Al margen de los temas perentorios o los fútiles que en la cotidianidad operan como distractores del intelecto entre los intelectuales de las humanidades , hay un debate que periódicamente aflora a la luz pública acerca de la vigencia y pertinencia de la lingüística moderna.
Mi postura al respecto es que en las ciencias del lenguaje aún existen más problemas por resolver que problemas resueltos, a pesar de los grandes avances en apenas un siglo.
En 2016, al cumplirse el centenario de la obra de Ferdinand de Saussure Curso de lingüística general, ese tema dio lugar en la UASD a un Seminario en la Cátedra Extracurricular sobre el Pensamiento de Henri Meschonnic dirigida por Diógenes Céspedes y a un coloquio en el marco de la Feria del Libro de ese año.
Ese problema fue retomado recientemente por Diógenes Céspedes en el suplemento Areito del periódico Hoy en una serie de amplios y bien documentados ensayos como se muestra en el primero : ¿Qué queda hoy en pie de la lingüística de Ferdinand de Saussure?, (1 de 3)
Ahí ese autor se refiere a la ponencia de carácter epistemológico en la que me propongo interrogar los fundamentos de la lingüística saussureana:
“En el Seminario sobre el centenario del Curso de lingüística general de Ferdinand de Saussure, organizado por la Cátedra Extracurricular sobre el Pensamiento de Henri Meschonnic, celebrado el 25 de octubre de 2016 en el auditoria Manuel del Cabral de la Biblioteca Pedro Mir de la UASD, Manuel Matos Moquete presentó una ponencia en la que releyó “los conceptos básicos” de la referida obra del maestro ginebrino.
.La lingüística de Saussure con su dualismo metafísico permitió, como punto de llegada, el surgimiento del estructuralismo lingüístico teorizado por el Círculo Lingüístico de Praga en 1928 y los sucesivos ensayos publicados hasta su muerte por Román Jakobson, los cuales fueron generadores de múltiples disciplinas inseparables de ese dualismo bien estudiado por Emile Benveniste en su artículo “Saussure después de medio siglo” (1963: 4) y que Matos Moquete enumera: «… la lingüística histórica o historia de la lengua, la sociolingüística, la geolingüísticas, la antropología lingüística, la psicolingüística, etc.» y añade el ponente que «… otras orientaciones lingüísticas han brotado, retomando la lingüística del habla o del discurso, la lingüística del texto, la pragmática o lingüística de los actos de habla, etc.
También ha habido un auge de la estilística, la filología y la semiótica» (Matos Moquete, 27), como lo evidencia su ponencia.”
Así es, mi posición declaradamente translingüística rebasa el campo de la lingüística extendiéndose hacia las múltiples disciplinas que conforman las ciencias del lenguaje.
Ya Amado Alonso situaba la perspectiva positivista de la lingüística saussureana en el prólogo a la edición española en 1945 de la obra de Ferdinand de Saussure Curso de lingüística general:
"El Curso de lingüística general de Ferdinand de Saussure es el mejor cuerpo organizado de doctrinas lingüísticas que ha producido el positivismo; el más profundo y a la vez el más clarificador. "
A seguidas el lingüista español , amigo y colega de Pedro Henríquez Ureña. declara el carácter relativo de los aportes del lingüista ginebrino al afirmar que, siendo las categorías y los métodos empleados “los más rigurosos, si bien no los únicos”:
“Las distinciones que Saussure vio en el fenómeno del lenguaje y en la ciencia que lo estudia siguen siendo las que nosotros discernimos, y los métodos que él propuso siguen siendo los más rigurosos, si bien no los únicos. Sólo en los extremos, en los puntos de contacto de sus antinomias, la prueba crítica lo ha desmentido: lo que él pensó que eran cosas diferentes se comprueba tan sólo como aspectos diferentes de un objeto unitario. Sólo la jerarquización de esos aspectos, no su existencia, ha tenido que ser rectificada. Y con esta colaboración de muchos, el libro del insigne maestro de Ginebra, que ya nació como obra de varios, multiplica sus virtudes originarias: la de fecundar el pensamiento lingüístico en las teorizaciones y la de proporcionar los métodos adecuados para la investigación particular."
Esa misma fue la posición de Saussure en su época al plantear el conjunto de las antinomias y la triada lenguaje /lengua /habla como base de la lingüística moderna en su obra póstuma Curso de lingüística general(1916) y en otros textos precedentes también inéditos a la hora de su muerte en 1913.
Esa debe ser la visión de todo aquel que estudie la lengua no como un dogma sino como un objeto de estudio y reflexión científica.
El valor de Saussure es el haber resuelto un conjunto de problemas creando así las bases y el punto de partida de la lingüística como ciencia, pero no el punto de llegada, pues aún son múltiples los desconocimientos sobre el amplio campo del lenguaje que se plantean y están pendientes de resolver.
La discusión aquí planteada en torno al lenguaje, retomada en estos días por Gerardo Roa Ogando, Orlando Muñoz, Virgilio Hernández Pichardo y Luis E. Mejía, todos apreciados estudiosos de la lengua, es un ejemplo de debate que debemos promover y en el cual me inscribo desde años con la idea externada por Amado Alonso al inicio del citado prólogo :
“Con este prólogo quisiera hacer ver al lector cómo la ciencia es tarea que se va cumpliendo sin detenerse nunca, y cómo puede un sabio ser tan ilustre por los problemas que se plantea y resuelve como por los que obliga a sus colegas y sucesores a replantear y resolver.”
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