Tras múltiples rondas de conversaciones directas entre las partes enfrentadas, la República Democrática del Congo y el grupo rebelde M23 firmaron el sábado en Qatar un nuevo marco para la paz, el denominado Marco de Doha para un Acuerdo de Paz Integral.
La República Democrática del Congo y el grupo paramilitar M23, respaldado por Ruanda, buscan con el acuerdo poner fin a los combates que han devastado el este del país desde 2021.
Ruanda ha negado reiteradamente las acusaciones de que ha ayudado al M23, que ahora controla más territorio en el Congo del que ha tenido en cualquier momento anterior.
En una ceremonia con la presencia de ambas partes se firmó el acuerdo Marco de Doha para un Acuerdo de Paz Integral. También estuvieron funcionarios de Estados Unidos y Qatar.
El jefe negociador qatarí, Mohammed Al-Khulaifi, calificó el acuerdo de “histórico” y añadió que los mediadores seguirán trabajando para lograr la paz sobre el terreno.
Durante meses, Qatar, Estados Unidos y la Unión Africana han participado en negociaciones continuas para poner fin al conflicto en el este de la nación, rica en minerales, donde el M23 ha capturado ciudades importantes desde comienzo del 2025.
En julio, en Doha, Qatar, se llevó a cabo la firma de la declaración de principios y de un alto el fuego entre RD Congo y el M23.
Este nuevo acuerdo fue diseñado para encajar dentro del marco de paz regional que la República Democrática del Congo y Ruanda firmaron en Washington en junio, bajo mediación de Estados Unidos.
Pese al acuerdo, surgieron informes de violaciones y acusaciones mutuas de romper la tregua.
El nuevo marco incluye ocho protocolos, pero aún es necesario trabajar para acordar cómo implementar seis de ellos, dijo el principal enviado de Estados Unidos para la región, Massad Boulos, quien reconoció que ha sido lenta la aplicación de los dos primeros protocolos, relacionados con el intercambio de prisioneros y la supervisión de un alto el fuego, acordados en los últimos meses.
Del acuerdo roto al resurgir del M23
Desde el inicio, el M23 ha estado ligado a las tensiones históricas en el este de la República Democrática del Congo.
El grupo nació en 2012 como la más reciente de una serie de insurgencias lideradas por tutsis, tomando su nombre del acuerdo del 23 de marzo de 2009, que debía integrar a antiguos rebeldes en el ejército y la administración, algo que el M23 acusa al gobierno de no haber cumplido.
Ese mismo año, los combates se intensificaron rápidamente: en julio de 2012, tropas de la ONU y del ejército congoleño atacaron posiciones del M23 cerca de Goma, mientras los cascos azules desplegaban tanques para proteger la ciudad ante el avance de los rebeldes.
En noviembre de 2012, el M23 tomó la capital provincial de Goma, controlándola durante días antes de retirarse bajo presión internacional y en medio de conversaciones de paz. Tras una ofensiva respaldada por la ONU, el levantamiento de 2012-2013 fue declarado terminado y muchos combatientes huyeron hacia Ruanda y Uganda.
Sin embargo, el conflicto resurge con fuerza a partir de finales de 2021 y 2022, cuando el M23 vuelve a atacar posiciones del ejército en Kivu del Norte y empieza a ganar terreno en una región rica en minerales.
El grupo respaldado por Ruanda ha capturado localidades estratégicas y financiado su esfuerzo de guerra controlando minas de coltán.
En 2025, los rebeldes tomaron gran parte de la provincia capital de Goma y avanzaron hacia Bukavu, mientras la ONU denunciaba la presencia de tropas ruandesas y advertía del riesgo de una guerra regional.
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Según cifras oficiales congoleñas presentadas ante la ONU, la ofensiva desde enero de 2025 ha dejado unos 7.000 muertos, pero esa cifra es global para el este del país y no existe todavía un total consolidado y definitivo desglosado solo para el M23 o solo para ciertas ciudades.
Con AFP, Reuters y medios locales
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