El 2025 se ha convertido en un año de luto profundo para la clase artística dominicana, especialmente para el cine nacional. En pocos meses, la cultura ha despedido a figuras imprescindibles cuya obra dejó huellas indelebles en la memoria colectiva y en la construcción de nuestra identidad cultural.

El 22 de marzo, el país perdió al gran maestro Iván García Guerra, actor, director teatral y docente, considerado uno de los pilares de la formación artística en República Dominicana. Su legado como formador de generaciones sigue siendo un referente para la escena nacional.

El 2 de julio, se apagó la vida de Agliberto Meléndez, pionero y creador de la emblemática cinta Un pasaje de ida(1988), considerada un clásico del cine dominicano. Meléndez también fue fundador de la Cinemateca Dominicana, institución que abrió las puertas para la preservación, difusión y estudio del séptimo arte en el país.

Pocos días después, el 18 de julio, falleció el documentalista René Fortunato, maestro de la investigación histórica y del cine de contenido político y social. La noticia fue especialmente dolorosa porque ocurrió apenas días después de estrenar su más reciente obra cinematográfica, reafirmando su vigencia como creador hasta sus últimos días.

El 5 de agosto, murió José Rafael Lantigua, escritor, gestor cultural y exministro de Cultura. Fue una figura clave para el desarrollo cultural e intelectual de la República Dominicana. Su legado abarca una vasta obra literaria, una gestión comprometida como ministro y una vida dedicada al pensamiento, la palabra y el servicio público. Desde dentro y fuera de su cargo, apoyó producciones cinematográficas emblemáticas como Del color de la noche y Hay un país en el mundo, reafirmando su convicción de que la literatura y el cine son vehículos esenciales de la identidad nacional.

El 7 de agosto, partió el productor, compositor y gestor cultural William “Cullan” Liriano, reconocido por su compromiso con la promoción del arte, la música y el cine. Fue un luchador activo por la Ley de Cine, defendiendo el desarrollo de la industria audiovisual dominicana y el derecho de los creadores a contar sus historias.

El 10 de agosto, la cultura sufrió otro duro golpe con la muerte de Sahira Schisell Joaquín Mena, cineasta, investigadora y docente. Además de su trabajo en el séptimo arte, también se formó como ingeniera electrónica, convirtiéndose en pionera en el desarrollo tecnológico en el país. Fue autora de ensayos como El cine: lugar de encuentro de la memoria y la identidad, donde articuló su visión del arte como puente entre ciencia, cultura e identidad. Su vida fue un verdadero cruce de caminos entre innovación y creación.

El 23 de agosto, falleció el reconocido actor Miguel Ángel Martínez, posiblemente el intérprete dominicano con más experiencia y producciones realizadas en teatro, cine y televisión. A lo largo de su carrera, demostró una versatilidad extraordinaria y un dominio escénico que lo consolidaron como referente para generaciones de actores.

Casi al mismo tiempo, “con apenas horas de diferencia”, el país lloró la partida de Ángelita Curiel “La Mulatona”, actriz, comediante y gestora cultural, recordada por películas como Los locos también piensan. Su proyecto más ambicioso en los últimos años fue el guion de la película El Don de Gabriel, que no pudo ver convertido en realidad, pero que refleja su incansable espíritu creativo.

El 26 de agosto, el dramaturgo Franklin Domínguez dejó un vacío irreparable. Autor prolífico y maestro de las tablas, también se le recuerda por su faceta como cineasta, con obras como La Silla. Su entrega al teatro y al cine lo convirtieron en una de las voces más sólidas de la dramaturgia dominicana.

Agosto se despide dejándonos otra pérdida con la partida de Marquis Leguizamón el 29 de agosto, actriz y artista multifacética. Se desempeñó en el cine, la radio, la televisión y el teatro, además de ser cantante, locutora, actriz de doblaje y productora de televisión. Fue miembro del Teatro Rodante Dominicano y de la Compañía Nacional de Teatro, dejando un legado artístico diverso y comprometido.

Aún faltan meses para cerrar el año, y lo que esperan los gestores culturales y la sociedad dominicana es que este doloroso listado no siga creciendo. Que el arte, en lugar de seguir despidiendo a sus pilares, pueda celebrarlos en vida y honrar su legado con nuevas generaciones de creadores.

Estos fallecimientos, que han enlutado al arte y al espectáculo dominicano, no solo dejan un vacío artístico inmenso, sino también un gran desafío: ¿Quiénes serán capaces de continuar esta obra y convertirse en las nuevas voces y rostros del arte dominicano?

El 2025 quedará inscrito como uno de los años más difíciles para la cultura dominicana, pero también como un recordatorio de la grandeza y el sacrificio de quienes, con su vida y obra, hicieron del cine y la cultura un espejo de la nación.

Marc Mejía

Crítico de cine

Marc Mejia, crítico de cine y gestor desde Cinemaforum, de creación de nuevos públicos educados en cine. Con más de 20 años de experiencia en la difusión de la industria cinematográfica a nivel local e internacional, Marc ha consolidado su reputación no solo como crítico de cine, sino también como un profundo conocedor y cineasta activo en la escena local. Su pasión por el cine fue influenciada desde su infancia por su padre, Pericles Mejía . Editor de www.cinemadominicano.com, portal creado por su padre en 2004.

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