La procuradora general de la República, Yeni Berenice Reynoso, advirtió este jueves que el nuevo Código Penal refuerza las sanciones contra la corrupción y el cohecho, con penas que pueden alcanzar hasta 20 años de prisión y plazos de prescripción ampliados a 30 años.
Lo hizo en la primera conferencia que imparte ante los funcionarios de la Dirección General de Aduanas (DGA), reflexiones sobre el Código Penal establecido por la Ley 74-25 y su incidencia en el marco regulatorio aduanero.
“Cuando un servidor público actúa lo hace en beneficio de la colectividad, y cuando no lo hace correcto perjudica a la colectividad”, subrayó.
El nuevo Código Penal supone, dijo, un gran avance al sustituir una normativa de 141 años de antigüedad (dfata del año 1884), hecho que moderniza la justicia penal dominicana.
Igualmente destacó la importancia del rol que desempeña aduanas para el comercio, la seguridad y la defensa nacional.
“Para nuestro comercio, para nuestra seguridad, para nuestra defensa, las aduanas tienen una importancia de primer orden y altísima relevancia”, añadió Reynoso.
De su lado, el director general de Aduanas, Yayo Sanz Lovatón, reiteró ante los colaboradores reunidos en el auditorio y los presentes de manera virtual, el cumplimiento de las leyes, la defensa de la institucionalidad y la lucha frontal contra los ilícitos aduaneros.
Explicó que esta conferencia es un didáctico que ayudará aun más a prevenir y enseñar a los contribuyentes y a todos los que interactúan con el comercio dominicano a evitar cualquier tipo de contratiempos o cualquier tipo de inconductas, además de enriquecer el debate en torno al nuevo Código Penal.
Entre las novedades del nuevo Código Penal -que mantuvo la penalización del aborto- también figura el hecho de que por primera vez las empresas pueden ser procesadas penalmente por delitos como fraude fiscal, contrabando o falsificación de documentos aduaneros.
Tambikén tipifica el cibercrimen, el comercio digital, la manipulación de datos electrónicos en operaciones aduaneras y exige una mayor coordinación interinstitucional entre la DGA, Ministerio Público y las procuradurías especializadas en delitos financieros y aduaneros.
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