¿Es este un punto de inflexión en la guerra en Ucrania? El viernes 15 de agosto, Donald Trump y Vladímir Putin discutirán un plan para poner fin a los combates en Ucrania, así como para reanudar sus lazos diplomáticos y económicos. Aún no se sabe si el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, podrá asistir, pero la elección de Alaska es una opción muy considerada.
Alaska, separada de Rusia únicamente por el estrecho de Bering, es una opción que obviamente elimina la preocupación por los países sobre los que podría sobrevolar el avión de un presidente ruso. La Corte Penal Internacional impuso una orden de arresto contra Putin, a quien acusa de crímenes de guerra por la deportación ilegal de niños de Ucrania a Rusia. Además, según los observadores, la ubicación remota de esta ciudad poco conocida también facilita, según algunos observadores, garantizar la seguridad y limitar drásticamente la posibilidad de manifestaciones.
En el estrecho de Bering hay dos islas enfrentadas. Diómedes Mayor, al oeste, es rusa; y Diómedes Menor, habitada por unas pocas docenas de personas, es estadounidense. A penas cuatro kilómetros las separan. Durante años, el ejército estadounidense ha anunciado que intercepta regularmente aeronaves rusas que se acercan demasiado a su espacio aéreo en la región. Pero Rusia no está interesada en recuperar Alaska, donde "también hace frío", bromeó Vladimir Putin en 2014.
Un vínculo histórico entre Rusia y Estados Unidos
La elección de Alaska también posee un significado histórico y simbólico para los lazos entre ambos países.
Fue para la Rusia zarista que el danés, Vitus Bering, descubrió el estrecho que separa Asia de América en el siglo XVIII, que ahora lleva su nombre, y reveló la existencia de Alaska al oeste. En 1867, Moscú vendió el territorio a Washington por 7,2 millones de dólares, una compra que fue criticada en su momento. Alaska no se convirtió en un estado estadounidense de pleno derecho hasta 1959, pero sirvió como ruta de conexión para la cooperación militar después de 1941 y la entrada de la URSS en la Segunda Guerra Mundial.
El territorio aún alberga varias iglesias ortodoxas, establecidas desde la fundación de la Compañía Ruso-Estadounidense, y siguen siendo uno de los principales legados de la historia rusa en el territorio. Más de 35 iglesias históricas, incluyendo algunas con las cúpulas típicas de la arquitectura ortodoxa, salpican la costa de Alaska, según una asociación que busca protegerlas. La diócesis ortodoxa del estado afirma ser la más antigua de Norteamérica e incluso cuenta con un seminario, ubicado en la isla Kodiak.
Finalmente, esta elección, presentada por el Kremlin como una opción de proximidad, podría fortalecer las relaciones entre Washington y Moscú aún más. El Ártico, que baña el norte de esta región, es presentado por Rusia como una promesa de cooperación fructífera entre Rusia y Estados Unidos.
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