El sábado 15 de marzo de 2025, la administración Trump cesó al personal de Voice of America (VOA), Radio Free Asia y otros medios de comunicación financiados por Estados Unidos, provocando la ira de los defensores de la libertad de prensa que los consideran contrapesos democráticos en todo el mundo. La Casa Blanca explicó que “los contribuyentes ya no tienen que pagar la propaganda radical”.
Donald Trump había dado una pista al clasificar el viernes a la agencia que supervisa a estos medios públicos como una de las “partes inútiles de la burocracia federal”. Esta orden ejecutiva clasifica a la agencia gubernamental que supervisa estos medios (USAGM) como una de las “partes inútiles de la burocracia federal”. A raíz de esto, Kari Lake, ferviente partidaria de Donald Trump, que la nombró para un puesto de asesora en la USAGM tras su derrota en las elecciones al Senado por Arizona, escribió en un correo electrónico que las subvenciones federales a estos medios “ya no son una prioridad” para la agencia.
Un correo electrónico anunciando el fin del contrato
Los despidos no tardaron en sucederse, siempre con el mismo método brutal: un simple correo electrónico y vínculos cortados directamente. Este fin de semana, centenares de periodistas y empleados de la VOA, la «Voz de América», Radio Free Asia, Radio Free Europe y otras organizaciones han recibido un correo electrónico en el que se les informa de que se les va a prohibir la entrada en sus oficinas. También se les ordenó que entregaran sus carnés de prensa, teléfonos profesionales y otros equipos, informa la corresponsal de RFI en Nueva York, Carrie Nooten.
El propio director de la VOA ha sido despedido -el resto del personal tiene contrato hasta junio-, pero la sede de Washington ha sido cerrada, desmantelando de hecho la emisora, que ha sido la voz de Estados Unidos en todo el mundo desde 1942, emitiendo noticias en 49 idiomas a 360 millones de oyentes cada semana.
Medios de comunicación como Voice of America y Radio Free Asia han sido considerados durante mucho tiempo como la “voz de América” en países donde el acceso a la información independiente se considera más difícil, como Europa del Este, Oriente Medio y Asia. También son un instrumento del “poder blando” estadounidense, como fue el caso de Radio Free Europe (lanzada en 1950) durante la Guerra Fría. Del mismo modo, Radio Free Asia, fundada en 1996, tiene la misión de informar sin censura en países donde los medios de comunicación no son libres, como China, Birmania, Corea del Norte y Vietnam.
El presidente de Estados Unidos expresa abierta y regularmente su hostilidad hacia los medios de comunicación, a algunos de los cuales califica de “enemigos del pueblo”. El desmantelamiento de los medios de comunicación estatales que operan en el extranjero podría encontrar obstáculos, ya que es el Congreso quien ostenta el poder último, y algunas organizaciones, como Radio Free Asia, han gozado en el pasado del apoyo tanto de demócratas como de republicanos.
Un “regalo masivo a los enemigos de Estados Unidos”
Los comités para la protección de los periodistas están asombrados por este “regalo” de Donald Trump a los regímenes autoritarios de Rusia, China e Irán – que odian a estas radios, cuyo periodismo independiente desafiaba de facto a los regímenes. Por último, están preocupados por la suerte de los empleados que trabajan en países autoritarios, que corren el riesgo de ser expulsados inmediatamente en cuanto se revoque su contrato de trabajo.
El anuncio también ha sido duramente criticado por las organizaciones de defensa de la libertad de prensa, según informa la Agencia France Presse. “Es indignante que la Casa Blanca pretenda destripar una agencia financiada por el Congreso, que apoya al periodismo independiente que desafía la palabra de los regímenes autoritarios de todo el mundo”, ha declarado Carlos Martínez de la Serna, responsable del Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ). Para Reporteros sin Fronteras (RSF), esta decisión “amenaza la libertad de prensa en todo el mundo y borra 80 años de historia norteamericana en favor de la libre circulación de la información”.
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