El presidente francés tiende la mano a los investigadores extranjeros, en particular a los de Estados Unidos, afectados por las medidas de la administración Trump. Emmanuel Macron ha lanzado esta semana la iniciativa “Choose France for Science”. El objetivo es convertir a Francia en líder mundial de la investigación, aunque el presupuesto destinado a la enseñanza superior no deja de disminuir.
“Francia puede acoger a cientos de investigadores”: ésta es la ambición del presidente francés y su Gobierno. Promueven una nueva plataforma, “Choose France for Science”, que permite a las universidades, escuelas y organismos de investigación solicitar cofinanciación pública para poder acoger a investigadores.
“Es difícil hacer la media del coste de un investigador que acude a nosotros. Porque entre un matemático que viene con un lápiz y un investigador en física nuclear, los equipos y los entornos no son los mismos. Pero traer a un investigador de alto nivel con un pequeño equipo a su alrededor, por dar un orden de magnitud, es alrededor de un millón de euros en tres años, el tiempo que tarda en instalarse”, señaló este 18 de abril Philippe Baptiste, ministro de Enseñanza Superior e Investigación, en la radio France Info.
Acoger a investigadores estadounidenses
Francia está “muy a la vanguardia” en la acogida de investigadores cuyo trabajo se ve amenazado en Estados Unidos por las políticas de la administración Trump, según Philippe Baptiste. Desde que Donald Trump volvió a la Casa Blanca en enero, los investigadores y las universidades están en el punto de mira de su Gobierno y temen por su futuro, con la libertad académica y la investigación socavadas y la financiación recortada.
Como consecuencia, cada vez más investigadores y aspirantes a serlo piensan en abandonar el país, considerado hasta ahora un paraíso de la investigación en muchos campos.
Pero para atraer a estos investigadores hay que ser competitivo, y en Francia, el presupuesto de la enseñanza superior por estudiante ha caído casi una cuarta parte entre 2012 y 2025, una vez tenida en cuenta la inflación. Un investigador de unos 35 años gana unos 3.600 euros brutos al mes, muy por debajo de los salarios estadounidenses.
Hace cuatro años, Francia sólo destinaba el 2,22% de su Producto Interior Bruto a investigación y desarrollo. Una cifra muy inferior a la de Estados Unidos y también a la de otros países europeos, como señala el académico Théo Besson: en Alemania, Bélgica y Suecia, la inversión en investigación supera el 3% del PIB.
Compartir esta nota