Toda Europa tiene la mirada puesta en este país de 9,6 millones de habitantes. Bruselas ha condenado la prohibición, una regresión inédita de los derechos LGTB+ en la Unión Europea.
La comisaria europea de de Igualdad, Hadja Lahbib, viajó a Budapest el viernes porque, dijo, es su "deber" apoyar a las personas LGTB+. Lahbib compareció junto a los organizadores y al alcalde de la ciudad, Gergely Karacsony, del partido ecologista, que mantuvo la Marcha argumentando que un evento municipal no necesita autorización del gobierno.
Viktoria Radvanyi, la presidenta de la Marcha de Budapest, teme que la prohibición tenga un efecto dominó en países como Eslovaquia, Rumanía o Bulgaria, donde los derechos de la comunidad LGTB+ siguen siendo frágiles. "Este año, la Budapest Pride no es solo una fiesta, es una toma de posición internacional fuerte", afirmó.
Treinta y tres países apoyaron la Marcha, pero el ministro de Justicia húngaro advirtió a los diplomáticos en la capital que si participan en un evento prohibido tendrán que asumir las consecuencias. Al menos 70 eurodiputados han anunciado su presencia.
– "Asqueroso" –
Las autoridades han instalado cámaras a lo largo del recorrido dotadas con sistemas de reconocimiento facial. El gobierno advirtió que las multas pueden llegar hasta 500 euros (585 dólares) y que organizar una marcha prohibida o llamar a participar en ella puede ser castigado con hasta un año de prisión.
Por su parte, varios grupos de ultraderecha anunciaron contramanifestaciones en el mismo recorrido de la Marcha del Orgullo, donde colocaron una cruz de madera adornada con mensajes de protesta. Esas protestas sí que fueron autorizadas por el gobierno. Una mujer que solo se identificó como Katalin dijo a la AFP que estaba de acuerdo con la prohibición del gobierno pero que esperaba que no se produjeran altercados.
"Asqueroso… se ha convertido en una moda eso de exhibirnos nosotros mismos", señaló.
– "Intimidar a la gente" –
Según el analista político Daniel Mikecz, el gobierno intenta "intimidar a la gente" y no tiene en cuenta que la prohibición de la marcha viola los tratados europeos firmados por Hungría cuando se unió a la UE, en 2004. El gobierno asegura que los menores no deben estar expuestos a la homosexualidad y la transidentidad o a lo que califica de "depravación".
El ejecutivo húngaro aprobó en marzo una ley que prohíbe marchas como las del Orgullo y también enmendó la Constitución para restringir los derechos LGTB+, en nombre de los derechos de los niños. "Viktor Orban está utilizando una receta probada antes de las elecciones legislativas del próximo año", inspirada en parte por el presidente estadounidense Donald Trump, aseguró Mikecz.
Según una encuesta de Ipsos en 26 países publicada este mes, solo el 30% de los húngaros apoyan la idea de que las personas LGBT+ puedan asumir su orientación sexual o identidad de género en cualquier circunstancia. Antes de que Orban llegara de nuevo al poder en 2010, Hungría era uno de los países más progresistas de la región.
La homosexualidad había sido despenalizada a principios de la década de 1960 y la unión civil entre cónyuges del mismo sexo fue reconocida en 1996. Pero Orban ha cambiado gradualmente la situación. Las marchas del orgullo se suelen organizar en junio, para conmemorar los llamados disturbios de Stonewall, ocurridos en Nueva York el 28 de junio de 1969 tras una redada de la policía en un bar gay.
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