Cuatro años después de los Juegos Olímpicos, en ese momento marcados por la pandemia de la COVID-19, los mejores atletas del mundo, entre ellos el pertiguista sueco Mondo Duplantis, el velocista estadounidense Noah Lyles o la triplista venezolana Yulimar Rojas, regresan a Tokio para unos Mundiales (13-21 septiembre) en los que podrán vivir la experiencia de competir con público en las gradas del Estadio Nacional.

Los Mundiales de atletismo se celebran en el llamado Estadio Nacional de Japón, aunque muchos de sus habitantes siguen hablando de Estadio Olímpico al encontrarse donde estaba el antiguo recinto, en el centro de la ciudad, inaugurado en 1958 con capacidad para 57.000 espectadores y sede de los Juegos de 1964 y del campeonato mundial de 1991.

Dicho estadio se demolió en 2015, comenzando a construirse el nuevo en 2016. El actual tiene una capacidad para 68.000 personas y este año solo se ha utilizado dos veces. Una para el mitin de categoría continental de World Athletics en mayo y otra para el Campeonato Nacional de Japón en julio.

Todas las competiciones de los Mundiales se disputarán en el estadio salvo los 35 y 20 kilómetros marcha y las pruebas de maratón.

El circuito de marcha se sitúa junto al Estadio Nacional. Las pruebas partirán y llegarán en la pista del estadio, algo que ya no suele ser habitual. Respecto al maratón, el circuito se compone de dos partes, con salida y llegada también en la pista del estadio, tras un paso por la zona norte y noreste de la ciudad.

LAS ESTRELLAS

Entre las grandes estrellas que desfilarán por Tokio está el estadounidense Noah Lyles, que tras el sinsabor de los Juegos de París buscará repetir el triplete de Budapest 2023 (oros en los 100, 200 y 4×100) y volver a igualar la gesta que consiguió el jamaicano Usain Bolt en Berlín 2009, en Moscú 2013 y Pekín 2015.

También acaparará todos los focos el pertiguista sueco Armand Duplantis, del que nadie duda que volverá a ganar el oro. La pregunta es, después de verle recientemente instaurar un nuevo récord del mundo con 6,29 metros, cuál será la marca con la que se proclamará campeón del mundo.

La neerlandesa Femke Bol es también otra de las estrellas de estos Mundiales, a los que llega convertida en la gran dominadora de los 400 vallas, igual que la keniana Faith Kipyegon, que tratará de repetir el doblete de hace dos años en Budapest en los 1.500 y 5.000, y más tras llegar a Japón herida en su orgullo por no lograrlo en los Juegos de París.

En el salto de altura femenino veremos el bonito duelo entre la ucraniana Yaroslava Mahuchikh, que defiende el oro de Budapest y parece llegar lanzada a Tokio, y la australiana Nicola Olyslagers, recientemente ganadora del 'diamante' con un salto de 2,04 metros.

Las pruebas de marcha cuentan con la participación de la española María Pérez, que aspira al doblete de hace dos años en los 20 y 35 km, aunque para lograrlo tendrá que hacer frente a rivales de la talla de Antonella Palmisano en las dos distancias y en el 20 de Kimberly García (peruana), Paula Torres (ecuatoriana) y Alegna González (mexicana).

Dos sensacionales noticias que nos dejará este Mundial son el regreso de la venezolana Yulimar Rojas tras dos años sin competir en triple salto por una lesión en un tendón de Aquiles, misma dolencia que ha tenido parado durante toda la temporada de aire libre al mediofondista noruego Jakob Ingebrigtsen, que espera superar las dudas de su inactividad peleando por el oro en los 1.500 y 5.000.

PREMIOS Y POLÉMICA

World Athletics ha preparado un botín de más de ocho millones de dólares para repartir en premios. Los campeones del mundo se embolsarán 70.000 dólares, los subcampeones la mitad (35.000) y los medallistas de bronce un poco menos (22.000). De los finalistas, los ocho primeros también se llevarán dinero.

En el caso de los relevos, los equipos que se cuelguen el oro cobrarán 80.000 dólares, por 40.000 que tendrán los subcampeones. Los relevos que ganan el oro se llevarán 20.000.

Además, los que consigan un récord del mundo también tendrán una suculenta recompensa de 100.000 dolares.

La polémica de los Mundiales llega por la decisión adoptada por World Athletics el pasado mes de julio de hacer test a las mujeres, de forma obligatoria, para "preservar el deporte femenino".

Cada deportista ha tenido que pasar el test, consistente en una muestra de saliva para comprobar la existencia del gen SRY. Los resultados los recibe cada atleta, que a su vez debe subirlos a una aplicación encriptada de World Athletics para que un médico especializado de la federación internacional pueda comprobar el resultado.

LAS AUSENCIAS

El capítulo de ausencias en esta ocasión es numeroso, ya que no están por diferentes motivos atletas de la talla de la española Ana Peleteiro (triple salto), la puertorriqueña Jasmine Camacho-Quinn (100 vallas), los marchadores ecuatorianos Daniel Pintado y Glenda Morejón, el marchador italiano Massimo Stano (20 km), la velocista estadounidense Gabby Thomas (200), los mediofondistas ugandes Joshua Cheptegei y Jacob Kiplimo o la maratoniana neerlandesa Sifan Hassan.

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