Este es un aspecto del conflicto ucraniano sobre el que aún hay poca documentación. Los soldados rusos, tras casi cuatro años de guerra, han multiplicado los grafitis en las paredes de las zonas ocupadas. Wall Evidence, un colectivo con sede en Kiev, recopila y clasifica las fotos de estos grafitis, como si fueran pruebas documentales.
Un informe de Franck Alexandre
Hasta la fecha, el colectivo Wall Evidence ha recopilado cerca de 800 grafitis. Paul Dza, fotógrafo de la agencia Sipa, participa en este proyecto iniciado en los primeros días de la guerra, justo después de las masacres de Bucha.
"Entre los escombros, en medio de los apartamentos saqueados y destrozados, encontramos mensajes", explica. "Pueden ser mensajes dirigidos a la población ucraniana. Por ejemplo, en apartamentos donde los habitantes han sido asesinados, encontramos mensajes irónicos en los que se piden disculpas por el ruido y por los daños causados. Encontramos mensajes que dicen, por ejemplo, que Ucrania no es un país de verdad. Hay supermercados cuyos nombres ucranianos han sido tachados para ser sustituidos por nombres rusos", explica Paul Dza.
El grafiti como herramienta de reivindicación
Los grafitis están omnipresentes desde Donbás, en el norte, hasta la región de Jersón, en el sur.
"Es fácil imaginar a los soldados rusos dejando grafitis", continúa el fotógrafo. "No en un momento en el que se está produciendo un asalto. No en un momento en el que los combates están en pleno apogeo. Es en los momentos intermedios, los momentos de latencia, los momentos de espera, de aburrimiento. Nos los imaginamos haciendo grafitis y diciéndose: 'Bueno, tengo que poder decirles a mis seres queridos, a mi pueblo, a mi región, que este gran proyecto de invasión de Ucrania, tengo que reivindicarlo'. Así que ponen la fecha, ponen la región de donde vienen. Y muy a menudo, los soldados rusos les hacen fotos y las comparten en redes sociales como Telegram", afirma.
Interés jurídico y militar
Estos documentos, accesibles a los investigadores, arrojan una luz sobre la posición de las unidades rusas y la temporalidad del conflicto.
Los encontrados en lugares de tortura también alimentan los expedientes de los fiscales. Pero los grafitis rusos, subraya Paul Dza, también tienen un interés militar. "Una unidad que deja muchos grafitis —con nombres, apodos y ciudades de origen— proporciona información táctica útil para los soldados ucranianos, que deducirán que se trata de una unidad poco especializada, que deja muchos rastros y que no es discreta en su avance", nos cuenta.
"Por el contrario —continúa el fotógrafo—, los soldados que dejan mensajes humorísticos, grafitis que llevan mucho tiempo hacer, como poemas o extractos de novelas enteras que a veces se pueden encontrar en algunas paredes de las zonas ocupadas, los soldados ucranianos pueden deducir que se enfrentan a soldados rusos muy seguros de sí mismos, seguramente experimentados, que se toman el tiempo de dejar grafitis elaborados sin revelar información táctica", agrega.
Una inmersión en la mente de los soldados rusos
Además de firmas y etiquetas, los soldados rusos también dejan numerosos dibujos en las paredes, según indica Paul Dza. "Hay dibujos que hacen referencia a la Gran Guerra Patria, y algunos comparan la invasión de Ucrania con la Segunda Guerra Mundial. Se ven estrellas rojas, hoces y martillos. A veces hay dibujos con referencias a la cultura pop, con referencias al manga. Se pueden encontrar representaciones más elaboradas, como dibujos de soldados a escala humana. Por ejemplo, hay una especie de divagaciones líricas en las que los soldados rusos se inspiran o modifican la letra de una canción, modifican el texto de un poema que habla de la muerte, que habla del fin que se acerca, pero que el objetivo, la gran lucha en la que se han embarcado, continuará a pesar de su pérdida", afirma.
Los grafitis, como información en bruto, ofrecen una inmersión en la mente de los soldados rusos, auténtico reflejo de la dinámica de un ejército de ocupación.
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