Hablar del cine en República Dominicana es hacer referencia a películas que calaron en el gusto popular como Nueba Yol: por fin llegó Balbuena (1995), de Ángel Muñiz. Sin embargo, es con la Ley 108-10 que se marca un precedente hacia una industria cinematográfica.
Pero, además, la ley brinda la posibilidad de crear una cultura del séptimo arte que solo en 2023 movilizó RD$ 10,197 millones por las 120 producciones filmadas en el país.
La legislación está vigente desde hace más de una década. Pero para el cineasta Alejandro Andújar, aún República Dominicana está explorando, buscando y creando su identidad cultural, con historias que pueden ser exportables a festivales y a la pantalla de videos por suscripción.
“He visto muchos directores y guionistas que tratan de emular lo que les gusta y les funcionó en la película anterior… Pero nos enfrentamos a que el cine cuesta mucho dinero, a veces es muy difícil tomar riesgos narrativos y creativos con actores diferentes a los tradicionales”, consideró en una entrevista con Acento.
No obstante, resaltó la importancia de crear largometrajes alejados de géneros tradicionales como la comedia, la acción y el drama. Reflexionó en sus producciones La cigueña (2024) y Blanco (2022) que muestran un panorama sobrenatural y de realismo mágico.
En el caso de La cigüeña, estrenada en el Festival de Cine Hecho en RD 2024, se abordó la historia de cómo tres mujeres, interpretadas por Sarah López Jorge, Any Ferreiras y Andrea Doimeadiós, fueron madres detrás de personajes con enfermedades mentales, crisis nerviosas y tragedias, “que merecen ser discutidos a través del séptimo arte”.
Desde su concepción, La cigüeña estuvo ideada para grabarse dentro de la Ley de Cine 108-10, ya que permite conseguir los recursos económicos para su producción. La Dirección General de Cine (DGCine) aprobó un presupuesto de RD$ 84,656,299, avalados en el incentivo fiscal establecido en el Artículo 34.
De acuerdo con el guionista “realizar un largometraje cuesta mucho dinero”, por lo que una legislación es la vía para su desarrollo y crecimiento de una de las artes englobadas en la economía naranja. Comentó que como destino fílmico se están realizando inversiones cuantiosas y que el capital humano “va por buen camino”.
De acuerdo con la Asociación Dominicana de Cine (Adocine), durante el período 2022-2023 se crearon 15,763, una variación negativa de – 10.7 %, respecto a los 17,659 reportados entre 2020 y 2021.
El productor fue Rafael Elías Muñoz, de Lantica Media, que según Andújar, “nos deja arriesgarnos y hacer esta película ambiciosa y arriesgada por el tema que trata, estamos hablando de vientre de alquiler una opción poco común aquí”.
“Uno espera que su película tenga un recorrido importante por festivales y pueda comercializarse en otros países, y hay una realidad, un proyecto puede ser visto desde diferentes ángulos luego de que agota su tiempo en cartelera”, afirmó Andújar.
Es necesario mayor apoyo
Datos de la DGCine y la Oficina Nacional de Estadística (ONE) registraron 4,044,779 boletos vendidos en el año pasado, para un crecimiento de 32 % frente a los 3,062,374 del 2022. Pero, un decrecimiento de -13.7 % al comparar el 2019, cuando las entidades contabilizaron 4,643,242 cinéfilos.
“Siento que el cine dominicano merece más apoyo y difusión, y al momento de estar sentado escribiendo el guion, por ejemplo, pensamos a qué tipo de espectadores tocaremos con nuestro audiovisual”, resaltó Andújar.
Dijo que el equipo de producción piensa en cómo afectará la historia cinematográfica en los espectadores, y en la conexión del público. De hecho, aseguró que el cinéfilo es inteligente, siendo capaz de generar un debate sobre los problemas que acontecen en una sociedad.
De acuerdo con Andújar, el cine nacional compite con las películas internacionales las cuales gozan de mayores niveles de publicidad, pero resaltó el rol de los festivales donde “las personas empiezan a descubrir esas historias diferentes”.
La cigüeña fue grabada en los estudios de Lantica Media, en Juan Dolio, San Pedro de Macorís, mientras que el final se rodó en exteriores, específicamente en el Parque Nacional Cueva de las Maravillas, ubicado en La Romana.
“Nuestro mayor reto fue conocer el laberinto, camino que debíamos recorrer cada vez que íbamos a filmar, ir al baño, comer o simplemente repetir la escena”, agregó.
Una de las características de un largometraje es que el actor personaliza la escritura y es un lienzo del director, en este caso el de Andújar, es que conecta con el público. “El tema de la dirección es que hay un poquito de suerte, pero el director es quien dirige la orquesta y está frente a un equipo, y es el responsable de un audiovisual”.
La producción dominicana está basada en una idea del guionista inglés James Lewis, y fue la inspiración para que Andújar abordará el tema sobre la psiquis, el vientre subrogado y la inseminación artificial, y los trastornos mentales.
“Por ahí agarré como esa base para explotarlo enfocada en una situación dominicana y crear un suspenso, y humor negro porque no es tan gracioso”, comentó.
En el largometraje La cigüeña se muestra el regreso de Anny Ferreiras al cine dominicano, luego de la película de terror Andrea (2006) y el thriller Botija (2018). Ante esto, Andújar exclamó que volvería a trabajar con la dominicana radicada en Los Ángeles.
“No es simplemente 'quiero ser actriz' – afirmó en referencia a Ferreiras -. Ella ya se fue a Estados Unidos y se ha preparado, ha estudiado y tiene hambre de actuar… Eso es lo que uno también está buscando como director, alguien con ganas y que sienta pasión y anhelo”, acotó.
El director cerró comentando que está trabajando en un documental sobre Juan Marichal, el llamado "dandy dominicano”, a estrenarse en 2025, y pensando en la idea de crear un largometraje más optimista y positivo, alejado del suspenso.