El doctor César Pérez consideró que el apresamiento de una mujer haitiana embarazada, con síntomas de parto inminente, para impedirle entrar al hospital, es una grosera violación de la dignidad humana y del derecho a la vida.
El reconocido sociólogo y académico expresó que es imposible callar ante esta ignominia que, a su juicio, constituye una de las páginas más infame y grosera de violación al derecho a la vida y a la dignidad humana.
"Uno de los actos más infame que como sociedad o nación se pueda cometer. Una de las páginas más ominosas en la historia de las infamias que se cometen en el mundo en nombre de la ley o por la defensa de un país", dijo.
Pérez emitió sus puntos de vista sobre el caso de una mujer, a la cual las autoridades de Migración detuvieron e impidieron entrar a un hospital porque alegadamente es inmigrante indocumentada, pese a que la dama embarazada mostraba síntomas de estar a punto de dar a luz.
A continuación las declaraciones del Dr. César Pérez, remitidas a este medio:
Imposible callar ante esta ignominia
Hoy lunes 21, día en que muere el Papa, se ha iniciado la aplicación de la medida # 11 de la 15 anunciada por el Presidente para “frenar la inmigración irregular”. Esa medida establece el protocolo sobre cómo atender en los hospitales del SNS (Servicio Nacional de Salud) a los extranjeros que es lo mismo decir, en este caso a las mujeres haitianas o de origen embarazadas, básicamente. La prensa recoge un vídeo de una mujer de origen haitiano que es mujer afectada la referida medida, el cual no puede ser más ignominioso. Muestra cómo es conducida hacia un autobús para ser deportada a pesar de presentar síntomas de parto inminente: líquido amniótico y sangre, según cuenta su hermana.
Más que una violación a derechos humanos universalmente reconocidos o una violación a la ley migratoria dominicana, constituye una de las páginas más infame y grosera de violación al derecho a la vida y a la dignidad humana. Uno de los actos más infame que como sociedad o nación se pueda cometer. Una de las páginas más ominosas en la historia de las infamias que se cometen en el mundo en nombre de la ley o por la defensa de un país.
Habría que preguntarse: ¿se estableció la inminencia del parto de esa señora? corría o no peligro tanto ella como la criatura que llevaba en su vientre? ¿Se pensó en lo que significa el drama vivido por ella como uno de los más espantosos actos de violencia contra la mujer? ¿Puede una ley ser más importante que la vida de un ser humano? ¿Se estableció si esa señora o su compañero es de ese grupo de indocumentados nacidos en el país antes del 2010 y que de un plumazo de quien hoy dirige la comisión para regular la migración desconoció, declarándolos apátridas? Calibraron las autoridades responsables de esta medida #11 que hechos como ese u otros casos aún más abominables podrían ocurrir?
El Colegio Médico Dominicano, las facultades de medicina de todas las universidades, los médicos más prestigiosos del país, el Colegio de Abogados, El Defensor del Pueblo, los centros de acción comunitaria, los partidos políticos de todo signo y tamaño, los líderes de opinión de reconocida solvencia, las iglesias y los grupos que se reclaman “pro vida”, debería responder si o no es vida lo que lleva en su vientre una mujer que montada en un autobús con el riesgo de morir o perder su criatura obligada a hacer en un incierto viaje en un autobús. Es un acto inhumano que como país nos reduce y nos retrotrae a los momentos más oscuro de la barbarie.
Este hecho demuestra la inviabilidad de muchas medidas regulatorias de una inmigración que ha salido de curso, pero que no puede ser enfrentada en un ambiente en que se pueden cometer esos actos de barbarie, esos actos que, como país, nos ha conducido la histeria de los sembradores del odio. Todavía tenemos tiempo para rectificar, para enfrentar un problema cuya única forma de resolver es a través del diálogo y del más estricto respeto a los derechos humanos.
César Pérez
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