienen de civiles desesperados por hambre, como consecuencia del bloqueo total impuesto por Israel al ingreso de ayuda humanitaria, especialmente alimentos, medicinas y combustible, en Gaza durante más de dos meses, entre marzo y mayo.

Sobre estos tiroteos, la agencia EFE consultó al Ejército israelí, que culpó a Hamás de impedir que la población acceda a la ayuda y aseguró que "incluso actúan bajo la protección de la población civil en un intento de dañar a las fuerzas armadas".

"El Ejército permite a la organización civil estadounidense (GHF) distribuir ayuda a los residentes de Gaza de forma independiente, y operan en las proximidades de las nuevas zonas de distribución para permitir el reparto junto con la continuación de las actividades operativas de las fuerzas armadas en la Franja de Gaza", dice el comunicado castrense.

La organización civil estadounidense agrupa a empresas privadas de seguridad como Safe Research Solutions, liderada por un exagente de la CIA, y UG Solutions, compuesta por veteranos del ejército estadounidense, a quienes algunos medios israelíes de tendencia progresista califican abiertamente como mercenarios.

¿Y en qué va la guerra?

Israel sigue buscando eliminar a los militantes de Hamás, quienes atacaron el sur de Israel el 7 de octubre de 2023, y liberar a los rehenes que aún mantiene en su poder. Aquel día murieron 1.200 personas y 255 fueron secuestradas, según cifras del gobierno israelí.

Desde entonces, Israel inició su ofensiva militar en la Franja de Gaza, que ha causado hasta la fecha la muerte de más de 56.000 palestinos, según el ministerio de Salud gazatí.

Mientras tanto, los mediadores árabes, Egipto y Catar, respaldados por Estados Unidos, contactan a las partes en conflicto para intentar mantener nuevas conversaciones de alto el fuego. Hamás asegura que no hay una fecha exacta para la nueva ronda.

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, quiere que Hamás (que ha gobernado Gaza durante casi dos décadas) libere a todos los rehenes, renuncie a cualquier rol y deponga las armas para poner fin a la guerra.

Por su parte, Hamás ha declarado que liberará a los rehenes si Israel acepta un alto el fuego permanente y se retira de Gaza. También ha admitido que no gobernará Gaza, pero se ha negado a hablar sobre el desarme.

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Recientemente, después de que entrara en vigor el alto el fuego con Teherán (capital de Irán), anunciado por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, el partido Likud del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, aumentó su popularidad.

Según una encuesta publicada a última hora del miércoles por la cadena pública israelí Kan, ese partido obtendría 31 escaños en el Parlamento israelí (la Knéset) si se celebraran elecciones hoy, frente a los 23 que le daba la última encuesta de la cadena, elaborada antes de la guerra, lo que lo convierte en el partido más fuerte del país en este momento.

Pese a la mejora de Netanyahu en intención de voto, un 52 % de los encuestados apoya o apoya firmemente que se retire de la vida política una vez termine la guerra en Gaza, frente a un 24 % que se declara neutral y otro 24 % que se opone a su dimisión.

Con EFE, Reuters y medios locales

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