Las autoridades migratorias de EE. UU. extendieron este sábado 7 de junio sus redadas en el corazón de Los Ángeles, tras numerosas protestas y una respuesta policial en la que se lanzaron gas lacrimógeno y granadas aturdidoras. En las últimas 48 horas, agentes federales enmascarados y fuertemente armados han llevado a cabo detenciones masivas en Los Ángeles, una ciudad considerada "santuario" de migrantes.
El viernes, agentes del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos (ICE) arrestaron a más de 40 personas, mientras ejecutaban órdenes de registro en diferentes lugares, como el exterior de un almacén de ropa, donde se produjo un momento de tensión cuando una multitud intentó cerrar el paso a los agentes para evitar que se fueran.
Desde hace 48 horas, operativos masivos de detención de migrantes en Los Ángeles, en algunos casos vestidos de civil, provocaron escenas de tensión.
Videos en redes muestran a agentes armados, vestidos con uniformes militares de color caqui, enfrentándose a una multitud que protesta.
La ONG Unión Estadounidense de Libertades Civiles (ACLU) exigió este sábado a las autoridades locales que cumplan con su "promesa" de mantener a Los Ángeles como 'ciudad santuario' (de protección de migrantes), después de las múltiples redadas del viernes.
"Los líderes municipales rompieron su promesa. Agentes del Departamento de Policía de Los Ángeles ayudaron a los agentes federales a aterrorizar los barrios de Los Ángeles, impidiendo que la gente fuera a trabajar, compareciera ante el tribunal de inmigración o asistiera a las graduaciones de sus hijos", afirmó Andres Kwon, abogado y asesor principal de políticas de la Fundación ACLU del sur de California, en un comunicado.
Kwon, en nombre de esta organización no partidista y sin ánimo de lucro que defiende derechos y libertades civiles garantizados por la Constitución, calificó la actuación del ICE, que se saldó con aproximadamente 45 detenidos, como propia de "matones enmascarados que secuestran y encierran a angelinos en sótanos".
"Cuando la Policía lanza gases lacrimógenos contra manifestantes y observadores legales, que ejercen sus derechos amparados en la Primera Enmienda, y cuando los líderes sindicales son brutalizados por atreverse a oponerse a una injusticia flagrante, preguntamos a nuestros líderes locales y estatales: ¿Dónde están? ¿Qué harán para acabar con esta locura?", continuó el abogado de ACLU.
Al menos tres grandes operativos migratorios -en los que hubo fuertes enfrentamientos con activistas y miembros de la comunidad que trataron de evitar las detenciones- fueron reportados el viernes 6 de junio por defensores de los inmigrantes en localidades eminentemente hispanas del centro de Los Ángeles.
Angélica Salas, directora de la Coalición por los Derechos Humanos de los Inmigrantes de Los Ángeles (CHIRLA), reportó en una conferencia de prensa que al menos 45 inmigrantes fueron detenidos. Pero el número podría crecer a medida que se conozcan más reportes.
A principios de abril, el activista propalestino Mohsen Mahdawi fue detenido por la Policía en una oficina a donde había acudido para una entrevista con vistas a su naturalización.
Un operativo con el FBI y la DEA
El operativo estuvo apoyado por agentes vestidos con uniformes camuflados y vehículos blindados, que utilizaron gases para dispersar a los manifestantes.
El FBI confirmó en un comunicado la participación de su personal en las redadas migratorias. También se observaron agentes portando identificaciones de la DEA.
Dos de las redadas se realizaron en negocios del Distrito de la Moda, donde se ejecutó el arresto de por lo menos dos docenas de trabajadores, según detallaron activistas que presionaban a los agentes para evitar el operativo.
Esta es la operación simultánea más grande ocurrida en Los Ángeles tras la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca con una promesa de deportaciones masivas.
En las últimas semanas, la Administración republicana ha hecho varios cambios en ICE para presionar por más arrestos. El Ejecutivo estadounidense tiene como objetivo realizar al menos 3.000 arrestos al día, pero las detenciones de trabajadores que no suponen un riesgo a la comunidad han comenzado a generar gran rechazo.
"Sembrar terror"
La alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, afirmó que la actividad tenía como objetivo “sembrar terror” en la segunda ciudad más grande del país.
Pero, en un comunicado emitido el sábado, el director interino del ICE, Todd Lyons, criticó a Bass por la respuesta de la ciudad ante las protestas.
“La alcaldesa Bass se puso del lado del caos y la anarquía sobre la aplicación de la ley”, dijo Lyons en un comunicado. “No se equivoquen, el ICE continuará haciendo cumplir las leyes de inmigración de nuestra nación y arrestando a extranjeros ilegales criminales”.
Una "ciudad santuario", como Los Ángeles, es un territorio que limita la cooperación con las autoridades federales de inmigración, especialmente en lo que respecta a las detenciones o deportaciones de personas indocumentadas.
Los manifestantes se reunieron el viernes por la noche fuera de un centro de detención federal de Los Ángeles al que fueron trasladados los arrestados según sus abogados, coreando “¡Libérenlos, déjenlos quedarse!”.
Otros manifestantes sostenían carteles que decían “¡Fuera el ICE de LA!”, coreaban cánticos y gritaban desde megáfonos. Algunos garabatearon grafitis en la fachada del edificio.
Agentes vestidos de civiles aterran en Nueva York
En un pasillo con luces tenues, dos hombres fueron inmovilizados en el suelo por policías vestidos de civil. Estos agentes de inmigración detuvieron, este viernes, a dos migrantes en el recinto de un tribunal de Nueva York, una escena que se ha convertido en habitual y que ilustra el estricto control de la inmigración que quiere Donald Trump.
Los policías gritan a los dos hombres que no se muevan, los obligan a permanecer en el suelo, con la cara pegada al suelo, les agarran las muñecas para esposarlos por la espalda, mientras los voluntarios de las asociaciones de defensa de los indocumentados gritan indignados.
Los dos hombres, tomados por los hombros a ambos lados, son empujados hacia un ascensor en la planta 12 del tribunal federal de Manhattan, sin que se sepa de qué se les acusa ni cuál es su destino.
Ambos habían acudido a una audiencia relacionada con su procedimiento migratorio y ahora se encuentran esposados.
La AFP estaba presente en el lugar y observó la detención, tras un episodio similar en el mismo lugar a principios de semana y muchos otros en Estados Unidos.
"Secuestros" de migrantes
Desde su regreso al poder en enero, el presidente estadounidense Donald Trump y su Gobierno han multiplicado las iniciativas para expulsar al máximo número posible de inmigrantes indocumentados del país, al tiempo que tratan de ampliar sus prerrogativas en la materia. Durante su campaña, el republicano acusó a los inmigrantes de ser "criminales" que "envenenan la sangre" de Estados Unidos.
Para facilitar las expulsiones, las autoridades federales han anulado las normas que impedían a los policías acceder a determinadas zonas, como los tribunales.
El viernes en Nueva York, uno de los dos detenidos era Joaquín Rosario, un hombre de 34 años originario de la República Dominicana. Según un familiar, llegó a Estados Unidos hace un año, se registró ante las autoridades y el viernes asistía a su primera audiencia ante un juez de inmigración.
El otro, visiblemente asiático, llegó al tribunal sin ningún familiar que lo acompañara, aunque sí lo hizo un voluntario de una asociación de apoyo a los indocumentados, cuyos miembros gritaron durante la detención.
Antes de este episodio, otros migrantes indocumentados acudieron a sus citas rutinarias sin incidentes y dos venezolanos incluso se marcharon jubilosos, ya que su próxima audiencia estaba programada para 2027.
Las asociaciones de defensa de los derechos de los migrantes denuncian estas detenciones en los tribunales, ya que consideran que socavan la confianza de los justiciables que tratan de obtener un permiso de residencia.
Hay que "dar la voz de alarma" sobre estos "secuestros ilegales", declaró a la AFP Karen Ortiz, una de las manifestantes presentes el viernes y empleada del tribunal.
Con AFP, Reuters y AP
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