La población en Turquía ha respondido a la detención y encarcelamiento del popular alcalde de Estambul, el socialdemócrata Ekrem Imamoglu, con multitudinarias manifestaciones y el apoyo de millones de personas al considerar que su imputación por un caso de corrupción responde a un intento del presidente Recep Tayip Erdogan de acabar con un rival político.
Informe del corresponsal en Estambul
Tras cuatro días bajo custodia policial, el domingo un tribunal decretó prisión preventiva para Imamoglu bajo el cargo de corrupción, algo que sus abogados consideran un montaje.
El político centroizquierdista ingresó en prisión en la tarde del domingo, enviando un mensaje a sus seguidores de que no abandonen las calles.
El domingo también estaban previstas unas elecciones primarias de los socialdemócratas turcos para refrendar la candidatura de Imamoglu a las próximas elecciones presidenciales.
Pero dada su detención, las primarias dejaron de ser el asunto interno de un partido político para convertirse en un desafío al Gobierno.
El Partido Republicano del Pueblo decidió abrir la participación a toda la población, que acudió en masa. Según el partido, 15 millones de turcos dieron su apoyo a Imamoglu.
Entre ellos el manifestante Burak, que votó por Imamoglu ante lo que considera "una usurpación de la Justicia por parte del Gobierno", antes de unirse a las protestas nocturnas.
Estas protestas, que cada noche congregan a cientos de miles de personas en las principales ciudades del país, están prohibidas por el Gobierno, que ha detenido a cerca de un millar de personas entre manifestantes, líderes estudiantiles, cargos políticos de partidos de izquierdas y periodistas.
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