Nuri Aslan fue elegido alcalde interino de Estambul tras el arresto de Ekrem Imamoglu, líder opositor y virtual rival de Erdogan para las elecciones presidenciales. La Asamblea Municipal, con mayoría opositora, lo designó para completar el mandato. La detención de Imamoglu por presunta corrupción ha provocado protestas masivas y denuncias de persecución política. Mientras el Gobierno niega interferencias, la oposición alerta sobre un intento de control institucional.
La Asamblea de Estambul eligió el miércoles al socialdemócrata Nuri Aslan como alcalde interino en sustitución de Ekrem Imamoglu, principal figura de la oposición y el virtual rival del presidente Recep Tayiip Erdogan. Su arresto hace una semana por cargos de corrupción ha provocado una oleada de manifestaciones y denuncias de uso de la Justicia por parte del Gobierno turco contra rivales políticos.
Aslan, un ingeniero de 55 años, es desde hace 25 años concejal del Partido Republicano del Pueblo (CHP). Fue designado responsable interino el jueves pasado por el propio Imamoglu —tras su detención— y fue elegido en la tercera ronda de las votaciones en la Asamblea, en las que el partido socialdemócrata CHP, líder de la oposición en Turquía, tiene la mayoría, según informó la emisora turca 'Halk TV'.
"Nuestro alcalde, elegido con los votos de Estambul, regresará lo antes posible. Nosotros, junto con nuestro presidente, haremos honor a lo que nos confió y se lo devolveremos", afirmó Aslan, junto al máximo dirigente del partido Ozgur Ozel.
Tras la elección, los líderes del partido agradecieron a los manifestantes su apoyo diario en las manifestaciones y aseguraron que están evitando "un golpe de Estado civil". Hacían referencia a una posible intervención de la Alcaldía por parte del Ministerio del Interior, en control del partido de Erdogan.
Desde las elecciones municipales de marzo de 2024, trece alcaldías han sido intervenidas por el Gobierno turco, tras ser enviados los regidores a prisión preventiva por acusaciones de "vínculos con grupo terrorista", en referencia a la guerrilla kurda PKK.
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Protestas y represión de la disidencia
La detención la semana pasada de Imamoglu desencadenó las mayores manifestaciones contra el Gobierno en Turquía en más de una década y condujo a arrestos masivos. Y parece que aún no van a mermar. Cientos de miles de personas tienen siguen acudiendo a los llamados de la oposición y salen a las calles en protestas, en su mayoría pacíficas.
Los seguidores de Imamoglu consideran su arresto un mero pretexto para eliminar de la carrera política a un futuro rival de Erdogan. Mientras que, desde el Gobierno, se han anunciado múltiples medidas contra las manifestaciones. El Ministerio del Interior turco prohibió todas las marchas de protesta en Estambul.
Sin embargo, todas las noches se han producido grandes manifestaciones ante la Alcaldía. La del pasado domingo tuvo hasta 100.000 participantes, según reporta la agencia de noticias EFE.
El Gobierno niega tener influencia sobre el Poder Judicial y afirma que los tribunales son independientes.
Erdogan, quien ha dominado la política turca durante más de dos décadas, ha tachado las protestas nacionales de "espectáculo", ha advertido sobre las consecuencias legales y ha instado al CHP a dejar de "provocar" a los turcos.
Las manifestaciones en Estambul, Ankara y Esmirna, así como en otras ciudades y pueblos más pequeños de Turquía, han sido mayoritariamente pacíficas, con manifestantes que exigen la liberación de Imamoglu y el fin del retroceso democrático.
Algunas se tornaron violentas, con agentes que desplegaron cañones de agua, gases lacrimógenos y gas pimienta, y dispararon perdigones de plástico contra los manifestantes, algunos de los cuales han lanzado piedras, petardos y otros objetos a la policía antidisturbios.
Los gobernadores de Ankara e Izmir extendieron el martes la prohibición de manifestaciones hasta el 1 de abril y el 29 de marzo, respectivamente. En Estambul, la prohibición finaliza el jueves.
Líder del Partido Republicano visita a Imamoglu
Por su parte, Ozel se reunió el miércoles durante dos horas con Imamoglu en la prisión de Silivri, al oeste de Estambul. A su salida, declaró a la prensa que se sentía "avergonzado, en nombre de quienes gobiernan Turquía" y por "la situación que atraviesa Turquía".
Además, describió a Imamoglu y a otros dos alcaldes del distrito, miembros del CHP y que también han sido encarcelados, como “tres leones en el interior, de pie, con sus cabezas en alto… orgullosos de sí mismos, sus familias, sus colegas, sin miedo”.
También dio detalles de lo que sería la última manifestación frente al Ayuntamiento de Estambul. Ozel advirtió al gobernador, un funcionario del Gobierno a cargo de la Policía, que no permita ningún tipo de violencia en esa protesta.
"La lucha se extenderá a toda Turquía a partir de ahora, pero una pierna siempre estará en Estambul y la otra mano siempre estará en Sarachane", dijo Ozel, añadiendo que la resistencia pública había frustrado lo que la oposición llama un "intento de golpe" en su contra.
"Si provocan esta plaza esta noche, si usan gas lacrimógeno o atacan, cambiaré nuestro plan para los próximos días. Haré un llamamiento a 500.000 personas para que acudan al lugar que más les moleste", dijo.
Boicot contra empresas ligadas al AKP
El presidente de Turquía acusó el miércoles a la oposición política de “hundir la economía” por las manifestaciones.
Desde la detención de Imamoglu, los activos financieros turcos se han desplomado, lo que ha obligado al banco central a utilizar reservas para respaldar la lira. El Gobierno ha declarado que el impacto de las fluctuaciones será limitado y temporal.
La oposición también ha llamado a boicotear a las empresas que, según afirma, apoyan al Gobierno de Erdogan. El presidente turco acusó a la oposición de estar "tan desesperada que arrojaría al país y a la nación al fuego".
El gobernador del Banco Central, Fatih Karahan, declaró el miércoles que el banco había tomado medidas proactivas para garantizar el funcionamiento eficaz de los mercados y que estas medidas respaldaban su política monetaria restrictiva. Aseguró que la turbulencia no alteró la dinámica básica de la economía.
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Karahan dijo que las reservas de divisas del banco estaban en una posición "muy fuerte", a pesar de una intervención para apuntalar la lira la semana pasada.
"Hemos tomado todas las medidas necesarias de forma proactiva, respetando las reglas del mercado, y seguiremos haciéndolo. El banco central cuenta con un conjunto de instrumentos muy amplio y sólido", afirmó.
En su discurso ante los legisladores de su Partido de Justicia y Desarrollo, o AKP, Erdogan añadió que “el sabotaje contra la economía turca será llevado ante los tribunales”.
Reuters, AP, EFE y medios locales
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