En la República Dominicana, la estructura de bibliotecas y los espacios dedicados al fomento del libro y la lectura se encuentran marcados por una serie de debilidades que limitan el acceso de la población al conocimiento y dificultan el fortalecimiento de la calidad educativa. A pesar de contar con un marco legal que favorece la creación de un sistema bibliotecario robusto y accesible, como lo establece la Ley 502-08, las políticas públicas aún no logran transformar la realidad de miles de dominicanos que carecen de acceso a recursos bibliográficos adecuados. El gobierno central, a través del Ministerio de Cultura, tiene la mayor cuota de responsabilidad en la ejecución de estas políticas públicas, así como reconocer la gran oportunidad que ofrece la ley para fortalecer la infraestructura bibliotecaria del país y fomentar la lectura.
Debilidades en la infraestructura bibliotecaria, un obstáculo para el desarrollo educativo
Las bibliotecas tanto físicas como digitales o en línea, juegan un papel fundamental en la calidad educativa, no solo como lugares de consulta, sino también como espacios de desarrollo intelectual y cultural. Sin embargo, en la República Dominicana, muchas bibliotecas (en las raras provincias en donde existen) se encuentran en condiciones precarias, con escasos recursos, infraestructuras deterioradas y un número limitado de personal capacitado. Estas carencias repercuten directamente en la eficiencia de las bibliotecas para cumplir su rol en la educación y en la difusión cultural.
Un aspecto preocupante es la desarticulación de las bibliotecas dentro de un sistema nacional efectivo. Aunque la Ley 502-08 establece la creación de un Sistema Nacional de Bibliotecas (SNB) para garantizar el acceso democrático al conocimiento y la cultura, muchas bibliotecas aún operan de manera aislada, sin una red de cooperación entre ellas. Esta falta de integración limita el acceso de la población a una variedad amplia de recursos, impidiendo el desarrollo pleno de la industria editorial y el fomento del hábito de lectura.
Otro punto crítico es la insuficiencia de bibliotecas en áreas rurales y comunidades marginadas. Las zonas más alejadas del país continúan siendo las más afectadas por la falta de infraestructura bibliotecaria, lo que profundiza la desigualdad en el acceso al conocimiento. La Ley 502-08 menciona la importancia de las bibliotecas móviles como una herramienta para llevar el libro y la lectura a estas áreas; sin embargo, las iniciativas siguen siendo insuficientes.
La responsabilidad del gobierno central y el ministerio de Cultura
El papel del gobierno central y del Ministerio de Cultura es indispensable en la implementación efectiva de la Ley 502-08. Esta ley tiene un enfoque integral que busca estructurar un sistema bibliotecario nacional de calidad, pero su éxito depende de la voluntad política y de la asignación de recursos suficientes para su ejecución.
El Ministerio de Cultura, a través de la Dirección General del Libro y la Lectura, tiene la responsabilidad de coordinar las acciones necesarias para la expansión y el mantenimiento de la infraestructura bibliotecaria. De acuerdo con los fines generales de la ley, uno de los objetivos prioritarios es el fortalecimiento y la ampliación de las bibliotecas públicas, así como la promoción de la lectura. Sin embargo, la falta de un presupuesto adecuado, la escasa coordinación entre las entidades responsables y la actualización de los recursos tecnológicos siguen siendo barreras que impiden el avance en esta área.
Además, el gobierno debe incentivar el sector privado a través de políticas fiscales y de mecenazgo que favorezcan la creación de más espacios dedicados a la lectura, como lo establece la ley en sus artículos 7 y 8. El apoyo del sector privado podría ser clave en la modernización de las bibliotecas, y en la dotación de recursos para su funcionamiento.
La Ley 502-08 ofrece una oportunidad única para transformar el panorama bibliotecario y educativo de la República Dominicana. Esta ley tiene como objetivo principal democratizar el acceso al libro y la lectura, fortaleciendo el Sistema Nacional de Bibliotecas (SNB) y asegurando que todos los dominicanos, sin importar su ubicación geográfica o condición social, puedan acceder a los beneficios de la cultura escrita.
Uno de los aspectos más relevantes de la ley es su enfoque en la creación de una infraestructura bibliotecaria moderna, acorde con las necesidades educativas, culturales, científicas y tecnológicas del siglo XXI. El artículo 6 de la ley subraya la importancia de dotar al país de una infraestructura que responda a las demandas contemporáneas y permita la integración de la República Dominicana con el resto del mundo en términos de intercambio cultural y científico.
Asimismo, la ley establece medidas para garantizar el acceso equitativo a los servicios bibliotecarios. El artículo 7, que promueve incentivos económicos para las entidades que apoyen la ampliación y mantenimiento de las bibliotecas, es un paso importante para involucrar a todos los actores sociales en el desarrollo del sistema bibliotecario nacional. Sin embargo, el éxito de esta ley dependerá de la capacidad del gobierno para implementarla de manera efectiva y del compromiso de la sociedad civil y del sector privado en su apoyo.
El fomento del libro y la lectura impacta positivamente en el desarrollo integral de cualquier nación. En la República Dominicana, las debilidades de la infraestructura bibliotecaria representan un obstáculo para mejorar la calidad educativa y la integración social, por lo que, se puede desarrollar una acción conjunta entre el Ministerio de Educación y el Ministerio de Cultura para procurar la aplicación efectiva de esta ley.
Es responsabilidad del gobierno central y del Ministerio de Cultura y el MINERD, garantizar la ejecución efectiva de esta ley, asignando los recursos necesarios, mejorando la coordinación interinstitucional y creando incentivos para la participación del sector privado. Una acción articulada con los ayuntamientos del país, coordinada desde los organismos competentes y desarrollada como una estrategia de prioridad nacional, daría resultados positivos. La implementación exitosa de la ley puede significar un cambio profundo en la educación y la cultura dominicana, abriendo las puertas a un futuro más inclusivo y próspero para todos los ciudadanos.
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