El bloque conservador ganó las elecciones en Alemania y Friedrich Merz será probablemente el nuevo canciller. Además, la ultraderecha representada en la AfD quedó como segunda fuerza, reconfigurado profundamente el nuevo equilibrio de la política alemana. Nuestro corresponsal en Berlín, Thomas Sparrow, explica las claves de los comicios alemanes.
Si algo quedó claro tras las elecciones del domingo 23 de febrero en Alemania es que los votantes eligieron un cambio de rumbo.
Cambio de rumbo porque los partidos de gobierno fueron castigados. Y porque todo parece indicar que habrá un nuevo canciller, Friedrich Merz, del bloque conservador CDU/CSU.
¿Qué conclusiones dejan las elecciones del domingo? ¿Qué se viene ahora para Alemania?
El país gira a la derecha
Alrededor de un tercio de los alemanes depositó su voto por el bloque conservador CDU/CSU, de centro derecha.
Eso, sumado al casi 20 por ciento que obtuvo el partido de ultraderecha Alternativa para Alemania (AfD), demuestra que los alemanes votaron por un giro a la derecha.
Hace cuatro años, cerca de la mitad de los electores había escogido partidos de izquierda o de centro izquierda, liderados por los socialdemócratas de Olaf Scholz. Pero el partido del canciller obtuvo el peor resultado de su historia.
Sobre todo, este giro a la derecha probablemente significará que el nuevo gobierno alemán –una vez se forme una coalición—buscará medidas más estrictas para controlar la migración irregular, uno de los temas clave de la campaña.
La búsqueda de coaliciones promete ser difícil. Claro está que la AfD seguirá en la oposición, puesto que los demás grupos parlamentarios han prometido no formar coaliciones con el partido de ultraderecha.
Ahora corresponde, sobre todo, a Friedrich Merz y a su CDU/CSU buscar puntos en común con los demás partidos para poder formar una coalición.
Merz ha dicho que quiere una coalición lo antes posible, pero el reto no podría ser mayor con un Parlamento tan dividido.
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La opción más probable en este momento es una coalición con los socialdemócratas, lo que en Alemania se conoce como una Gran Coalición.
La ultraderecha duplicó su resultado
Una segunda lección es sin duda el ascenso de Alternativa para Alemania (AfD), que duplicó su resultado comparado con los comicios de 2021.
El AfD es, por primera vez en su historia, el segundo partido más popular en el Parlamento.
Y eso en una historia relativamente corta. El partido fue fundado en 2013 y desde entonces no ha parado de crecer.
El año pasado obtuvo, en el este de Alemania, su primer triunfo electoral. Y ahora se consolida como la principal fuerza de oposición en el país.
La AfD ha dicho que está dispuesta a negociar una posible coalición con el bloque conservador, y asegura que está listo para asumir el poder.
Pero una coalición es algo que Merz ha rechazado en varias ocasiones, si bien recientemente el Parlamento aprobó -por primera y única vez- una moción no vinculante apoyada por ambos partidos.
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El domingo, Merz respondió directamente al ofrecimiento de Alice Weidel, la candidata del AfD, asegurando que “puede tendernos la mano como quiera, no perseguiremos una política equivocada para este país”.
“Tenemos puntos de vista fundamentalmente diferentes, por ejemplo en política exterior, en política de seguridad y en muchos otros ámbitos”, aseguró Merz.
Los partidos de gobierno fueron castigados
Los socialdemócratas, los verdes y los liberales tuvieron una noche para el olvido. Los tres partidos formaron hasta noviembre del año pasado el gobierno federal, pero su colapso llevó a las elecciones de este domingo.
Y los electores castigaron ese desempeño. Los tres partidos perdieron apoyo en comparación con las elecciones de 2021.
Para los liberales, incluso, el resultado significa que no formarán parte del nuevo Parlamento, pues no superaron el umbral del 5 por ciento. Su líder, el exministro de finanzas Christian Lindner, anunció su retiro de la política activa.
Olaf Scholz, el canciller, también anunció consecuencias tras el resultado de su partido y todo parece indicar que sus días al frente de Alemania están contados.
“Si hay conversaciones entre el SPD y la CDU/CSU, por ejemplo, no seré el principal negociador del SPD”, dijo. Y agregó: “No seré representante del SPD en un gobierno federal dirigido por la CDU”.
De los tres partidos, los Verdes son los que menos perdieron. Pero la derrota igual significa que tomarán consecuencias.
“Ya no reclamaré ni aspiraré a un papel destacado en la plantilla del Partido Verde,” dijo este lunes Robert Habeck, el candidato de los Verdes y actual vicecanciller.
Así, Habeck se suma a Scholz y a Lindner en asumir consecuencias personales del mal resultado electoral.
Las tres caras visibles de la coalición de gobierno que fracasó en noviembre -y que llevó a la elección del domingo- darán así un paso al costado.
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