En Túnez, está previsto que el martes 4 de marzo comience el juicio por el presunto complot contra la seguridad del Estado. Unas cuarenta personas, entre ellas siete personalidades políticas, están encarceladas desde hace dos años.
Las familias y los abogados temen un juicio ejemplar para la oposición al presidente, Kais Saied, mientras que las autoridades aseguran la independencia del poder judicial en el país y las condiciones de un juicio justo.
Desde hace una semana, el juicio de la conspiración contra la seguridad del Estado es objeto de una guerra mediática que refleja claramente la tensión que rodea el caso. Tras las apariciones en los medios de comunicación y la campaña en las redes sociales de los abogados de los acusados, que denunciaron el caso como “vacío”, los autoproclamados defensores del ejecutivo han desenfundado todo un arsenal propagandístico.
Guerra mediática
El pasado viernes por la noche, Riadh Jrad, un polémico columnista, apareció en la televisión privada tras la emisión de un importante reportaje sobre la supuesta trama.
Dio detalles del asunto con documentos cuya credibilidad aún está por verificar. La emisión del programa desencadenó una oleada de reacciones de la oposición, que lo denunció como tendencioso a favor del gobierno y como propaganda destinada a denigrar a los presos del caso.
Para las familias de los acusados y sus abogados, que esperan con impaciencia esta primera vista, esta situación refuerza la necesidad de hacer público este juicio y permitir a la opinión pública fiscalizar los procedimientos.
Por el momento, los tribunales han anunciado que el juicio se celebrará a distancia, lo que significa que los detenidos no estarán físicamente presentes en el tribunal y comparecerán por videoconferencia por razones de seguridad.
Compartir esta nota