Cada año, el pueblo dominicano espera con entusiasmo la celebración del Desfile Nacional de Carnaval que, para este 2025, apuesta a nuevos bríos e interesantes y atractivas propuestas, tras ser designado recientemente Roberto Ángel Salcedo Sanz como ministro de Cultura.
De hecho, el funcionario promete dentro de sus objetivos esenciales garantizar los derechos culturales del pueblo dominicano.
El equipo del Departamento de Carnaval, con apoyo interdepartamental, así como de la Dirección de Participación Popular y otras direcciones del Ministerio de Cultura, trabaja mancomunadamente a los fines de obtener resultados exitosos.
Desde diferentes pueblos los actores involucrados regalan con empatía expresiones carnavalescas, entre carrozas y disfraces de colores, en cuyas entregas destacan los talentos de diseñadores y artesanos dominicanos.
Los reyes del Desfile Nacional de Carnaval son la comunicadora Jatnna Tavárez y el artista Luis Rivas, quienes habían sido escogidos el pasado año 2024. Posteriormente, las actividades fueron suspendidas y ambos han sido ratificados para esta edición de 2025.
Este año el desfile tiene por lema “¡Alegría que nos une!”, dedicado a San Cristóbal, la provincia de los Diablos Ecológicos, defensores del medio ambiente.
Nuestro carnaval dice presente en varios puntos de la geografía nacional. En tanto que, específicamente en la capital, la cita es en el malecón el domingo 23 de marzo, de acuerdo con el anuncio del ministro de Cultura.
El carnaval dominicano es una fiesta de manifestaciones folclóricas e identidad nacional; una acuarela de pinceladas autóctonas en la que sobresale resplandeciente y nos enorgullece con su impacto multipresencial nuestra bandera tricolor.
Allí estaremos para empaparnos de sabor a pueblo. Será una fiesta a título de gratuidad, con la sustanciosa participación de los Diablos Cojuelos, con sus vejigas, sus caretas, sus trajes adornados de lentejuelas, espejitos redondos y cascabeles.
Según relatan historiadores, el personaje del Diablo Cojuelo es originario de España y llegó a Santo Domingo en 1520. Cuentan cronistas que “fue lanzado a la Tierra y al caer se fracturó una pierna, por cuanto quedó cojo”. De ello se desprende el término “cojuelo”.
El Carnaval es una oportunidad para reír con los Tiznaos o Engrasaos; para observar a Califé y reflexionar con su personificación de la sátira política; un evento para bailar animadamente al compás de las comparsas de Africanos e Indígenas.
Quien ama la diversidad carnavalesca suele disfrutar, por ejemplo, con Los Guloyas de San Pedro de Macorís, Los Lechones de Santiago de Los Caballeros, con Los Platanuses, Papeluses y Funduses de Cotuí, Los Toros y Civiles de Montecristi, con Los Mascaraos de Monseñor Nouel, Las Cachúas de Cabral, con los Taimáscaros de Puerto Plata y los tradicionales Diablos Cojuelos de La Vega, entre otros.
De esos personajes provinciales algunos suelen aparecer en sus respectivas comunidades, además, en fechas divorciadas al calendario del carnaval per se.
En el desarrollo del Desfile Nacional de Carnaval los capitalinos recibimos complacidos a las representaciones de provincias que acostumbran a visitarnos. Eso sí, que no falte El Roba La Gallina, para reírnos y corear: – “¡Palos con ella!”.
Asimismo, durante décadas nos hemos divertido con La Muerte en Yipe, con Se me muere Rebeca…y hasta con la gracia de un eventual Chochueca.
El tema musical oficial del carnaval de este año es “A la calle voy a parar”, del compositor Yohansy Rodríguez, ganador el pasado año del primer lugar del Premio Luis Días de Música de Carnaval.
En sentido general, confiamos en el fortalecimiento del Ministerio de Cultura. Les auguramos muchos éxitos a todo el personal humano y al ministro Roberto Ángel, quien se compromete a proteger las industrias creativas, preservar la identidad nacional y salvaguardar nuestro patrimonio cultural.
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