
Escuchó un ruido muy fuerte. Subió las escaleras y la habitación donde su bebé dormía estaba envuelta en llamas. Miró hacia la cuna y no estaba. Buscó con la vista en el resto del dormitorio y no la veía.
La noche del 15 de diciembre de 1997, un incendio se produjo en la casa de los puertorriqueños Luz Cuevas y Pedro Vera, una pareja que vivía en Filadelfia con sus dos hijos pequeños y su hija de apenas 10 días de nacida, Delimar.
Un misterioso incendio, una bebé desaparecida y un secreto que destrozaría a dos familias.
Las autoridades concluyeron que el incendio era el resultado de un cableado defectuoso. Nunca se encontró ningún rastro de la bebé Delimar. Se la dio por muerta; "completamente consumida por el fuego", según el informe del médico forense.
Sus padres quedaron devastados.
Poco antes del incendio, alguien había tocado a la puerta. Luz fue a abrir y era Carolyn, una especie de prima de su esposo. La madre de Carolyn estaba casada con el tío de Pedro.
—Tengo problemas con mi auto. Me vendría bien un poco de ayuda, ¿está Pedro?, preguntó Carolyn.
—No, no está. Tal vez puedas volver en otro momento.
—Ah, bueno. Y tengo un trabajo para Pedro. Tengo trabajo para él.
En ese momento, Pedro estaba desempleado, por lo que Luz la escuchó atentamente.
Llamaron a Pedro, volvió a la casa y junto a Carolyn se marcharon a la casa de unos conocidos.
Ya en el otro sitio, Carolyn exclamó: "¡Ay, Dios mío! Olvidé mi cartera en tu casa. Quédate aquí que ya regreso".
La mujer condujo de regreso a la casa de los Vera y Luz volvió a atenderla.
—Luz, olvidé mi cartera aquí.
—Está bien, pasa y ve a buscarla.
Carolyn entró y también le pidió para ir al baño, que estaba en el piso de arriba.

Después de unos minutos, Luz subió a ver cómo estaba la pequeña Delimar. Para su sorpresa, la bebé no estaba en la cama, donde ella la había dejado, sino en la cuna, cerca de la ventana.
—¿Por qué la moviste?, le preguntó a Carolyn.
—No quería que se cayera, no quería que se lastimara.
Carolyn bajó las escaleras y Luz la siguió, se despidieron y la prima de su esposo se retiró.
Casi de inmediato, Luz escuchó un estruendo. Subió al dormitorio y estaba en llamas.
Entró a la habitación, no vio a Delimar en la cuna y la ventana estaba abierta. Era llamativo, porque era una fría noche de invierno.
Caminó entre el fuego y el humo mientras buscaba sin éxito a su bebé.
Comenzó a quemarse la frente, las manijas de las puertas estaban hirviendo, y pensó: "Tengo que salir de esta habitación porque, si paso más tiempo aquí, me voy a morir. Pero mi hija no está aquí".
Minutos después llegaron los bomberos. Extinguieron el incendio y bajaron con un pedazo de colchón. Lo envolvieron y se lo presentaron a Luz como los restos de la niña.
Avisado de lo que había ocurrido, Pedro llegó enseguida.
En la acera aún estaba Carolyn.
"Dios mío, ¿dónde está mi bebé?", preguntó el padre, mientras su prima intentaba consolarlo.
El cumpleaños familiar
En los meses previos, Carolyn se mostraba contenta; sus familiares, amigos y compañeros de trabajo la escuchaban hablar de que estaba embarazada de su cuarto hijo.
Sería una niña, a la que bautizó como Aaliyah. Al anotarla en el registro civil, contó que había dado a luz en su casa con la ayuda de una amiga.
Vivía a 20 kilómetros de distancia de la casa de Luz y Pedro, por lo que no se veían con frecuencia.
Unos años después, Luz y Pedro se separaron.
El tiempo pasó, y en enero de 2004 hubo una fiesta de cumpleaños en la casa de la hermana de Pedro.
Aunque ya no estaban juntos, Luz era como una amiga de la familia Vera y la invitaron.
Ella no tenía muchas ganas de ir, pero su hermana Tatita la convenció.
"Está bien, paso unos minutos y me voy", dijo Luz.
Al llegar a la fiesta vio a Carolyn con una niña y algo le llamó poderosamente la atención: sus hoyuelos.
—¡Tatita, esa es mi hija!
—Luz, no hagas ninguna locura. Nos vas a meter en un problema.

Cuando la niña subió a la planta alta a jugar con otros niños, Luz fue detrás.
Se le acercó y le dijo: "Tienes un trozo de chicle en tu pelo".
"Bueno, sácalo", contestó Aaliyah.
Luz le jaló del pelo con fuerza, tanta que a la pequeña niña le dolió, le quitó un mechón, y desapareció.
Aaliyah bajó las escaleras y vio a su madre.
—Vamos, nos vamos, le ordenó Carolyn.
—¿Por qué? Si no hemos estado tanto tiempo, respondió la niña.
—No, nos tenemos que ir. Hay una señora mala que se quiere quedar contigo. No vas a dejar que te aleje de mí.
La clínica médica
Semanas más tarde, Carolyn llevó a Aaliyah y a otra de sus hijas, Angelica, al médico.
Mientras aguardaban su turno en la sala de espera, Carolyn las llevó al baño.
Le pidió a Angelica que vigilara la puerta y sacó un pequeño espray con un líquido transparente dentro.
Le dijo a Aaliyah que abriera la boca y roció su lengua.
"No tragues", ordenó.
Pero después de unos minutos, ya en la sala de espera, Aaliyah tragó.
La escena se repitió un par de veces, hasta que la hicieron pasar al consultorio y le hisoparon la lengua.

El líquido transparente era saliva de Carolyn, y lo que le estaban haciendo era una prueba de ADN.
Con el mechón de pelo de Aaliyah en su poder, Luz movió cielo y tierra para que la policía le creyera y le hicieran una prueba de ADN.
Finalmente dio con un legislador que la escuchó y, a través de él, halló un fiscal que tomó el caso.
En febrero de 2004, los exámenes confirmaron lo que Luz creía.
Aaliyah Hernandez, de 6 años, era Delimar Vera. Carolyn había fingido su embarazo y se había apropiado de la niña.
Días más tarde, se declaró culpable y fue enviada a prisión.
La idea de tener dos madres
Para la pequeña Delimar, todo era muy confuso.
"¿Por qué me alejas de mi madre?", pensaba ella sobre Luz.
"Pero, luego, a medida que pasaba el tiempo y veía las noticias, veía que a Carolyn la estaban retratando como una criminal", recuerda.
No le gustaba su nuevo nombre -"lo odié al principio; a veces la gente me llamaba Delimar y yo no les hacía caso"- y estaba viviendo con una madre y unos hermanos que para ella eran desconocidos.
"Pensé que podía tener lo mejor de ambos mundos. Realmente sentí que tenía dos mamás. Tengo a mi madre Carolyn y luego tengo a mi madre Luz. Pensé que podría tener una vida increíble con mi madre y luego pensé que tal vez también podría tener otra vida con Carolyn. Tal vez en un par de meses. Tal vez en un par de años. Pero volveremos a estar juntas en algún momento", cuenta ahora, casi 30 años después.
Al tiempo, Delimar fue a visitar a Carolyn a la cárcel y la increpó.
"Fue duro. Le dije: '¿Por qué tuviste que secuestrarme? Tuviste otros tres hijos. ¿Por qué me hiciste esto? ¿Por qué me pusiste en esta situación en la que estoy tan confundida y hay tantos cambios nuevos?'. Estaba muy enojada con ella. Pero no me pidió disculpas. Dijo que nos volveríamos a ver. Eso fue todo, y sentí que era mi adiós".
Delimar nunca más la vio.

Pero había preguntas que quedaron rondando en su cabeza. Si Carolyn estaba en la acera junto a su padre, Pedro, justo después del incendio, ¿cómo había hecho para apropiarse de la niña?
Tendría que haber habido un cómplice que entró por la ventana y se la llevó. ¿Quién era ese cómplice?
En su defensa, Carolyn había involucrado a su primo Pedro. ¿Había tenido algo que ver su padre con el secuestro?
Nunca había podido confrontarlo hasta que, recientemente, hizo un documental sobre su historia y se lo preguntó.
Pedro se lo negó y ella le creyó.
"Pero sabemos que Carolyn tuvo un cómplice y que es alguien que la protegería con su vida", afirma Delimar.
"Quién me tomó de mi cuna y me sacó por la ventana se fue con el viento en la noche. Desafortunadamente, no sabemos quién es esa persona".
*Este artículo fue escrito basado en un episodio del podcast Lives Less Ordinary, del Servicio Mundial de la BBC. Puedes escucharlo en inglés aquí.
El documental de Delimar Vera, Back From the Dead: Who Kidnapped Me? ("Regreso de la muerte: ¿quién me secuestró?"), se estrenó en noviembre de 2024.

Haz clic aquí para leer más historias de BBC News Mundo.
Suscríbete aquí a nuestro nuevo newsletter para recibir cada viernes una selección de nuestro mejor contenido de la semana.
También puedes seguirnos en YouTube, Instagram, TikTok, X, Facebook y en nuestro nuevo canal de WhatsApp.
Y recuerda que puedes recibir notificaciones en nuestra app. Descarga la última versión y actívalas.
!function(s,e,n,c,r){if(r=s._ns_bbcws=s._ns_bbcws||r,s[r]||(s[r+"_d"]=s[r+"_d"]||[],s[r]=function(){s[r+"_d"].push(arguments)},s[r].sources=[]),c&&s[r].sources.indexOf(c)<0){var t=e.createElement(n);t.async=1,t.src=c;var a=e.getElementsByTagName(n)[0];a.parentNode.insertBefore(t,a),s[r].sources.push(c)}}(window,document,"script","https://news.files.bbci.co.uk/ws/partner-analytics/js/fullTracker.min.js","s_bbcws");s_bbcws('syndSource','ISAPI');s_bbcws('orgUnit','ws');s_bbcws('platform','partner');s_bbcws('partner','acento.com.do');s_bbcws('producer','mundo');s_bbcws('language','es');s_bbcws('setStory', {'origin': 'optimo','guid': 'clyqyqjy2llo','assetType': 'article','pageCounter': 'mundo.articles.clyqyqjy2llo.page','title': '"Me dieron por muerta en un incendio con solo 10 días de vida. En realidad, fui secuestrada y criada por una mujer a 20 km de la casa de mis verdaderos padres"','author': 'Redacción* – BBC News Mundo','published': '2025-05-08T10:59:42.724Z','updated': '2025-05-08T10:59:42.724Z'});s_bbcws('track','pageView');
Compartir esta nota