En el mundo, más de 600 megaproyectos de extracción de energías fósiles agravarán el calentamiento global, según un conteo realizado por una coalición de ONG. Estas “bombas de CO2” emitirán cantidades de Co2 excesivas y amenazan el cumplimiento del Acuerdo de París que buscaba limitar a 1.5°C el aumento de la temperatura media global.
En 2021, la Agencia Internacional de la Energía (AIE) advertía que iniciar nuevos proyectos de extracción de energía fósil era incompatible con el Acuerdo de París sobre el clima, un pacto clave para limitar el aumento de la temperatura global. Recordemos que la quema de combustibles fósiles es responsable del 75% de las emisiones de gases de efecto invernadero, principal causa del calentamiento global.
Pero los gobiernos y las empresas hicieron caso omiso de esta advertencia. Según un nuevo conteo de cuatro ONG (Lingo, Data for Good, Reclaim Finance y Eclaircies), 28 nuevos megaproyectos de extracción de combustibles fósiles fueron impulsados desde 2021. Se les consideran como “bombas de carbono” porque podrían generar más de 1000 millones de toneladas de Co2 durante su periodo de explotación.
En su detallado mapamundi, la coalición de ONG ha contabilizado 601 bombas de CO2 alrededor del mundo. La mina de carbón de Zhangji en China (2,37 gigatoneladas de emisiones potenciales), el proyecto de extracción de gas y petróleo de Zuluf de Arabia Saudita (3,53 gigatoneladas de CO2 potenciales) o el proyecto de extracción de petróleo offshore de Santos en las costas de Brasil (1.32 Gt de Co2) son algunos ejemplos de estas bombas de Co2.
China es el principal promotor de estos proyectos, seguido por Rusia, Estados Unidos y Arabia Saudita.
Las ONG identificaron además más de 2300 proyectos extractivistas de menor tamaño, aprobados desde 2021, y cuyas emisiones podrían superar los 5 millones de toneladas de CO2 cada uno.
¿Quién es responsable?
“Hoy, estas energías siguen siendo muy rentables para las empresas. No tienen ninguna obligación de alinearse con el Acuerdo de París”, observa Lou Welgryn, de Data For Good, entrevistada por RFI.
Y es que los últimos años, a pesar de la urgencia climática, la administración Trump ha impulsado nuevos proyectos de extracción de combustibles fósiles, en virtud del lema “perfora baby, perfora”, del mandatario republicano; y varias empresas como BP, Shell y empresas canadienses abandonaron sus planes de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.
Entre las principales empresas de energéticas detrás de estos proyectos de energías fósiles peligrosos para el clima están la China National Offshore Oil Corporation, Total Energies, Eni, BP, la National Iran Oil Company y Shell.
A 2 semanas de la Cop30 en Brasil, estos proyectos de energía fósil equivalen a una sentencia de muerte para el Acuerdo de Paris, alertan las ONGs que piden desactivar estas bombas climáticas.
“Todavia es hora de parar estos nuevos proyectos. Es fundamental hacerlo porque cada decimo de grado de aumento de la temperatura cuenta. Y necesitamos que los bancos dejen de financiar estas empresas, además”, concluye Lou Welgryn.
Entre 2021 y 2024, según datos de las ONG, los 65 bancos mas importantes del mundo invirtieron 1,6 billones de dólares en esto proyectos que ponen en grave peligro el sistema climático de nuestro planeta.
Compartir esta nota