Este lunes el jurado de Cannes pudo evaluar dos películas con alta tensión. El sueco de origen egipcio Tarek Saleh entregó thriller político para criticar la dura represión del régimen de Al Sisi y la reina del gore Julia Ducourneau, presentó con un relato sobre un extraño virus que afecta a los humanos.
El director sueco Tarek Saleh completó su trilogía de El Cairo con Las águilas de la república. La película narra la historia de un actor veterano de la edad de oro del cine egipcio, quien recibe la delicada tarea de interpretar al presidente militar Abdelfatah Al Sisi, quien lídera el país con mano dura.
Deberá emplear sus mejores dotes de actuación para fingir lealtad al régimen —y a sus ministros, apodados “las águilas de la república”— y así proteger la vida de sus seres queridos.
Con intrigas políticas, acción y suspenso, Las águilas de la república nos lleva al corazón de la maquinaria represiva egipcia, donde los propios ciudadanos viven simulando para sobrevivir.
Un paralelo con la epidemia de sida
Por su parte, la maestra del terror francesa Julia Ducournau entró en competencia con su tercera película, titulada Alpha. Un cuento radical y de tonos fríos sobre un extraño virus que convierte a los humanos en estatuas de mármol.
La cinta transporta al público a los terribles años de la epidemia del sida, a través de una familia compuesta por una adolescente sospechosa de estar infectada, su madre y su tío toxicómano.
Como en los años 80 y 90, las víctimas aquí son drogadictos, homosexuales y personas contaminadas por la sangre, que llenan los hospitales en medio del pánico por la falta de tratamiento.
Alpha es una película de suspenso, quizás la más sombría de Julia Ducournau: intemporal y política, donde la humanidad no parece tener ninguna esperanza de redención.
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