55.000 personas se reunieron en el Parque de la Paz para conmemorar el 80 aniversario del primer bombardeo atómico de la historia en un contexto de crecientes conflictos globales. Con una alta participación, protocolos de seguridad y largas filas para entrar al recinto, los habitantes rezaron por las víctimas.
Medidas de seguridad que no permitían el paso de vehículos, cientos de estudiantes con sus uniformes escolares, sobrevivientes y más de 120 países y regiones se reunieron en el Parque Memorial de la Paz para conmemorar el 80 aniversario del lanzamiento de la primera bomba atómica de la historia.
Hace ocho décadas murieron más de 70.000 personas al instante en Hiroshima, la mayoría por las quemaduras que provocó la radiación en una ciudad húmeda y con altas temperaturas en verano.
55.000 personas asistieron a la Ceremonia Conmemorativa de la Paz. La fila para ingresar al recinto aún era larga cuando comenzó el acto a las 8:00 am. Para los habitantes de Hiroshima, cada 6 de agosto es un día para rezar por las víctimas y participar en actividades de la paz, organizadas en escuelas, universidades y alrededor del domo que permanece intacto desde hace 80 años.
Este aniversario llega en un contexto de conflictos globales, donde los hibakusha se esfuerzan por compartir lo que sucedió ese día a las nuevas generaciones. Durante la ceremonia, se guardó un minuto de silencio en el momento exacto en que Estados Unidos lanzó la bomba a 600 metros sobre la ciudad de Hiroshima.
Un llamado de paz
El alcalde de la ciudad, Kazumi Matsui, leyó la acostumbrada declaración de paz en la que resaltó la frase “akiramenai o nunca te rindas” para abogar por el desarme nuclear.
La frase fue comúnmente usada por el hibakusha Tsunao Suboi, quien murió hace 4 años. Y es que no solo ha sido la vida de este sobreviviente, la cifra de los testigos del horror de ese día está por debajo de los 100.000, según cifras del gobierno.
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"La creencia en aumento de que poseer armas nucleares es inevitable para proteger a un país contradice las lecciones aprendidas de la trágica historia del pasado”, enfatizó Matsui en su declaración de paz.
El alcalde instó al gobierno japonés a participar como observador en la Conferencia de Revisión del Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares del próximo año.”Debemos convertir el deseo de abolir las armas nucleares en el consenso de la sociedad civil”
El primer ministro Shigeru Ishiba también pronunció unas palabras, aunque rompió con la tradición al no leer la acostumbrada declaración de paz. Ishiba manifestó que su misión era liderar los esfuerzos de la comunidad internacional hacia un mundo sin armas nucleares.
Uno de los momentos más conmovedores fueron las palabras de dos niños de la escuela primaria, entre ellos Shun Sasaki, uno de los voluntarios del parque, que lucha por compartir la historia de los hibakusha en honor a su abuela, quien murió de cáncer a causa de la exposición por el bombardeo.
"Hay menos oportunidades de escuchar directamente a los sobrevivientes de la bomba atómica, quienes comparten recuerdos dolorosos que preferirían no tener. Nuestra misión es transmitir las voces de los hibakusha a la próxima generación", resaltaron los estudiantes.
Protestas en los alrededores
La jornada contó con un grupo de manifestantes en los alrededores del parque en contra de las armas nucleares, la presencia de potencias nucleares en el evento y el gobierno por su potencial aumento en el gasto de defensa.
Los voluntarios y defensores de la paz aseguran que el museo de la paz ha sido modificado debido a que antes era más real y doloroso. “El gobierno quiere incrementar el gasto en defensa. Nosotros la abolición de las armas nucleares”.
Los ciudadanos cuentan su experiencia
Cada año, Kairu Aikawa asiste a la ceremonia de la paz. Este año llegó a las 5:30 am y pudo ingresar al recinto a las 6:30 am para esperar en silencio el inicio de la ceremonia.
“Vengo desde 2019 y me alegró ver a representantes de todo el mundo, así como a figuras políticas de Japón, además de la gran cantidad de asistentes en general. La atmósfera era solemne, pero también profundamente humana. Entre los discursos, el más conmovedor fue el de los niños. Sus palabras, claras y sinceras, son un mensaje que debería ser traducido y compartido globalmente”, sostiene Aikawa a France 24 en Español.
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A las 8:15 am, hora exacta en que se lanzó la bomba atómica, Aikawa confiesa que no pudo evitar llorar. “Al finalizar la jornada, ofrecí flores y una oración ante el cenotafio. Más tarde, visité el Salón del Recuerdo, un espacio que invita a la contemplación profunda sobre lo ocurrido y lo que representa Hiroshima en el presente”, agrega el joven japonés.
Aikawa detalla la importancia que tiene para Japón rezar por las víctimas del 6 de agosto. “En la noche regresé al parque para participar en el Toro Nagashi, una ceremonia en la que se dejan flotar linternas de papel con mensajes de paz y amor”.
Compromiso por la paz
“Los hibakusha hemos sido marginados”, dijo Michiko Kodama, secretaria general de la organización ganadora del premio Nobel de la paz, Nihon Hidankyo. Su lucha es a favor del desarme nuclear para que nadie sea llamado hibakusha otra vez.
“Como sobreviviente, no tuvimos derechos humanos durante 11 años. Aunque se promulgó una nueva Constitución en Japón, que ya no era la del imperio, nos discriminaban. Fue muy doloroso ver cómo trataban a los muertos como si fueran basura. Lo más lamentable es que el gobierno actual aún no ha reflexionado sobre eso. Por eso, sigue existiendo el riesgo de que se vuelvan a crear nuevos hibakusha”, asegura Kodama a France 24.
El año que viene se cumplirán 70 años de la creación de la organización ganadora del Nobel de la paz. Durante todo ese tiempo, no han dejado de levantar su voz. “La bomba cayó en 1945, y recién en 1956 se creó la primera organización de hibakusha. Tenía 7 años cuando fui expuesta a la radiación. No pude hablar hasta que cumplí 18 años. Si lo hacía, me trataban como criminal. Así fue mi infancia: con hambre, miedo y contradicciones”.
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Discriminación sin fronteras
Duró Ágota, profesora de la universidad de Mujeres de Hiroshima, dice a France 24 en Español que los sobrevivientes no solo fueron japoneses también fueron víctimas los coreanos y estadounidenses.
“Al hablar de las historias de los hibakusha coreanos, por ejemplo, es imposible hacerlo sin mencionar la responsabilidad de Japón durante la guerra y las medidas coloniales que implementó. Estas finalmente llevaron a decenas de coreanos a las dos ciudades bombardeadas, y los expusieron a la radiación”, detalla Ágota.
La profesora impartió el curso de “Hiroshima y Paz” en los días previos a la conmemoración en la universidad Jogakuin. El 6 de agosto asistió con sus estudiantes a la ceremonia y al finalizar se trasladaron a la escuela secundaria y preparatoria Hiroshima Jogakuin para participar en un evento por la paz.
“Las trágicas experiencias deben servir como un poderoso recordatorio de que jamás debemos oprimir ni explotar a otros pueblos, y que nunca podemos discriminar por motivos raciales ni tratar a otras personas como inferiores”, sostiene Ágora.
Para ella no hay motivo de tener armas nucleares, así sean con fines de disuasión. “Estoy convencida de que no es la posesión de armas nucleares lo que debería servir como disuasión. Más bien, son las historias de los hibakusha y las poderosas lecciones que la humanidad puede aprender de ellas, las que deberían actuar como la verdadera disuasión contra futuros ataques nucleares”
A 80 años de la tragedia en Hiroshima y Nagasaki, la lección parece desvanecerse entre los conflictos globales.
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