China prometió el lunes 7 de abril proteger a las empresas estadounidenses en respuesta a los aranceles del 34% impuestos la semana pasada por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Los aranceles en represalia por parte China tenían como objetivo "conducir a Estados Unidos de nuevo hacia el buen camino", declaró el viceministro de Comercio chino, Ling Ji.
El alto funcionario chino se comprometió a proteger a las empresas estadounidenses y aseguró que su país seguirá siendo una "tierra prometedora" para la inversión extranjera, anunció Beijing el lunes 7 de abril, tras la imposición de aranceles del 34% a las importaciones estadounidenses.
China tomó represalias ante los gravámenes del mismo nivel anunciados por Donald Trump en lo que denominó el "Día de la Liberación".
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También impuso controles a la exportación de siete tierras raras, entre ellas el gadolinio (comúnmente utilizado en resonancia magnética) y el itrio, empleado en electrónica de consumo.
El viceministro de Comercio había declarado el domingo ante un panel de representantes de empresas estadounidenses que los aranceles "protegen firmemente los derechos e intereses legítimos de las empresas, incluidas las estadounidenses", según declaró su Ministerio.
Ling Ji instó también a las empresas a "adoptar medidas pragmáticas para mantener conjuntamente la estabilidad de las cadenas de suministro globales y promover la cooperación mutua y resultados beneficiosos para ambas partes".
Estados Unidos exportó 144.600 millones de dólares en bienes a China en 2024, una cifra muy inferior a los 439.700 millones de dólares que importó, según datos del Departamento de Comercio.
Entre sus exportaciones, los sectores clave incluyen equipos eléctricos y electrónicos y diversos combustibles, además de semillas oleaginosas y cereales.
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Las bolsas de valores sufrieron una ola de ventas el lunes, en respuesta a la puja entre ambas potencias.
Las ventas en Asia fueron generalizadas y ningún sector salió indemne: empresas tecnológicas, fabricantes de automóviles, bancos, casinos y empresas energéticas sufrieron las consecuencias, ya que los inversores abandonaron los activos más riesgosos.
Entre los mayores perdedores, los gigantes chinos del comercio electrónico Alibaba se desplomaron más del 14% y su rival JD.com cayó un 13%, mientras que el gigante japonés de inversión tecnológica SoftBank se desplomó más del 10% y Sony cedió un 9,6%.
Con AFP
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