Flores frescas, velones encendidos y apagados, coronas marchitas, cera derramada, cristales rotos, mensajes y fotos adornan el frente y el lateral izquierdo de la discoteca Jet Set, tras el colapso de su techo la madrugada del martes 8 de abril.
Días posteriores a la tragedia familiares y amigos de las victimas hacían acto de presencia en las inmediaciones de la discoteca, sin embargo, las visitas han disminuido. El silencio, la calma y soledad, ahora son los protagonistas.
Transcurridos 16 días desde la tragedia, transeúntes que pasan por el lugar, se detienen, observan las fotos de las víctimas, se persignan y encienden uno que otro de los velones que ya están allí.
En tanto, miembros de la Policía Nacional están apostados en la entrada del centro de diversión, bajo una carpa huyéndole al calor.
Lo que sería una noche de música y baile, amenizado con los merengues de Rubby Pérez, quien también pereció en el lugar, terminó en tragedia.
Aquel lugar donde reinaba la alegría, hoy es escenario de luto y dolor que, hoy por hoy, congrega cuando cae el sol a decenas de ciudadanos en solidaridad con los más 180 heridos y en memoria de las 232 personas fallecidas, los que, conmovidos por la pérdida, elevan una plegaria, llevan flores frescas y encienden una vela.
Además, en solidaridad con los afectados el Parlamento Centroamericano (Parlacen) realizó un acto solemne en la denominada zona cero, donde hicieron un recorrido, depositaron flores blancas y encendieron velones en homenaje a las víctimas.
“Hoy estamos aquí para honrar la memoria de los que ya no están y para expresar nuestra solidaridad con las familias que atraviesan este profundo dolor”, manifestó el presidente del Parlacen, Carlos Hernández.
Noticias relacionadas
Compartir esta nota