
Israel y Hamás iniciaron esta semana la primera fase de lo que se supone un cese al fuego indefinido con el intercambio de rehenes y prisioneros de ambos lados.
El plan, con 20 puntos y promovido por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se aprobó la semana pasada por el gabinete del gobierno de Israel y por Hamás.
Este acuerdo llega luego de dos años en los que han muerto más de 67.000 personas a causa de los ataques israelíes. Alrededor de 1.200 personas murieron por los ataques de Hamás del 7 de octubre, en los que 251 más fueron tomadas como rehenes.
La ofensiva militar israelí ha destruido la mayor parte de la infraestructura de Gaza y provocado una catastrófica crisis humanitaria. En palabras de la comisión investigadora de la ONU, Israel ha cometido genocidio.
Hamás e Israel estuvieron negociando indirectamente en Egipto, con la mediación de Qatar, Turquía y Estados Unidos y con base en un plan de paz de 20 puntos planteado por el presidente Donald Trump.
Entre los puntos del acuerdo se esperaba que Hamás liberara a 20 rehenes israelíes vivos, algo que ya hizo, así como la devolución de los restos mortales de los ya fallecidos, lo que empezó a hacer pero que está llevando más tiempo porque, dicen, les está costando localizar los cuerpos.
Israel cumplió la parte de soltar a 250 prisioneros palestinos y a unos 1.700 gazatíes, entre los que hay médicos, periodistas, menores y ancianos, y que fueron capturados en algún momento de los últimos dos años y no fueron sometidos a juicio.
A su vez, se contempla que Israel deje entrar ayuda humanitaria en territorio palestino y que retire poco a poco su ejército de la zona. Lo primero, aún con restricciones, está ocurriendo.
Esto sería el "primer paso hacia una paz sólida, duradera y eterna", dijo Trump en su plataforma Truth Social.
Sin embargo, este es apenas un primer paso hacia el fin de la guerra.
Apenas pasaron unos días de la firma del acuerdo y ya los puntos están generando tensión y son fruto de tiras y aflojas.
A continuación detallamos los 4 puntos clave de los que depende que este nuevo acuerdo prospere y permita el fin a la guerra.
1. Que ninguna de las partes rompa el alto al fuego
La confianza entre ambas partes es prácticamente inexistente. Y hay motivos para que esto sea así.
En la primera fase del plan se fijó como plazo para que Hamás devolviera a Israel a todos los rehenes, vivos y fallecidos, antes del mediodía del lunes (hora local). Una copia del acuerdo de alto el fuego, publicada por medios israelíes la semana pasada, pareció reconocer que Hamás y otras facciones palestinas podrían tener dificultades para localizar todos los cuerpos dentro de ese plazo.
Y justamente esto, está generando inestabilidad.
Como cuenta el corresponsal en Gaza de la BBC desplazado a Estambul, Rushdi Abualouf, en la Franja existe la preocupación de que la demora de Hamás en localizar y trasladar los cuerpos de los rehenes israelíes pueda desencadenar una respuesta que ponga en peligro este frágil alto el fuego.

Hamás sabe que, tras haber liberado a los rehenes, pierde su influencia en las negociaciones, por lo que la organización previamente exigió garantías de que Israel no reanudará los combates una vez los pusiera en libertad.
En enero ya se acordó un alto el fuego, pero Israel lo quebró en marzo y reanudó la guerra con devastadores ataques aéreos.
La justificación que dio Netanyahu fue que Hamás rechazó las propuestas israelíes en las negociaciones de alto el fuego y, además, que aumentó su actividad para reagrupar a sus fuerzas.
A la vez, este martes, la Defensa Civil Palestina dijo a la BBC que las fuerzas israelíes mataron a siete personas en dos incidentes separados, en el este de Gaza y al este de Khan Younis.
Un ataque con drones israelíes en el barrio de Shejaiya, al este de Gaza, mató a cinco personas, según la agencia de noticias Wafa, que citó a una fuente médica que declaró: "Drones israelíes dispararon contra residentes que inspeccionaban sus casas".

El ejército israelí afirmó haber disparado después de que personas cruzaran la línea amarilla, adonde se han retirado sus tropas según el plan de alto el fuego de Trump.
Y hay otro punto más que puede hacer que se quiebre el alto el fuego.
Israel país amenazó el martes con reducir el número de camiones de ayuda que entran en el enclave y posponer la reapertura del cruce de Rafah hasta que se entreguen los restos de todos los rehenes.
La medida inmediatamente elevó los precios de los productos básicos en los mercados locales.
2. El desarme de Hamás
Aún no hay detalles sobre el desarme de Hamás, un punto importante del plan de Trump.
Hamás se ha negado en ocasiones anteriores a deponer las armas. Ha dicho que solo lo hará cuando se establezca un Estado palestino.
Este martes, Trump amenazó con desarmar a Hamas "violentamente".
Los comentarios se produjeron mientras circulaban en internet imágenes que mostraban una ejecución pública y otras exhibiciones de fuerza por parte de combatientes de Hamás en Gaza tras el alto el fuego.
Analistas dijeron a BBC Verify que la demostración de fuerza tiene como objetivo, al menos en parte, contrarrestar a los clanes armados que han desafiado cada vez más el control del grupo en la Franja durante los últimos dos años.
Israel ha declarado anteriormente haber suministrado armas a otros grupos armados en la Franja. Una unidad de seguridad interna de Hamás se comprometió recientemente a "erradicar bandas y milicias" a las que acusó de cooperar "con el enemigo".

Trump no especificó cuándo espera que Hamás entregue sus armas.
El grupo, considerado terrorista por Estados Unidos, Reino Unido y la Unión Europea, declaró en su momento que no cedería su derecho a la "resistencia y a sus armas" a menos que se establezca un "Estado palestino independiente y totalmente soberano con Jerusalén como su capital".
Y, a la vez, el objetivo declarado de Israel durante la guerra ha sido la destrucción de Hamás. Netanyahu ha declarado repetidamente que no se detendría hasta acabar con el grupo.
El fin de semana pasado, Netanyahu prometió: "Hamás será desarmado y Gaza será desmilitarizada, ya sea por las buenas o por las malas".
3. La retirada del ejército israelí de Gaza
El alcance de la retirada militar de Israel es un punto de controversia.
Es una de las principales demandas de Hamás, que pide en concreto la retirada total de las fuerzas israelíes de Gaza.
El plan acordado establece que el ejército israelí se retirará de Gaza "en base a estándares, hitos y plazos" que deben ser acordados por todas las partes.
Un mapa distribuido por la Casa Blanca mostró tres etapas propuestas para la retirada de las tropas israelíes.
La primera etapa, que es la que se acordó el jueves pasado, deja alrededor del 53% de Gaza bajo control israelí; la segunda, el 40%, y la última, el 15%.
Esta etapa final consistiría en un "perímetro de seguridad" que "permanecería hasta que Gaza esté debidamente protegida frente a cualquier resurgimiento de la amenaza terrorista".
La redacción aquí es vaga y no ofrece un plazo claro para la retirada total de Israel, algo que Hamás probablemente querrá aclarar.
4. Quién gobernará en Gaza
Otro punto que puede causar tensiones es quién regirá la zona.
Según el plan, se establece que Hamás no tendrá ningún papel en el futuro en Gaza.
La idea es que sea gobernada por un organismo transitorio temporal de tecnócratas palestinos, supervisado por una "Junta de Paz" encabezada y presidida por Donald Trump y en la que participaría el ex primer ministro británico Tony Blair.
La gobernanza de la Franja se transferiría en algún momento no definido a la Autoridad Palestina (AP), que gobierna en Cisjordania, es reconocida internacionalmente, y es, además, gobierno rival de Hamás.

Aunque Netanyahu aceptó la totalidad del plan de 20 puntos de Trump, pareció rechazar la participación de la Autoridad Palestina incluso mientras estaba en el podio junto al presidente estadounidense la semana pasada, insistiendo en que la AP no desempeñaría ningún papel en el gobierno del territorio.
Este es uno de los muchos puntos del plan que objetarían los ultranacionalistas de línea dura dentro de la coalición gobernante de Netanyahu, muchos de los cuales desean conservar el control de Gaza y reconstruir los asentamientos judíos allí.
En su respuesta, Hamás indicó que espera desempeñar algún papel en el futuro en Gaza como parte de "un movimiento palestino unificado". Aunque la redacción es vaga, esto probablemente será inaceptable tanto para Trump como para los israelíes.
En un comunicado, Hamás dijo que "renueva su acuerdo de entregar la administración de la Franja de Gaza a un organismo palestino de independientes (tecnócratas), basado en el consenso nacional palestino y el apoyo árabe e islámico".
Netanyahu, por su parte, reiteró su oposición a la creación de un Estado palestino, algo en lo que Trump se ha mostrado ambivalente.
Quienes viven en la Cisjordania ocupada se enfrentan a la incertidumbre de lo que este acuerdo implicará para su futuro. Y los políticos israelíes ya están tramando las próximas elecciones y discutiendo las siguientes etapas de este acuerdo para garantizar que nunca vuelva a haber otro 7 de octubre.
Por ahora, cabe recordar que esta es la primera parte de un alto el fuego, no un acuerdo de paz. Y que lo sostiene un delicado equilibrio que depende que ambos lados cumplan su parte en lo acordado.
*Con información de Lyse Doucet, Hugo Bachega y Tom Bennett.

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