El 24 de agosto varios cientos de polacos se reunieron en Varsovia para responder al llamamiento de la extrema derecha soberanista en una manifestación contra la inmigración tanto legal como ilegal. En el punto de mira de los organizadores se encontraban los migrantes procedentes de África y Oriente Medio, pero también los 900.000 ucranianos que viven en Polonia desde la invasión a gran escala del país por parte de Rusia.
Con el corresponsal de RFI en Varsovia, Adrien Sarlat
“El polaco es dueño de Polonia”. Frente al estrado donde se suceden los diputados soberanistas de extrema derecha, el domingo 24 de agosto en la capital polaca, se encuentra Olympia, una polaca que ha recorrido varias horas en coche para protestar en contra el pacto migratorio europeo, que entrará en vigor en 2026. “Nos obligará a acoger a migrantes de otra cultura. Y todos los problemas que eso genera en Francia, Alemania o Bélgica, y en otros Estados de Europa occidental, luchamos para que no ocurra en nuestro país”, dice.
Ucrania tiene casi tres veces el tamaño de Polonia
Pero estos temores, a menudo teñidos de racismo, no solo afectan a los migrantes procedentes de países musulmanes. Krzysztof, por su parte, está preocupado por la presencia de los 900.000 refugiados ucranianos que viven en el territorio y que, en su opinión, podrían ocupar el lugar de los polacos en el mercado laboral. “Hoy en día, se vive con normalidad en Ucrania. Hay lugares donde las personas procedentes de territorios peligrosos pueden trasladarse para ponerse a salvo. Hay que tener en cuenta que Ucrania tiene casi tres veces el tamaño de Polonia”.
La comitiva se detiene finalmente frente al palacio presidencial. Antes de ser elegido en junio de 2025, Karol Nawrocki prometió poner fin a la inmigración ilegal y aseguró que los polacos tendrían prioridad sobre los ucranianos en el acceso a los servicios públicos.
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