Vestida con un elegante azul tornasolado y portando su violín Antonius Stradivarius de 1690 (de la casa Florian Leonhard Fine Violins, Londres), Aisha Syed se alzó sobre la sólida base musical de los 67 maestros instrumentistas de la Orquesta Sinfónica Nacional, bajo la batuta de José Antonio Molina.  Era la apertura de la Temporada Sinfónica 2025 de la Orquesta Sinfónica Nacional.

El director, que vibra y siente cada acorde con la fuerza y la suavidad que dicta la partitura, acompañó a la solista en un diálogo sonoro donde cada nota encontraba su lugar.

Syed sedujo a la audiencia con su afinada expresividad, movimientos firmes y una digitación tan veloz que resultaba difícil seguir el movimiento de los dedos de su mano izquierda. Se esmeró en la introducción de sus solos y alcanzó su máxima expresividad en los finales. Desarrolló ejecuciones que arrancaron aplausos y entusiastas “¡Bravo!” de un público que no salía de su asombro ante tal despliegue de entrega y dominio de una obra clásica de referencia.

José Antonio Molina y Aisha Syed. Foto David Soto, con la Orquesta Sinfónica Nacional.

La violinista impone desde el momento en que pisa el escenario. Su presencia va más allá de la elegancia del vestido: hay en ella un aura de singularidad artística, de concentración absoluta en su instrumento y en su misión interpretativa. Su entrega es total y hace ver simple lo que, en realidad, es técnicamente complejo. Su página web es aishasyedcastro.com

En este primer concierto de la Temporada Sinfónica 2025, acometió el Concierto para violín y orquesta en Re mayor de Beethoven, con sus tres movimientos: I. Allegro ma non troppo, II. Larghetto y III. Rondo: Allegro.

Un concierto de enorme exigencia que abordó con la seguridad de quien recorre un camino familiar, con la frescura de un descubrimiento, impregnando cada pasaje de pasión. El primer movimiento, a pesar de su extensión, lo ejecutó con firmeza y naturalidad.

Sobre el concierto

Fue compuesto en 1806, la obra fue mal recibida en su estreno, probablemente por una interpretación que no alcanzó su potencial. Fue prácticamente olvidada por cuatro décadas, hasta que Joseph Joachim la rescató en 1844 con una memorable ejecución bajo la batuta de Felix Mendelssohn Bartholdy.

Tras concluir el programa y ante el clamor insistente del público, Syed volvió al centro del escenario, agradeció las muestras de afecto y declaró que, como Johann Sebastian Bach, dedicaba todas sus interpretaciones a Dios.

Luego interpretó una pieza de Bach —que no identificó—, iniciada con un ritmo pausado que fue ganando solemnidad y belleza. Con solo su violín, logró captar por completo la atención de la sala, sin necesidad del respaldo orquestal. La reacción del público fue estremecedora.

En la solista brillan, de forma indiscutible, el virtuosismo técnico y la elegancia interpretativa. La revista especializada Strings Magazine ha destacado su “aire de imperturbable elegancia” y el semanario New York Classical Review elogió en 2023 su “gracia bajo presión y un aura de maestría”.

Otro rasgo distintivo de su estilo es la expresividad emocional con propósito, que trasciende la destreza técnica sin menospreciarla. Es fundadora y presidenta de Music for Life, fundación que ofrece acceso a la música clásica a personas en condiciones sociales, económicas o de salud vulnerables. Como cristiana comprometida, dedica sus logros y conciertos a Dios.

Todas las fotos, excepto las dos tomadas de la página de la artista, fueron tomadas por el artista David Soto.

Una pasión

Aisha Syed apareció tímidamente en el año 2000 al mundo artístico con su debut a los 11 años, en el Palacio de Bellas Artes como solista junto a la Orquesta Sinfónica Nacional, dirigida por Carlos Piantini, interpretando el Concierto para violín en sol menor de Bruch. La gente quedó estupefacta con la actuación de aquella figura diminuta, entre los 58 músicos clásicos que le acompañaban. Desde ahí inició el mito.

Aisha Syed es evidencia del poder de la formación académica, la pasión centrada y la disciplina, lo que evidenció desde su entrada al Instituto para Niños Prodigios  Yehudi Menuhin School (Londres, Inglaterra), al cual ingresó a los 13 (primera latinoamericana en hacerlo) los cuales perfeccionó luego en el Guildhall School of Music and Drama (Londres—Beca completa por sus calificaciones). ): Obtiene una beca completa para continuar sus estudios musicales, para concluir su perfeccionamiento académico en el Royal College of Music, de Londres.

Aisha Syed tuvo su primer reconocimiento artístico importante cuando fue seleccionada en 2013 por el jurado especializado de la Asociación de Cronistas de Arte (ACROARTE) para recibir, el Premio Soberano como Artista Clásica destacada en el extranjero, cuando apenas tenía 24 años, que alguna gente pensó que era sorpresivo y casual, pero que, en razón de una carrera que no ha dejado de ascender jamás, continuó ganando en 2014, 2015, 2017, 2019, 2021, 2024 y 2025.

Al parecer, la artista no fue ni casualidad, ni ave de paso y los cronistas del área clásica de Acroarte, vieron con tiempo lo que luego, sin contemplaciones, la crítica de arte musical internacional repetiría, honrándola.

Patrocinadores

La Temporada Sinfónica, justo es resaltarlo, tiene el auspicio principal de Claro (en sus 95 años) y el copatrocinio de Banco Popular Dominicano, Centro Cultural Taino Casa del Cordón, Lanco, Distribuidora Corripio, Editora Corripio, Fundación Sinfonía, Cartel, Santo Domingo (ADN), Banco BHD, Restaurante Capucchino, Estación Raíces (de la Fundación Eduardo León Jimenes), la Televisión Pública RTVD y Batuta (Maestro Pablo Polanco).

José Rafael Sosa

Periodista

Escritor, periodista y animador cultural. Nació en Puerto Plata en 1950. Tiene una amplia trayectoria en el periodismo cultural dominicano. Se ha caracterizado por cultivar géneros que le faciliten una comunicación efectiva con sus lectores, como el cómic y el origami. Es el principal escritor de literatura de crecimiento personal en República Dominicana.

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