El Gobierno israelí señaló este 4 de marzo que está dispuesto a pasar a la segunda fase del acuerdo de alto el fuego en Gaza, siempre y cuando Hamás se comprometa a liberar a los más de 59 rehenes que aún tiene en su poder. Entretanto en El Cairo, 22 países de la Liga Árabe debatieron un plan de reconstrucción del enclave, alternativo a la "Riviera de Medio Oriente", el proyecto de Donald Trump que busca convertir el azotado territorio en un lugar turístico y expulsar a sus 2 millones de habitantes a países de la región.

Israel condiciona el paso a la segunda fase de la tregua con Hamás en Gaza.

El ministro de Exteriores, Gideon Saar, señaló este martes 4 de marzo que estaría dispuesto a continuar con el acuerdo, pero establece como nueva condición la liberación de todos los 59 rehenes restantes en manos del grupo islamista.

 “Para ampliar el tiempo o el marco, necesitamos un acuerdo para liberar a más rehenes”, sostuvo Saar.

El titular de la Cancillería israelí negó que su país esté incumpliendo así con el acuerdo. Según afirmó, no existe “automatismo” alguno entre las fases, al tiempo que acusó a Hamás de violar el pacto por supuestamente apoderarse de la mayor parte de la ayuda humanitaria que entró en Gaza, durante la primera fase.

“Es un medio para continuar la guerra contra Israel. Hoy en día es la mayor parte de los ingresos de Hamás en Gaza”, afirmó. Por ello, el Gobierno israelí justificó su reciente prohibición de la entrada de ayuda humanitaria a Gaza, privando a millones de sobrevivir y utilizando el hambre como arma de guerra.

Según lo pactado, el cese de hostilidades abarca tres fases, la primera entró en vigor el pasado 19 de enero y estableció la liberación de 33 secuestrados-vivos y muertos-por parte de Hamás, a cambio de más de 1.900 palestinos presos en Israel, lo cual concluyó el 27 de febrero. 

El paso a la segunda etapa, también de seis semanas, debía negociarse durante la primera fase, que terminó el 1 de marzo, pero aún no hay un consenso sobre la continuidad del alto el fuego. Los términos del acuerdo establecen la liberación del resto de los secuestrados vivos durante la segunda fase, no antes, como ahora pide el Estado de mayoría judía. Además, incluye,  a cambio, un cese de hostilidades duradero y la retirada de las fuerzas israelíes.  Por tanto, Hamás ya había advertido que no liberaría a los rehenes restantes sin garantías de que la guerra terminará. 

Del éxito de los dos primeros pasos depende la tercera fase, enfocada en la reconstrucción de Gaza y un cese el fuego duradero.

Hamás, por su parte, afirma que quiere pasar a la segunda fase de unas negociaciones que podrían abrir el camino a un final permanente de la guerra con la retirada total de las fuerzas israelíes del enclave de Gaza y la devolución de los 59 rehenes restantes tomados en el ataque dirigido por Hamás contra Israel el 7 de octubre de 2023.

Israel impone que sus rehenes deben ser entregados para que se prorrogue la tregua y respalda un plan para prolongar el alto el fuego durante el mes de ayuno musulmán del Ramadán, que comenzó el sábado, hasta después de la festividad judía de la Pascua, en abril.

En el ambiente resuena la posibilidad de la reanudación de las hostilidades. En este sentido, Saar declinó comentar una información de los medios de comunicación israelíes según la cual Israel había fijado un plazo de 10 días para alcanzar un acuerdo o reanudar los combates. Pero el funcionario avisó: “Si queremos hacerlo, lo haremos”.

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Debaten plan de reconstrucción de Gaza, alterno a ambiciones de Trump

En paralelo a las preocupaciones por el frágil alto el fuego, El Cairo acogió este martes una cumbre extraordinaria de países integrantes de la Liga Árabe con el fin de hacer una contrapropuesta al plan de Donald Trump, que plantea expulsar a los palestinos de Gaza y construir allí lo que llamó la "Riviera de Medio Oriente".

Los gobiernos árabes debatieron en la capital de Egipto una solución, enfocada en la reconstrucción del azotado territorio palestino, que busca servir como plan alternativo o contraoferta a la cuestionada propuesta de Trump, en coordinación con Israel.

Según el borrador, redactado en la reunión que tuvo lugar anteriormente entre los ministros de exteriores de los países, los responsables abordaron el plan de Egipto para reconstruir la Franja de Gaza sin desplazar a los palestinos, una iniciativa que debe ser validada por los jefes de Estado de la región.

El plan de 53.000 millones de dólares contrarresta el pedido ampliamente condenado de Donald Trump de expulsar permanentemente a los cerca de dos millones de palestinos de Gaza para que Washington pueda desarrollar el territorio como un sitio turístico para otros.

Según un informe de la agencia de noticias AP, la primera fase del plan exige comenzar a retirar las municiones sin explotar y limpiar los más de 50 millones de toneladas de escombros que quedaron de los bombardeos y las ofensivas militares de Israel.

Se construirían cientos de miles de viviendas temporales donde la población de Gaza podría vivir mientras se lleva a cabo la reconstrucción. Los escombros se reciclarían y algunos de ellos se utilizarían como relleno para crear tierras ampliadas en la costa mediterránea de Gaza.

En los próximos años, el plan prevé remodelar completamente la Franja, construir viviendas y zonas urbanas “sostenibles, verdes y transitables”, con energías renovables. Renueva tierras agrícolas y crea zonas industriales y grandes parques.

Posteriormente, el plan se expondrá a "partes extranjeras para que logre apoyo y financiación internacional con el fin de garantizar su implementación con éxito". El llamado, por lo tanto, también tiene el objetivo de “movilizar la financiación árabe e internacional para reconstruir la Franja de Gaza”.

"La conclusión más importante es formular una postura árabe unificada que apoye a Egipto y Jordania en su rechazo rotundo y contundente de los planes de evacuación forzosa o voluntaria del pueblo palestino de Gaza y expulsarlos en los territorios de estos dos países", afirmó una fuente anónima a EFE.

De esta manera, los líderes de la región buscan enviar "un mensaje importante a la comunidad internacional y, especialmente, a la Administración de Donald Trump".

La Organización de Naciones Unidas (ONU) y el Banco Mundial estiman que la reconstrucción del enclave puede llegar a costar alrededor de 53.000 millones de dólares.

La región y el mundo rechazan enfáticamente el plan de Trump, con la luz verde de Netanyahu. Desde la Oficina Oval, ha reiterado su ambicioso proyecto inmobiliario cimentado sobre las ruinas de Gaza, el cual expulsaría a dos millones de habitantes que sobrevivieron a los bombardeos israelíes. 

“No quiero ser un gracioso, ni un listillo, pero la Riviera de Oriente Medio… Esto podría ser maravilloso", declaró en una rueda de prensa junto al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, el pasado 4 de febrero.

Las tensiones escalan y ante el plan de Estados Unidos e Israel los palestinos temen la repetición de la Nakba, que en árabe significa catástrofe. Un doloroso capítulo de la historia en el que unos 700.000 palestinos —la mayor parte de la población en ese momento— fueron expulsados o huyeron de sus hogares de lo que hoy es Israel, antes y durante la guerra árabe-israelí de hace 77 años.

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Hamás recibe positivamente la alternativa árabe, pero Israel la rechaza

Ante los progresos de los países árabes en acordar un proyecto de reconstrucción en Gaza que no requiera el exilio de sus habitantes, los protagonistas del conflicto ofrecen sus puntos de vista.

Por un lado, Hamás ve con buenos ojos los primeros puntos del borrador de la propuesta egipcia, mencionando a través de un comunicado que la cumbre de países árabes de este 4 de marzo "inaugura una etapa avanzada de alineamiento árabe e islámico con la justa causa palestina".

Sin embargo, en el lado israelí siguen prefiriendo la visión trumpista del futuro en el enclave palestino. El ministerio de Exteriores israelí sentenció que la iniciativa árabe "no aborda las realidades de la situación tras el 7 de octubre de 2023, permaneciendo anclado en perspectivas anticuadas". Además, cuestionó que la propuesta no condena el actuar de la milicia palestina.

"Con la idea del presidente Trump, hay una oportunidad para que los gazatíes tengan libre elección basada en su libre albedrío. ¡Esto debe ser alentado!", escribió el Ministerio israelí a través de un comunicado.

Además, Israel alega que Hamás "no puede seguir al poder" dentro de Gaza, señalando que la propuesta no aborda la desaparición del grupo. Sin embargo, la milicia palestina confirmó su apoyo a la "construcción de instituciones nacionales palestinas" que puedan desarrollar elecciones legislativas y presidenciales tan pronto como sea posible.

Con EFE, Reuters y AP

France24

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