Tras el fallecimiento del papa Francisco, la Plaza San Pedro continúa siendo un lugar de peregrinaje para quienes lloran su muerte, a la espera de poder ver su cuerpo en los próximos días.
Turistas, familias enteras y grupos de fieles y religiosos recorren, serios y apesadumbrados, la Vía de la Conciliación, la avenida que une Roma con el Estado Vaticano, para orar ante la Basílica de San Pedro.
“Quería a su gente”
Las británicas Mary y Anne han venido a orar y rendir un homenaje a un papa que, dicen, realmente se preocupaba por la gente: “Espero que el próximo papa siga su legado. ¿Por qué? Porque fue tan bueno… Quería a su gente”.
Esta familia de brasileños consideraba a Francisco “un hermano argentino”. Llegados de Brasilia, dicen que recordarán de su papado la profunda implicación de Bergoglio por los temas sociales y la lucha contra el cambio climático.
“Vine con mi madre, mi prima y mi esposa a rendirle un homenaje. Es un momento histórico, aunque triste. Vamos a orar por los brasileños y por el papa”, dice el hombre.
Basílica de San Pedro
El trasiego de católicos llegados aquí para despedir a Francisco aumentará en las próximas horas, pues mañana el cuerpo del papa debería ser expuesto ante los fieles, en la Basílica de San Pedro de Roma.
Mientras, dentro de los altos muros vaticanos, se preparan las exequias y el posterior cónclave para elegir a un nuevo líder de la Iglesia católica. Con los sectores reformador y conservador pugnando, una vez más, por el poder.
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