Cuando el papa Francisco asumió el poder en 2013, la Iglesia católica estaba envuelta en un escándalo mundial por los abusos sexuales a menores de edad cometidos por sacerdotes y los intentos de la institución por encubrirlos.
El pontífice sancionó a altos cargos del clero e hizo obligatoria la denuncia de los abusos, pero las víctimas dijeron que se puede y se debe hacer más.
Comisión criticada
En diciembre de 2014, el papa Francisco creó un grupo internacional de expertos para recomendar cómo proteger a los menores de edad, pero la comisión estuvo envuelta en la polémica desde el principio.
Dos miembros en representación de supervivientes de abusos dimitieron en 2017, entre ellos Marie Collins, que fue violada por un sacerdote en Irlanda cuando tenía 13 años y que denunció como "vergonzosa" la falta de cooperación de los funcionarios vaticanos.
En marzo de 2023, el último miembro fundador de la comisión, el destacado sacerdote jesuita alemán Hans Zollner, dimitió expresando su preocupación por "la responsabilidad, el cumplimiento, la rendición de cuentas y la transparencia".
Punto de inflexión en Chile
El viaje del papa Francisco en enero de 2018 a Chile, donde un escándalo de pederastia clerical había causado indignación, fue un punto de inflexión.
Francisco defendió inicialmente a un obispo chileno de las acusaciones de que encubrió los crímenes de un sacerdote anciano, exigiendo a los acusadores que mostraran pruebas de su culpabilidad.
Más tarde admitió haber cometido "graves errores" en el caso, algo inédito para un Papa. Convocó a todos los obispos de Chile al Vaticano, tras lo cual todos presentaron su renuncia.
Caso McCarrick
En febrero de 2019, en una primicia histórica, el papa Francisco desaforó al ex cardenal estadounidense Theodore McCarrick tras ser declarado culpable por un tribunal vaticano de abusar sexualmente de un adolescente en la década de 1970.
McCarrick había sido conocido por mantener relaciones sexuales con seminaristas adultos, y el año anterior, el exembajador del Vaticano en Estados Unidos, Carlo Maria Vigano, acusó al papa Francisco de ignorar años de denuncias contra el cardenal.
Un informe del Vaticano en 2020 reconoció errores de la jerarquía católica y descubrió que el expapa Juan Pablo II ignoró los consejos contra la promoción de McCarrick, pero absolvió en gran medida a Francisco.
Cumbre sin precedentes
En febrero de 2019, el papa convocó a los jefes de 114 conferencias episcopales de todo el mundo con el jefe de las iglesias católicas orientales y superiores de congregaciones religiosas para una cumbre de cuatro días sobre "la protección de menores de edad".
En ella se escucharon relatos devastadores de supervivientes de abusos y críticas mordaces desde dentro de la Iglesia.
El cardenal alemán Reinhard Marx, estrecho colaborador del papa, lanzó la bomba de que las oficinas episcopales podrían haber destruido expedientes de sospechosos de abusos clericales.
El papa prometió una "batalla sin cuartel" contra los abusos, comparando los abusos sexuales a menores de edad con los sacrificios humanos.
Cambios legales
En diciembre de 2019, el papa puso a disposición de los tribunales laicos las denuncias, testimonios y documentos de los juicios internos de la Iglesia. Las víctimas pudieron acceder a sus expedientes y a cualquier sentencia.
El mismo año, estableció la obligatoriedad de denunciar a las autoridades eclesiásticas las sospechas de agresión o acoso sexual -y cualquier intento de encubrimiento-.
En 2021, la Iglesia católica actualizó su código penal por primera vez en casi 40 años para incluir una mención explícita a los abusos sexuales cometidos por sacerdotes contra menores de edad y discapacitados.
Sin embargo, las víctimas siguen quejándose de que el clero sigue sin estar obligado a denunciar los abusos a las autoridades civiles según los códigos de la Iglesia, y todo lo que se dice en el confesionario sigue siendo sacrosanto.
Un historial contradictorio
En sus viajes al extranjero, desde Canadá a Bélgica, el papa Francisco se reunió con supervivientes de abusos e hizo frecuentes llamamientos al perdón.
Sin embargo, aunque es el papa que más ha hecho para combatir esta actividad criminal, los activistas afirman que nunca ha reconocido las causas "sistémicas" de los abusos en la Iglesia.
Se le criticó por no reunirse con los autores de un importante informe sobre los abusos sexuales dentro de la Iglesia en Francia, y pidió cautela al interpretar su afirmación de que alrededor de 330.000 menores de edad habían sido abusados en 70 años.
Los críticos también dicen que debería haber sido más decisivo con Marko Rupnik, un sacerdote esloveno y artista de mosaicos de renombre mundial acusado de abusar de una comunidad de mujeres religiosas adultas en la década de 1990.
Bajo presión, el papa renunció al plazo de prescripción en 2023 para permitir posibles procedimientos disciplinarios.
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