El presidente del Gobierno español compareció ante el Congreso para pronunciarse sobre el escándalo de corrupción que salpicó a altos cargos de su partido. El jefe del Ejecutivo, criticado por aferrarse al cargo tras la publicación de los hechos, justificó su permanencia en la presidencia y anunció varias medidas, como la creación de una agencia contra la corrupción.
"Voy a continuar porque soy un político limpio que desconocía las corruptelas", ha proclamado Pedro Sánchez en su esperada comparecencia en el Congreso de los Diputados para dar explicaciones sobre la trama de corrupción que ha mandado a la cárcel a uno de sus hombres de confianza, Santos Cerdán.
El presidente del Gobierno español ha dicho que se equivocó al confiar en Cerdán y que, tras conocer su implicación en la trama corrupta, pensó en dimitir. "Me pareció la solución más sencilla para mí y para mi familia", según Pedro Sánchez, que se aferra al cargo "porque tirar la toalla no es una opción".
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El dirigente socialista ha interpelado a los grupos políticos que sostienen su precaria mayoría parlamentaria y ha anunciado una quincena de medidas para renovar la confianza de los socios, como la creación de una agencia contra la corrupción, obligar a los partidos a que sus cuentas sean revisadas por entidades independientes y castigar a las empresas que pagan mordidas a los políticos.
Sánchez ha aludido también a los casos de corrupción de la principal fuerza de la oposición, el Partido Popular. Su líder, Alberto Núñez Feijoo, ha sido muy duro con el presidente del gobierno, al que ha calificado como fraude y al que considera un político destruido, por lo que reclama la convocatoria de elecciones.
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