Los aranceles del 25% que anunció el presidente estadounidense Donald Trump a los automóviles que no sean fabricados en su país no dejan de preocupar, en los países vecinos como en Europa. RFI le hizo tres preguntas sobre este tema a Jonathan O’Riordan, el director de comercio internacional y aduanas de la Asociación Europea de Constructores.
RFI: ¿Qué impacto podrían tener estos aranceles en la alianza Estados Unidos-Unión Europea?
Jonathan O’Riordan: Nuestra alianza industrial con Estados Unidos es muy antigua. Los productores europeos llevan casi un siglo fabricando autos en Estados Unidos. Muchos han invertido ahí. Vamos a pagar un precio fuerte por estas tarifas del 25% a nuestras exportaciones, porque Estados Unidos es nuestro segundo mayor destino en cuanto a cantidad de vehículos y de valor. En 2024, la Unión Europea exportó 39 mil millones de euros en vehículos, y la relación es aún más profunda porque hemos invertido mucho en fábricas locales allá. El tema es que se aplicarán también aranceles a los componentes automotrices y eso golpeará las plantas instaladas en Estados Unidos. Mercedes-Benz, BMW, Volvo, Volkswagen han invertido mucho en ellas para el mercado local, con todo lo que eso aporta en materia de creación de riqueza y de trabajos. Es eso lo que se está menospreciando.
RFI: ¿Qué consecuencias tendrán estos aranceles en Estados Unidos?
Jonathan O’Riordan: Los precios van a aumentar en Estados Unidos. Cada productor de automóviles va a decidir qué hacer con estos aranceles del 25%, si van a lograr absorberlos o los van a repercutir en los precios. Pero dada la cifra, una gran mayoría va a tener que repercutirlos en los consumidores, aumentando el precio de los vehículos directamente importados. Y como Estados Unidos está aplicando esas tarifas a las partes, pues las transmisiones o los motores que los estadounidenses importan para armar los autos que se fabrican en su suelo serán más caros. En definitiva, el precio de los autos va a aumentar en Estados Unidos, y aquí en Europa vamos a perder ventas. A largo plazo, tendrá un impacto más amplio en los ingresos que genera la industria manufacturera en Estados Unidos.
RFI: ¿Qué va a pasar con las exportaciones desde Estados Unidos hacia Europa?
Jonathan O’Riordan: Un ejemplo clásico es el del BMW X5, fabricado en Spartanburg, Carolina del Sur. La marca alemana tiene una planta ahí desde hace tres décadas. Ese modelo sólo se fabrica en Estados Unidos y luego se exporta al resto del mundo. Eso es clave y nos preocupa lo que pueda implicar una escalada. Ya países como Canadá han anunciado retaliaciones. La Unión Europea se prepara a contraatacar también. Entre medidas y respuestas, la situación está escalando y tememos que países terceros coloquen aranceles a esas exportaciones estadounidenses de vehículos europeos. Para nosotros se suma ese otro riesgo desafortunadamente, que esos autos europeos fabricados por plantas estadounidenses también sean blanco de medidas arancelarias de retorsión. Sería como recibir tres golpes simultáneos.
Compartir esta nota