Ronen Bar, jefe de los servicios de seguridad interior de Israel, afirmó el lunes 21 de abril en una declaración jurada ante el Tribunal Supremo que Benjamin Netanyahu le había exigido lealtad personal. Según Bar, el primer ministro israelí también le había pedido que vigilara a los ciudadanos israelíes que estaban detrás de manifestaciones antigubernamentales.

Destituido desde hace un mes por el Gobierno, pero todavía en su puesto, el jefe de la agencia de inteligencia interior israelí (Shin Bet) ha contraatacado. 

Ronen Bar presentó este lunes 21 de abril dos declaraciones juradas -una confidencial y otra pública- al Tribunal Supremo israelí a fin de responder a las alegaciones con las que el primer ministro, Benjamin Netanyahu, justificó su despido.

Se supone que el Shin Bet es apolítico, pero en el documento público, el jefe del organismo afirmó que la medida adoptada por Netanyahu en marzo para destituirlo no se basaba en razones profesionales, sino que estaba motivada por expectativas no cumplidas de “lealtad personal” al primer ministro israelí. 

Dijo que presentaba su declaración jurada para garantizar la "independencia profesional de la agencia, así como su capacidad para negarse a cumplir órdenes improcedentes".

Ronen Bar escribió también que, en caso de crisis constitucional, “estaba claro” que Netanyahu esperaba que le obedeciera a él y no al Tribunal Supremo. 

El Tribunal Supremo de Israel congeló el despido de Bar tras múltiples recursos judiciales contra la medida. En una vista celebrada a principios de este mes, el Tribunal instó a las partes a llegar a un acuerdo sobre el despido de Bar. La declaración jurada se presentó entonces en el marco de las deliberaciones sobre el despido.

El 7 de octubre: un motivo al centro del despido de Bar

Se trata del último episodio de la saga jurídico-política que enfrenta al primer ministro israelí con el jefe del Shin Bet.

Benjamin Netanyahu destituyó a Bar el mes pasado por lo que calificó de crisis de confianza en torno a los ataques de Hamás el 7 de octubre de 2023: la jornada más mortífera del país con 1.218 personas fallecidas, la mayoría civiles, según un recuento de AFP basado en datos oficiales israelíes y que incluye a los rehenes que murieron o fueron asesinados en cautiverio.

Esa decisión provocó un gran revuelo en Israel, porque se produjo cuando la agencia está investigando los vínculos entre la oficina del dirigente israelí y el Estado árabe del Golfo de Qatar, mediador clave entre Hamás e Israel en la guerra de Gaza. 

Los críticos afirman que el despido está viciado por un conflicto de intereses destinado a desbaratar esa investigación, acusación que Netanyahu niega. La destitución de Bar está también contestada por la oposición, que la considera una señal de la deriva autocrática del gobierno.

Por su parte, el partido de Netanyahu, el Likud, ha acusado a Bar de actuar contra el primer ministro y de convertir partes del Shin Bet en “una milicia privada del Estado profundo”.

Sin embargo, Bar argumentó en su declaración jurada del lunes que la búsqueda para destituirlo comenzó más de un año después de los ataques. Citó una serie de acontecimientos ocurridos entre noviembre de 2024 y febrero de 2025, que, según dijo, parecían impulsar las maniobras del primer ministro contra él.

Entre ellos se incluían investigaciones del Shin Bet sobre filtraciones de documentos secretos del Ejército a los medios de comunicación y posibles vínculos entre ayudantes de Netanyahu y Qatar, además de una investigación del Shin Bet sobre sus propios fallos, que también apuntaban a que el Gobierno había ignorado las advertencias previas al 7 de octubre y los fallos políticos que lo precedieron.

“No se ocultó nada al primer ministro”

En reacción a estas acusaciones, la oficina de Benjamin Netanyahu las calificó en un comunicado de “falsas”, asegurando que serían “refutadas detalladamente en breve”, y repitió la acusación de Benjamin Netanyahu, diciendo que Bar había “fracasado miserablemente” el 7 de octubre de 2023 y que “esto justifica por sí solo el fin de su mandato”. 

Alrededor de las 3 de la madrugada ese día, todos los organismos de seguridad habían recibido una alerta sobre “preparativos inusuales y la posibilidad de intenciones ofensivas por parte de Hamás”, según el Shin Bet. 

Bar explicó en concreto cómo acudió a la sede de los servicios de seguridad interior a las 4:30 de la madrugada, dos horas antes del ataque de Hamás en suelo israelí, y dio instrucciones para que el asesor militar del primer ministro fuera informado de los acontecimientos.

“Con dolor insisto en que nadie previó que se produciría un atentado así, y menos aquella mañana”, escribió Ronen Bar. “Aquella noche no se ocultó nada a las fuerzas de seguridad ni al primer ministro”, añadió.

Espiar a manifestantes israelíes 

En su declaración, Ronen Bar también afirmó que Benjamin Netanyahu le dijo “en más de una ocasión” que esperaba que sus servicios tomaran medidas contra los ciudadanos israelíes implicados en protestas antigubernamentales, “haciendo especial hincapié en vigilar a quienes respaldan las protestas”. 

Además, el jefe del Shin Bet confirmó las informaciones de los medios de comunicación según las cuales Benjamin Netanyahu había intentado obtener su firma para retrasar el testimonio del primer ministro en su juicio por corrupción. 

Netanyahu, que niega haber cometido delito alguno, comenzó a declarar en su largo proceso judicial en diciembre. Su oficina negó que hubiera solicitado un aplazamiento.

Por otra parte, Ronen Bar acusó al primer ministro de haberle “expulsado” de las negociaciones sobre la liberación de los rehenes, por considerar que esta decisión había puesto en peligro la continuación de las conversaciones sobre un alto el fuego con Hamás.

¿Una próxima dimisión?

El 8 de abril, el Tribunal Supremo había confirmado en una sentencia su decisión inicial de suspender la destitución del jefe del Shin Bet, tras examinar los cinco recursos presentados ante él.

Ronen Bar “seguirá desempeñando sus funciones hasta una decisión posterior”, dictaminó el Tribunal, autorizando al gobierno a entrevistar a candidatos para sucederle pero prohibiendo cualquier “anuncio de nombramiento”.

Por su parte, el jefe del Shin Bet había dicho haber aceptado el fracaso de la agencia de inteligencia interior israelí a la hora de impedir el 7 de octubre. “Anunciaré en breve la fecha de mi dimisión”, concluyó Bar en el documento de 11 páginas hecho público este lunes.

Con Reuters, EFE, AFP y AP

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