Gracias a Caribbean Cinemas República Dominicana, tuvimos la oportunidad de asistir al preestreno de ¿Y dónde está el policía?, la nueva versión de la icónica saga cómica que conquistó los años 80 y 90.
En esta ocasión, seguimos las desventuras de Frank Drebin Jr., un detective de Los Ángeles que, al igual que su padre, enfrenta al crimen con un cóctel de torpeza, ingenuidad y una buena dosis de suerte… o mala suerte, según se mire.
El policía original, claro, fue Frank Drebin Sr., interpretado con genial torpeza por Leslie Nielsen en la trilogía que comenzó con ¿Y dónde está el policía? (1988). Estas películas nacieron como un spin-off de la breve pero hilarante serie Police Squad! (1982) y destacaban por el contraste entre la inexpresiva seriedad de su protagonista y el absurdo delirante del mundo que lo rodeaba.
¿Ejemplo? En la primera entrega, Drebin se disfraza de árbitro de béisbol y canta los strikes con teatralidad, mientras Reggie Jackson intenta asesinar a la Reina Isabel y un malévolo Ricardo Montalbán muerde un dedo humano escondido en un pan de hot dog.
En aquella época dorada, el trío David Zucker, Jim Abrahams y Jerry Zucker (ZAZ) definió un estilo con títulos como ¿Y dónde está el piloto? / Airplane! (1980), ¡Super Secreto! / Top Secret! (1984) o La pistola desnuda (1988), donde los gags físicos, los juegos de palabras y el humor ingenuo dominaban la pantalla.
En el caso de La pistola desnuda, la saga se extendió con ¿Y dónde está el policía? 2 ½ (1991) y ¿Y dónde está el policía? 33 1/3: El insulto final (1994).
Han pasado más de 30 años. Leslie Nielsen falleció en 2010, y ahora otro L.N., Liam Neeson, toma el relevo como Frank Drebin Jr., heredando no solo el nombre, sino la torpeza encantadora de su “padre” ficticio.
Esta nueva entrega no solo rinde homenaje al pasado, sino que recupera la esencia de una comedia absurda bien escrita, demostrando que los clichés, usados con inteligencia, siguen funcionando.
El guion equilibra perfectamente la simplicidad de la trama con un humor que arranca carcajadas de principio a fin. Liam Neeson sorprende con una entrega cómica creíble y carismática. Pamela Anderson, en su regreso a la gran pantalla, interpreta a una femme fatale absurda y cómplice de la trama, un rol que recuerda inevitablemente al que desempeñó Priscilla Presley en la saga original, aportando glamour y química con el protagonista. Por su parte, CCH Pounder asume con soltura el papel de la jefa de policía, lidiando con las metidas de pata de Drebin Jr.
La historia, como en las mejores comedias absurdas, es sencilla: Drebin Jr., junto a Ed Hocken Jr. (interpretado por Paul Walter Hauser), se enfrenta a un magnate tecnológico con delirios de grandeza que quiere emular a Thanos para eliminar a gran parte de la humanidad y crear su propia república perfecta. Lo que no cuenta es que un simple policía con mala puntería y pésimos reflejos pueda arruinar sus planes… de las formas más ridículas posibles.
Con apenas 85 minutos de metraje, la película no da respiro: los chistes caen uno tras otro, el ritmo nunca decae y el humor físico convive con guiños inteligentes a la cultura pop y a los clichés policiales. Es irónico, pero detrás de tanto disparate hay una enorme inteligencia narrativa.
Ahora queda la pregunta: ¿conectará el público joven con este tipo de humor? Los fans de la saga original, sin duda, saldrán encantados y esperando que esta sea lo suficientemente taquillera como para que haya más… aunque, eso sí, evitando las secuelas hechas con prisa que no alcanzan la magia de sus predecesoras.
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