Los ministros de Exteriores del G7 se reúnen el jueves 13 de marzo en Quebec, Canadá, para abordar los temas más candentes en materia de política exterior. El secretario de estado de EE. UU., Marco Rubio, encabezará el centro de las miradas como representante del Gobierno de Donald Trump que ha mostrado un marcado cambio en la política Exterior. La guerra arancelaria desatada en las últimas semanas o las recientes conversaciones que tuvieron lugar en Arabia Saudita para encaminar el futuro de la guerra de Ucrania estarán en el centro del debate.
La ciudad de Quebec, en Canadá, acoge el jueves 13 de marzo la cumbre de ministros de Exteriores del G7, una reunión que estará marcada por el retorno de Donald Trump a la Presidencia de Estados Unidos y que tendrá como representante a su secretario de Estado, Marco Rubio.
Como no podía ser de otra forma, el asunto principal que estará sobre la mesa será la guerra en Ucrania, que ha experimentado un giro diplomático después de las negociaciones celebradas esta semana en Yeda, Arabia Saudita, y que claudicaron con las tentativas estadounidenses y ucranianas de que Moscú acepte un cese el fuego durante 30 días.
De hecho, las reuniones del G7 celebradas desde el año 2014 han estado marcadas por el veto a Rusia, en respuesta a la anexión de Crimea, y ahora vivirá un revés al ver las posiciones de Washington y Moscú –presuntamente– en sintonía.
La reunión contará con la participación de otros países habituales: Alemania, Francia, Italia, Japón, Reino Unido y –el anfitrión– Canadá, son firmes defensores de Ucrania desde que se inició la ofensiva rusa.
La declaración saliente de la reunión, en la que Washington tendrá voz y voto, buscará –previsiblemente– ir en la línea de anteriores documentos que censuran la actitud del Kremlin en este conflicto, aunque tendrá en cuenta las conversaciones realizadas en Arabia Saudita, por las cuales dejan “en el tejado de Rusia”, dijo Rubio, la decisión final de un cese el fuego.
Y Rubio fue claro: la actitud laxa de Trump hacia Putin puede dar un giro y cambiar por completo la declaración que salga de Quebec.
“Si dicen que no, obviamente tendremos que analizarlo todo y, de alguna manera, determinar nuestra posición en el mundo y cuáles son sus verdaderas intenciones. Creo que si dicen que no, nos dirá mucho sobre sus objetivos y su mentalidad”, aseguró Rubio sobre la futura decisión de Rusia acerca del cese el fuego.
Los líderes en materia de política Exterior buscan también realizar otra declaración –que sería la segunda de este tipo– para frenar la denominada flota en la sombra de Rusia, un entramado del Kremlin para sacar a los mercados productos como petróleo, armas y cereales evitando así las sanciones internacionales.
Otros asuntos, como la guerra en Gaza o las recientes escaramuzas sectarias en Siria, marcarán debates paralelos en la reunión que se celebra en el resort fluvial de La Malbaie, a unos 150 kilómetros de la ciudad de Quebec.
China, país que representa la segunda economía más grande del mundo y que nunca ha recibido invitación alguna para sentarse entre mandatarios del G7, marcará otro punto en la agenda de ministros.
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Guerra arancelaria con el anfitrión
El secretario de Estado, Marco Rubio, no solamente centrará las miradas por representar al hombre que ha vuelto al Despacho Oval. También tendrá que dar explicaciones a su homóloga canadiense, Mélanie Joly, por varios aspectos.
El primero de todos, y el más significativo, la guerra arancelaria que Washington mantiene con Ottawa. Aunque los porcentajes arancelarios han ido variando –mientras unos se mantienen en pausa, otros hacen su cometido–, la inestabilidad diplomática entre ambos países se hace patente.
Otro, el de la anexión de Canadá, el mismo Rubio ya lo ha desmentido. Así, el secretario de Estado ha negado que su país quiera poner sobre la mesa esta cuestión: “Nos centraremos en el G7 y todo eso. De eso se trata la reunión. No se trata de cómo vamos a tomar el control de Canadá”, dijo el secretario de Estado.
Joly, eso sí, espera poder tener un cónclave con su contraparte para evitar más decisiones que vayan en contra de los intereses comerciales de sus compatriotas e, incluso, evitar las tasas del 25% ya impuestas.
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Con Reuters, EFE y medios locales
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