Haití sigue sometido al asedio de las bandas delincuencias.
En las últimas semanas los medios de comunicación han sido sometidos a ataques violentos, para silenciarlos. Se sabe que es poco lo que puede hacer un canal de televisión o un diario impreso o digital, como Le Nouvelliste, cuando su redacción anda dispersa, no puede salir a las calles, sus reporteros fotográficos no pueden trabajar.
Pero también se sabe que sostener los medios periodísticos en Haití resulta imposible. No hay publicidad, no hay operación comercial, se carece absolutamente de sustentabilidad financiera.
Canales de televisión y diarios, están acosados y compelidos a la desaparición.

Las bandas criminales tienen armas sofisticadas, municiones, hombres a su servicio, y también sirven a narcotraficantes.
Quedan pocos espacios urbanos en Puerto Príncipe que no hayan sido ya controlados por los grupos vandálicos armados. Algunas agencias tienen previsto que en cualquier momento el gobierno puede caer en manos de los delincuentes al servicio de narcotraficantes.
Son pocos los barrios de Puerto Príncipe que no han caído bajo el control delincuencial. Una persona, vinculada con nuestro diario electrónico, nos ha dicho que se mantiene atento, en el centro de la ciudad, pero protegido por la presencia de empresas que tienen seguridad contratada.
“Estoy en el medio de lo muy poco que queda de normalidad en la capital. Vivo cerca del Marriott. Entre los vecinos y equipos de seguridad del Marriott, Digicel, Delimart supermecado), resistimos hasta ahora. El mayor peligro: las balas perdidas…”.
Las balas perdidas son el mayor peligro que confrontan quienes aún sobreviven, en Puerto Príncipe, en un barrio no controlado por los grupos vandálicos.
Nuestra solidaridad con los haitianos. Nuestra convicción de que Haití debe ser apoyado en la búsqueda de una decisión que le retorne a la normalidad, y que Francia, Canadá y Estados Unidos son fundamentales en el apoyo al restablecimiento de Haití.
Como ha dicho en reiteradas ocasiones el presidente Luis Abinader, la inestabilidad en Haití repercute en la estabilidad de los países del Caribe, y muy especialmente de su vecino más próximo, que es las República Dominicana.
Aspiramos a que los haitianos recuperen su soberanía, ahora en manos de delincuentes y narcotraficantes. Aunque hay presencia de soldados extranjeros, se requiere aumentar esa fuerza, y aportarles municiones para que puedan cumplir con el trabajo de combatir a las bandas.
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