Ahora que volvemos a tararear “Volvió Juanita”, y en los aeropuertos se escuchan las palabras de bienvenida a quienes lograron su “Visa para un sueño” al pisar suelo dominicano y abrazar a sus seres queridos, la historia de Elida S. Hernández nos recuerda el gran valor de nuestra diáspora y su disposición para emprender futuros que contribuyan con la economía nacional,  desde sus experiencias y saberes. 

Elida se estableció en Nueva York cuando apenas tenía 16 años, hace más de cuatro décadas. Desconocía el idioma, no tenía un oficio técnico y contaba con muy pocos recursos para sobrevivir. Se preguntó qué sabía hacer y encontró en las enseñanzas de su madre, abuela y tía la fuerza para convertirse en cuidadora (home care aide), al igual que muchas dominicanas en la Gran Manzana.

Este diciembre, en su maleta, ha traído todos los conocimientos acumulados en cuidados, que le han permitido crear las empresas Joy Home Care y Joy CNA School. Con ellas ha integrado a más cuidadoras y comparte sus saberes con las 4,000 certificadas a través de la política de cuidados que lidera la Dirección de Desarrollo Social Supérate, junto a su directora general Gloria Reyes, quien no se cansa —afortunadamente—  en mostrar cómo esta economía, silenciada y desvalorizada durante siglos, es hoy un eje para el empleo digno de las mujeres, y con esto la concreción de sus autonomías.

Elida, como la Juanita imaginada, nunca imaginó que aquellos recuerdos de cómo ayudar y cuidar se convertirían en su sustento ético y honesto allende los mares.

Tras haber logrado las certificaciones de miles de cuidadoras —unas 2,112 pertenecen a hogares Supérate— y la graduación de 280 habilitadas por CONAPE, el desafío es que las dominicanas puedan crear empresas como las de Elida en Estados Unidos. Más aún, precisa Reyes, que desde la República Dominicana brinde este servicio a una población mundial cada vez más necesitada de cuidados.

Con procesos listos, protocolos revisados y planes pilotos en Azua y Santo Domingo Este, el siguiente paso es llevar asistencia a 400 hogares del programa en 2026, con un presupuesto de RD$112 millones y el trabajo coordinado de Supérate con instituciones como los ministerios de la Mujer, Trabajo, Hacienda y Economía, así como el CONADIS, CONANI, INAIP, INFOTEP, ONE y SIUBEN.

Elida, como la Juanita imaginada, nunca imaginó que aquellos recuerdos de cómo ayudar y cuidar se convertirían en su sustento ético y honesto allende los mares. Gloria, desde Supérate, mira el futuro de otras Elidas y Juanitas trabajando en dignificar una labor históricamente ignorada e infravalorada por la economía y los poderes públicos, considerada durante mucho tiempo como un “empleo de segunda”, o peor, no siendo ni retribuido ni reconocido. 

Es esperanzador saber que para él ya cerca 2026, la economía de cuidados se levanta como un nuevo horizonte de dignidad y desarrollo para las mujeres dominicanas.