Este 20 de marzo, el presidente de Estados Unidos firmó una orden ejecutiva que prevé el cierre definitivo del Departamento de Educación federal. "Vamos a devolver la educación a los estados", dijo Donald Trump, sonriendo.
Con nuestro corresponsal en Washington, Cristóbal Vásquez, y la AFP
“Tenemos que honestamente y agresivamente atacar las universidades de este país”, dijo J. D. Vance en campaña, argumentando que para lograr el proyecto político conservador y cristiano se tenía que renovar las instituciones que tienen control del conocimiento.
Este jueves, rodeado de niños, Donald Trump firmó una orden ejecutiva para desmantelar el Departamento de Educación federal, que dice que este cierre brindaría a los niños y a sus familias la oportunidad de escapar de un sistema que les está fallando. Hoy en día, los resultados de lectura y matemáticas están cerca de mínimos históricos.
Esta orden ejecutiva "empezará a eliminar el Departamento de Educación federal de una vez por todas", declaró el presidente estadounidense. "Vamos a cerrarlo y cerrarlo lo más rápido posible. No nos está haciendo ningún bien", agregó.
Medida drástica
En ese sentido las responsabilidades del Departamento de Educación serán transferidas a los estados, como se hizo con el aborto. El Departamento de Educación, creado en 1979, no puede cerrarse sin la aprobación del Congreso, pero el decreto de Trump probablemente pueda privarlo de fondos y de personal.
Trump también anunció que devolverá las funciones bancarias de este departamento a una institución financiera. Eso podría implicar la venta a un privado de la cartera de deuda estudiantil de más de 42 millones de estadounidenses, que equivale a más de 1,6 billones de dólares. Transacción que tendría que ser aprobada por el Congreso que hoy controla, y que sin duda afectará a millones de personas.
Es una de las medidas más drásticas de la reforma del Gobierno federal que Trump lleva a cabo con la ayuda del magnate Elon Musk, el rostro visible de la comisión para la eficiencia gubernamental (DOGE) que busca recortar el gasto público. Demócratas y educadores han fustigado la decisión.
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